Del KO ante Muriqi al 6-0: la vuelta al calcetín del Atlético en un año
El 9 de noviembre de 2022, el equipo tocó fondo ante el Mallorca y quedó muy tocado para el parón del Mundial. Doce meses después, los rojiblancos vuelan y Simeone dirige la nave con firmeza... y mucho futuro.
El Atlético es hoy un equipo feliz. La plantilla disfruta de un día libre después de endosarle un 6-0 al Celtic, la afición disfruta con los buenos momentos de juego y de goles y unos y otros miran el calendario de Liga y Champions, las clasificaciones y el ranking de goleadores con optimismo e ilusión. Echando la vista atrás, se confirma que un año, en el fútbol y en la vida, da para mucho. Hace 365 días, el Atleti era un fantasma. Un equipo a la deriva, eliminado de Europa, sin opciones de ganar la Liga y lleno de tantas dudas que salpicaban incluso al futuro de Simeone, ya cuestionado. El técnico y sus jugadores revirtieron la situación, la metamorfosis, con apenas unos retoques, es plena y el Cholo seguirá hasta 2027.
La foto del pasado 9 de noviembre en el Atlético era alarmante. El equipo, con su uniforme color madroño, perdía en casa del Mallorca, 1-0, gol de Muriqi. No era un traspié puntual, como pudo ser la derrota en Las Palmas. Era el quinto partido consecutivo sin ganar (2-2 con el Leverkusen, 3-2 en Cádiz, 2-1 en Oporto, 1-1 con un Espanyol que jugó una hora con diez y ese 1-0 en Palma), una racha que dejó a los rojiblancos fuera de Europa, últimos en un grupo asequible, y quintos en Liga, a 13 puntos del líder y a solo 3 del noveno. Por delante, el Almazán en Copa y un parón de mes y medio por el Mundial en el que muchos futbolistas tenían la cabeza desde hace semanas.
La pausa sentó bien. En algunos casos, mucho mejor que bien. Varios futbolistas se revalorizaron, ofrecieron una notable versión de sí mismos y el vestuario, cada jugador desde donde estuviera, despejó la cabeza en clave rojiblanca. Y Simeone le dio al coco durante esas semanas para tratar de enderezar el rumbo del equipo, sabedor de que la presencia de la Copa del Mundo en medio del curso no había venido nada bien. Regresó la competición, al Atleti se reincorporaron tres campeones (Nahuel, De Paul y Correa) y el equipo empezó a sumar. Los triunfos ante el Arenteiro, el Elche y el Oviedo eran innegociables y luego perdió contra el Barça (0-1), pero mereció mucho más. El equipo mostraba otra cara. Además, en el mercado de enero hubo algunos movimientos. Salieron futbolistas desencantados, como Felipe, Cunha y João Félix. Llegaron Memphis y Doherty y se hizo ficha a Pablo Barrios. Aire fresco.
El nuevo Atleti post-Mundial
El giro de guion fue radical. Algunos futbolistas parecían directamente otros, casos de Nahuel Molina y De Paul, que llegó a ser pitado en el Metropolitano. Reinildo se lesionó en el Bernabéu y Hermoso tomó el relevo a un muy buen nivel. Griezmann agarró las riendas del equipo y firmó un segundo semestre de sobresaliente, ritmo que aún mantiene. Todo fluía, todos sumaban. Tras aquel pinchazo con el Barça, el Atleti solo perdió tres partidos más: en Copa con el Madrid, en un polémico derbi donde los rojiblancos salieron malparados por el arbitraje; con el Barça otra vez en Liga y con el Elche. El equipo de Simeone terminó tercero, aunque peleó el subcampeonato hasta el último segundo y se despidió con el mérito de ser el mejor de Primera en el tramo post-Mundial.
El reto para el verano era, apuntalando la plantilla, mantener ese nivel desde la jornada 1 y con dos partidos a la semana, incluso mejorarlo. No hubo la revolución que presumía meses atrás. Se fueron Reguilón, Doherty, Kondogbia y Carrasco (y un João Félix que buscó otra cesión) y llegaron Azpilicueta, Javi Galán y Söyüncü, más los recuperados Samuel Lino y Riquelme, con quienes Simeone fue especialmente insistente en que no debían salir de nuevo. Se buscó también un 5, pero finalmente se decidió que Koke y Barrios ejercerían esa función. Tres meses después de empezar la competición, el Atlético vuela y la apuesta por un estilo de juego de más toque, de salir de atrás, es firme, da resultados y convence a la plantilla.
En Liga, está a la altura de los mejores, cuarto pero con un partido menos. La derrota de Las Palmas le impidió verse en todo lo alto al menos unas horas. En Champions sí lidera su grupo, aunque aún tiene que sellar el pase a octavos y el primer puesto. El equipo es una máquina de hacer goles: 12 en Europa (tres de media por encuentro) y 26 en Liga (2,36). Griezmann y Morata están de dulce (11 y 12 tantos, respectivamente) y forman una de las duplas de moda en el continente. Lino y Riquelme, dos de las apuestas del Cholo, brillan y tienen entusiasmadas a la afición. Las piezas han ido encajando y Simeone, de nuevo, ha relanzado al equipo. Y la siguiente noticia en la casa rojiblanca ha sido su renovación hasta 2027. Gil Marín argumenta que el técnico “es sinónimo de resultados” y la relación se alargará hasta superar los 15 años. Algo que, hace hoy 365 días, no muchos creían.
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