Descifrando a Baraja
El entrenador vallisoletano enfoca su fotografía del actual Valencia en cada rueda de prensa.
Rubén Baraja no da puntada sin hilo. La fotografía del actual Valencia, sus males, defectos y también virtudes y soluciones, la tiene enfocada desde hace meses. Su vinculación como leyenda del club, sus rutinas de vida en la ciudad y su intensa experiencia de 17 partidos el curso pasado como entrenador le dan una visión de 360º grados. Lo demuestra en cada rueda de prensa, en las que siempre deja mensajes. Pero lo hace sin levantar la voz, y dejando contados titulares, sin chistes ni frases de meme, dando a veces la sensación de que dice menos de lo que realmente ha dicho.
La rueda de prensa que ofreció en el Benito Villamarín tras la derrota del domingo tuvo unos destinatarios, sus futbolistas, y un fin, la autocrítica. Baraja tenía mil coartadas y todas buenas para justificar el resultado contra el Real Betis, aunque en su primera respuesta dejó claro que por ahí no iban a ir sus tiros: “Podemos buscarle muchísimas excusas, que nos faltan jugadores, que nos faltan los laterales, pero lo que ha pasado es que no hemos estado a nuestro nivel… O vamos al 200 por cien esté quien esté o en partidos como los de hoy no hay ninguna opción…”.
Baraja rehúye del “es lo que hay”, una reflexión que ensució la relación de Bordalás con gran parte del vestuario blanquinegro tras una derrota contra el Barcelona, y el vallisoletano también se aleja de que la figura de Peter Lim sea un paraguas para cuántos habitan en el club. De ahí que, tras el peor partido de la temporada, Baraja lanzara un mensaje de autocrítica y exigencia hacia su propio equipo, cerrando el círculo que precisamente abrió en la sala de prensa del Benito Villamarín tras asegurar la permanencia en Primera en la última jornada de Liga del pasado curso, cuando dijo:
“Nos tenemos también que dar cuenta o nos tiene que servir de lección de que hay que cambiar un montón de cosas, cambiar la mentalidad para volver a ser un club potente, un proyecto de futuro y que tenga las cosas claras. Que tenga exigencia máxima, desde el minuto 1 hasta el 90 de la temporada. Pero todos”. Evidentemente ‘todos’ en el club, el propietario el primero, no han cambiado su ‘mentalidad’, si bien Baraja trata de que haya ese cambio de mentalidad entre quiénes están bajo su tutela: los futbolistas, que son los que están, en los que confía y en quienes se centra para sacarles el máximo rendimiento.
Baraja ya lo dijo en la previa contra el Alavés. “Estoy aquí porque quiero estar, porque es el sitio que siempre quise estar. Me gustaría que el club creciera, mejorara, que saquemos todos el máximo. Ese es el gran reto que tengo, que el Valencia mejore con respecto a la pasada temporada. A pesar de las dificultades que hemos tenido para la confección, me motiva mejorar lo del año pasado y sacar rendimiento a los jugadores”. La frase la dijo el último día de mercado, cuando aún confiaba en que le llegara algún refuerzo más. Pero no fue el caso a pesar de que el Valencia tenía margen de Fair Play.
Todos queremos un Valencia mejor, un Valencia que opte a otras cosas... pero la realidad es la que es ahora”
Baraja, tras el encuentro en Vitoria, una vez bajada la persiana del mercado, no negó la evidencia, aunque tampoco cogió la bandera de las excusas: “La plantilla me parece corta. Vamos a tener que redoblar esfuerzos todos. Pero las valoraciones las tiene que hacer el club y también marcar los objetivos. Yo me tengo que centrar en sacar rendimiento, que nuestra gente nos apoye y trabajar mucho para conseguir resultados. Todos queremos un Valencia mejor, un Valencia que opte a otras cosas... pero la realidad es la que es ahora. Entiendo que los aficionados estén frustrados y piensen que se pueden mejorar un montón de cosas, pero nosotros estamos limitados a cosas que el club tiene que explicar”.
Una vez Layhoon Chan dijo que “nuestro propósito es permanecer en Primera”, Baraja se centró en exprimir al máximo a sus chavales, la plantilla con la media de edad más joven de las cinco grandes ligas. “Es un grupo que da gusto y por el que me voy a matar para que mejoren su rendimiento. Es una de mis grandes motivaciones de esta temporada. No fallarle a este tipo de jugadores, es un gran reto”. Y en esa tarea está, elogiándoles en la derrota cuando han dado todo lo que llevan dentro (“sólo puedo que aplaudirles”, recalcó tras el 0-1 ante la Real Sociedad), bajándoles los humos en las victorias (“hay que disfrutar el momento, pero tener siempre equilibrio, porque si el siguiente partido no compites como corresponde…”, apostilló tras el 3-0 al Atlético) y exigiéndoles más cuando las cosas no se hacen bien.
Tenemos que darle valor a cada uno que conseguimos”
Baraja sabe que de septiembre a diciembre hay muchos puntos en juego (“Tenemos que darle valor a cada uno que conseguimos”, enfatizó tras el empate en Almería) y, a su entender, de nada le sirve hablar de lo que debió ser y no fue en el mercado de verano ni de lo que pueda pasar en el de invierno: “Yo no vengo a la sala de prensa a lamentarme”. Esta última frase la dijo en la previa del encuentro contra la Real Sociedad, cuando las lesiones confirman que la plantilla que le habían confeccionado era corta.
Pero que no enarbole la bandera contra la propiedad como hiciera alguno de sus predecesores no significa que Baraja no tenga claro, y lo manifieste, qué falla y qué habría que hacer para que el Valencia encontrara como proyecto el rumbo perdido: “Yo lo que yo veo de la Real Sociedad es que tiene que ser un modelo a seguir por nosotros, debería ser un espejo. Está haciendo las cosas muy bien desde hace tiempo, en varios aspectos: un modelo de gestión, hace inversión en jugadores que marcan diferencias, desde la secretaría técnica tienen clara la estrategia para poder firmar y la continuidad de un muy buen entrenador como Imanol, que ha hecho que un equipo joven, con gente de la casa, esté jugando la Champions. Es un modelo a seguir… en todos los sentidos”. Todo un aviso para navegantes.