Girona-Espanyol: dos detenidos y diez expulsados del estadio
La entidad rojiblanca pide disculpas a sus socios y aficionados que no “pudieron disfrutar con normalidad de una fiesta del fútbol”. El Espanyol expulsará a los socios implicados.
El Girona-Espanyol del pasado sábado se disputó, además de sobre el terreno de juego, en la grada. La afición blanquiazul no dejó solo a su equipo en Montilivi y llenó la Zona Visitante y las gradas anexas. Esto, en algunos momentos del duelo provocó incidentes y altercados con los hinchas rojiblancos que tenían sus localidades en esas zonas cercanas. Pero no solo ahí porque en los primeros minutos del encuentro, en el Gol Sur, tras la zona donde se coloca la grada de animación Jovent Gironí, también se vivieron momentos tensos, tanto que varios hinchas del Espanyol tuvieron que ser desalojados. Hubo intercambio de cánticos, algunos ofensivos y reprobables y, tras el 2-1 de Stuani, de penalti, se vieron también lanzamientos de objetos. Los momentos de tensión se sucedieron y dos personas terminaron detenidas y una decena más fueron expulsadas del estadio por haber provocado alteraciones del orden público. “El Girona ha abierto expediente sancionador a algunos aficionados y tiene abiertos procesos para poder identificar a otros que mantuvieron actitudes incívicas”, expuso el club gerundense este lunes en un comunicado.
El Girona emitió un escrito lamentando los hechos y en el que pide “disculpas a todos sus socios y aficionados que sufrieron estos incidentes y que no pudieron disfrutar con normalidad de lo que debería ser una fiesta de fútbol, como lo son todos los partidos que se juegan en nuestro estadio. El club asume su parte de responsabilidad en los hechos, lamentando que no todo el mundo se comporte de forma cívica y respetuosa dentro de un estadio”. Eso sí, también se quiere defender el sistema de seguridad porque “el club reforzó en un 30% el dispositivo de seguridad de forma sustancial en relación con otros partidos celebrados en Montilivi”. El feudo rojiblanco se vio desbordado por la cantidad de hinchas pericos y el Girona quiso salir al paso y explicar cómo se repartieron las entradas: “Se entregó al Espanyol 306 entradas correspondientes a la zona visitante que el club blanquiazul vendió directamente entre sus aficionados. Al margen de estas, se entregaron 125 de intercambio (las mismas que el Girona recibió en el partido celebrado en el RCDE Stadium) y otras 50 de pago, todas de cortesía y que, de acuerdo con el reglamento de LaLiga, el club visitante debe distribuir entre su personal, su cuerpo técnico y jugadores, así como patrocinadores o instituciones”.
Desde el Girona se considera que se actuó bien y que, incluso, asumiendo que muchas de las compras de entradas para el público general procedían de aficionados potencialmente del Espanyol, advirtió en un comunicado que, tal y como indican las normas para acceder en el estadio, tener actitud de aficionado visitante en zona local podía suponer la expulsión si esto suponía una alteración del orden público. Pero es que también hubo reventa. Así lo detectó el Girona y “al igual que ya se hizo en el partido ante el Barça, se ha iniciado el procedimiento correspondiente”. En definitiva, lo que tuvo que ser una fiesta del fútbol catalán, por momentos, la atención se colocó en la grada. Algo que desde el Girona se lamenta y el club advierte que “toma nota de esta experiencia para el futuro, consciente de que nuestra prioridad debe ser garantizar la seguridad de nuestros aficionados y preservar el carácter festivo de un partido de fútbol”.