Djené, corazón que late por África
El defensa del Getafe tiene una fundación en Togo (DD21) para ayudar a los más desfavorecidos, realiza donaciones a hospitales, ayuda a amigos de la infancia... Es el gran capitán del altruismo.
El aura que envuelve al fútbol de élite suele estar impregnada de glamour y boato. En pocos días, cuando caiga el telón de la temporada, volveremos a ver las clásicas imágenes veraniegas de yates de lujo, aviones privados, mansiones de ensueño y coches de alta gama. Sin embargo, no todo es ostentación en el universo de las estrellas.
Djené Dakonam (31), capitán del Getafe, aprovechará su tiempo de vacaciones, un año más, para retornar a sus raíces, a Togo, uno de los países más pobres del mundo, con el cometido de seguir impulsando su Fundación, DD21, destinada a construir pozos de agua en lugares remotos para ayudar a las gentes de las que el mundo se olvida, a escolarizar a niñas en situación vulnerable para ofrecerles una pequeña oportunidad de futuro, a la integración de la mujer a través del deporte organizando campus únicamente femeninos tras el periodo escolar y a colaborar a mejorar la salud infantil, cooperando a que muchos orfanatos tengan acceso a servicios sanitarios básicos para los niños que malviven en recintos dotados con recursos mínimos. Así será el verano de Djené. La educación, en África, te enseña a compartir lo que tengas, sea mucho o poco.
El Papá Noel de Kamali
En sus viajes por el país para repartir esperanza a los que realmente la necesitan, descubre historias conmovedoras. Como la de Kamali, la niña a la que conoció visitando el territorio del norte. La pequeña le confesó que le apasionaba el fútbol y que él era su ídolo. Cuando Djené le preguntó por qué no jugaba, ella respondió que no tenía botas, ni ropa, ni balón y, además, debía recorrer diez kilómetros al día para recoger agua limpia y llevarla a su aldea y cuando llegaba se encontraba tan agotada que su cuerpo sólo pedía descanso. La historia enterneció el corazón altruista del Gran Capitán (de Togo y del Getafe). A los pocos meses, Djené regresó con ropa, botas y balones para los niños y niñas del poblado y se comprometió a construir un pozo de agua para que no tuvieran que desplazarse tan lejos. Hasta ese día Kamali pensaba que Papá Noel era blanco y lucía larga barba, pero aquel gesto de su ídolo tendrá un lugar privilegiado en su álbum de recuerdos hasta el fin de sus días.
Agradecido eternamente al esfuerzo que hicieron sus padres para que él pudiera ser futbolista y a la inmensa confianza de Bordalás (para él Pepe), el filántropo togolés quiere devolver a la vida lo que ésta le ha dado. También realiza donaciones a hospitales, ayuda a amigos de la infancia a los que el destino dio la espalda y sufraga los gastos para la formación de profesionales de diversas áreas con el fin asegurar un futuro perdurable.
Le obsesiona especialmente poder llevar agua limpia a lugares inhóspitos, algo vital para la supervivencia y para prevenir enfermedades letales que diezman la población de parajes inclementes con sus humildes habitantes. Djené, para su país, es un faro en medio de la noche, un salvavidas en la tormenta. Es el gran capitán del altruismo.