Dolor rojillo sobre el barro
Vicente Moreno regresó ayer tras ayudar en las labores de limpieza en su pueblo, Massanassa. Rubén García fue a Paiporta.
La DANA que el pasado 29 de octubre arrasó con decenas de localidades valencianas, tocó muy de cerca al equipo rojillo. El entrenador de Osasuna, Vicente Moreno, es natural de Massanassa y el pueblo de Rubén García, Paiporta, fueron dos de las zonas más afectadas por la catástrofe. Hay más jugadores valencianos en la plantilla: Nacho Vidal, Torró y Moi Gómez y la vinculación de Braulio Vázquez con Valencia es muy estrecha; su hijo juega en el equipo che y su familia vive allí. Posiblemente aún sin ser conscientes de la magnitud de la tragedia, sin haberlo asimilado y sabiendo que sus familias estaban bien, tanto el míster como Rubén, viajaron a Chiclana, donde al día siguiente de producirse la tragedia jugaban Copa, mostrando su profesionalidad. El partido no se jugó debido a las condiciones en las que se encontraba el terreno de juego.
La cifra de fallecidos por la DANA y las imágenes que iban llegando en los días siguientes eran dantescas. El sábado pasado Osasuna recibía al Valladolid y en la habitual rueda de prensa previa a los partidos, Vicente Moreno quiso mandar un mensaje a sus paisanos. En esos momentos, el míster se rompió completamente. Sin poder contener el llanto, decía: “Me vais a permitir que tenga unas palabras hacía mi tierra, Valencia, hacia todos los valencianos y hacia todos los que no son valencianos pero viven allí. Sobre todo a toda la gente de la Huerta Sur, donde están los pueblos más afectados, entre ellos el mío, Massanassa. Es muy duro para ellos pero para los que estamos lejos y tenemos allí a la familia, amigos, vecinos, hijos… Tenéis que entender que está siendo un momento muy duro. Es muy complicado no poder estar allí con ellos”. Algo que no pudo hacer en ese momento porque LaLiga no consideró la tragedia lo suficientemente grande como para suspender la jornada. A lo largo de esa rueda de prensa, las lágrimas del técnico osasunista fueron constantes. Con angustia relató las horas sin poder comunicarse con sus hijos, confesó que había querido darle normalidad a la situación y manifestó su único deseo de ganar para dedicar la victoria a todos los damnificados. Osasuna abrió una cuenta para aportaciones para la reconstrucción de Massanassa y ya van por los 300.000 euros recaudados.
Al día siguiente presenció el partido desde un palco porque estaba sancionado y tampoco pudo evitar la emoción cuando Budimir, tras marcar el gol que supuso la victoria, se dirigió al banquillo para sacar una camiseta del equipo en la que se leía: ‘Fuerza Valencia’. Nada más acabar el partido, y con permiso del club, tanto Vicente Moreno como Rubén García se dirigieron a sus respectivos pueblos. Ninguno de los dos estuvo en el partido de Copa ante el Chiclana. Rubén se incorporó a los entrenamientos el miércoles y Vicente Moreno lo hizo ayer. Pese a ello, el míster no compareció en rueda de prensa, aunque si se asomó para saludar a los medios y agradecer la infinidad de mensajes de apoyo recibidos. Durante unos días, técnico y jugador cambiaron las botas, el césped, los entrenamientos y las estrategias, por botas de agua, escobas, cubos y, sobre todo, abrazos y cariño para amigos y vecinos que lo han perdido absolutamente todo. Hay veces que el fútbol es lo menos importante.
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