Diez años de Iñaki en Primera
Tres títulos y 440 partidos en su casillero tras estrenarse ante el Córdoba en diciembre de 2014. Sus excompañeros Gurpegui e Iraizoz recuerdan aquel día y su representante, Tainta, qué veía en él.
EI 6 de diciembre de 2014, es decir, el sábado hará una década, Iñaki Williams (Bilbao, 30 años) debutaba en Primera División, de titular con el 30, frente al Córdoba (0-1) en San Mamés. Un sábado a las seis de la tarde. en la decimocuarta jornada de la Liga 2014-15. El gol del equipo andaluz lo marcó Nabil Ghilas. Aritz López Garay estaba en el banquillo del cuadro cordobés, aunque no llegó a jugar en aquella tarde lluviosa en Bilbao. Iturraspe fue homenajeado en la previa. La Federación Internacional de Peñas del Athletic le entregó el trofeo como jugador más regular de la temporada anterior. Casualmente, un error del centrocampista de Abadiño en un pase hacia Gurpegui provocó el gol que sentenció el choque. Iñaki también se movió como ‘nueve’.
Un chaval que había pulverizado todos los récords de goles en las categorías inferiores de Lezama y que deslumbraba en el Bilbao Athletic en Segunda B tirando de su repertorio de velocidad, rozando los 36 kilómetros por hora como aval para empezar a codearse en la élite.
Ernesto Valverde, en su segunda etapa como entrenador del Athletic, puso en liza a Iraizoz, Aurtenetxe, Laporte, Beñat, Iturraspe, De Marcos, Mikel Rico, Gurpegui, Muniain y Viguera. Iñaki, de extremo derecho, fue sustituido al descanso, junto con Beñat por Iraola y Susaeta. Han transcurrido diez campañas y el menor de la saga, Nico, tenía apenas 12 años y era un infantil que apuntaba maneras. Luego ha experimentado una progresión brutal. El hermano mayor ha mejorado en todos los registros, sobre todo en los controles orientados, en el posicionamiento de cara al gol y en dosificar sus cargas intensas de esfuerzos.
Las lesiones le han respetado por su privilegiado físico, un dato vital para ir recopilando datos a base de titularidades que le permitieron sumar 251 partidos consecutivos en la Liga, un récord en apariencia imbatible.
Muchos goles. En este periodo se ha convertido en duodécimo en partidos oficiales con la elástica del Athletic (440, empatado con Canito, y a cinco de Larrazabal que es décimo). En goles ocupa el puesto 11 con 105, a 30 de Artetxe, que cierra el Top-10 con 135.
En plena madurez y ya casado, puede presumir de haber levantado tres títulos en esta década: una Copa en este 2024 y dos Supecopas, en 2015 y 2021. Internacional con Ghana tras pasar por la selección de España, tuvo que elegir el combinado africano porque no quería perderse el Mundial de Qatar. Es ahora uno de los capitanes e imprescindible en el esquema de Valverde, siendo muy influyente en la carrera de su hermano Nico.
Iraizoz se remonta a hace una década. “El Córdoba nos metió gol en el minuto 1 y después se dedicaron a defender. No fue el mejor debut para WIlliams, no tenía espacios”, rememora para AS el exportero, actual entrenador del Gernika. Relata cómo era ese Iñaki, bisoño de 20 años. “Siempre estaba atento para aprender, dispuesto a invertir tiempo. Sabíamos de sus condiciones, que era muy rápido”.
Gurpegui subraya sobre Iñaki: “A todos nos sorprendía su velocidad, sus ganas de aprender. Era una esponja. Le gustaba escuchar a los veteranos”. Al exmediocentro no le extraña su evolución: “A nada que afinase de cara a gol era lo que se podía esperar. Aprende cada día”.
Pero es poco probable que este camino se hubiera producido sin la tutela de su representante, Félix Tainta, que le acogió desde muy pequeño. Lo conoce tan bien que sentencia que podría escribir un libro sobre el mayor de los Williams. “Tienen mil virtudes y lógicamente cosas que mejorar, pero son muchísimas más las primeras que las segundas". Coincide con Gurpe con que de adolescente parecía una esponja, “no parpadea cuando le hablas”. “Desde el minuto cero antes de que fuese a Lezama yo sabía que era así, porque había estado ya con él muchas veces. Cuando le hablas te escucha atentísimamente; en Lezama mucha gente pensaba que solo era un chico con condiciones físicas buenas, y yo le veía con una virtud en la que es el mejor: la velocidad. Eso que solo está al alcance de los grandes, de Messi y de Cristiano, pues Iñaki lo tiene”.
Tainta afirma que batalló para que el 9 tuviera una buena universidad futbolística en Lezama que fuera puliendo a semejante diamante en bruto, “peleé para que tuviera una buena escuela y el tiempo me ha dado la razón... a partir de ahí, es el jugador que es a día de hoy porque se lo ha ganado con trabajo, con esfuerzo y con sacrificio, nadie le ha regalado nada, absolutamente nadie, ha tenido que saltar muchas vallas y muchos obstáculos para conseguir llegar hasta donde está hoy". Y el representante concluye: “Yo te diría que hemos ido en paralelo a él, que hemos crecido juntos"