¿Debe Ronaldo seguir siendo el presidente del Real Valladolid?
Cuando la semana pasada apareció, otra vez, la noticia de que el astro brasileño estaba empezando a escuchar ofertas por el conjunto blanquivioleta, cuatro años después de que se hiciese con el 51% de las acciones por 30 millones de euros (ahora su porcentaje es del 72%), gran parte de la afición del Real Valladolid se llevó las manos a la cabeza y comenzó a preocuparse por el futuro del club. Muchos se preguntan si puso el dinero el propio Ronaldo o un fondo de inversión que tiene detrás de él, pero, ¿y qué más da?. Desde la llegada de ‘Ronie’ el club ha mejorado una barbaridad en instalaciones, infraestructuras, comunicación en redes sociales, disponer de futbolistas en propiedad y, sobre todo, el ilusionante proyecto de la nueva ciudad deportiva.
En 2023 se cumplirán cinco años desde la llegada de Ronaldo. Durante este tiempo, el Real Valladolid ha vivido un gran crecimiento y el astro brasileño habría rechazado ofertas por más del doble de lo que él invirtió en 2018. La situación financiera y deportiva del club hacen que sea una opción muy atractiva para posibles inversores. Con el ascenso a Primera División, el presupuesto del club ha pasado de 22 a 55 millones de euros, además de los fondos CVC facilitados por la Liga, donde, parte de ese dinero se invirtió en la remodelación del estadio, y otra en la creación de la nueva e ilusionante ciudad deportiva cuyas obras comenzarán, posiblemente, al comienzo de año. El equipo está haciendo un buen papel en el campeonato español y el conjunto de Pacheta está lejos de los puestos de descenso. ¿No sería mal momento para vender el club?. Eso es lo que se debe estar preguntando Ronaldo, siempre y cuando la propuesta sea interesante tanto para él como para la entidad pucelana.
La figura de Ronaldo como presidente del club blanquivioleta divide a una afición, en la que parte de ella, se muestra muy crítica con cada acción del astro brasileño; mientras que a la otra parte, todo lo que disponga el crack brasileño y su equipo de trabajo en Valladolid le parece bien. Los primeros tachan a los segundos de pelotas, les acusan de agasajar al actual presidente y máximo accionista del club en busca de favores y privilegios en materia de entradas o aspirar algún puesto de trabajo dentro del club. Los primeros demandan con vehemencia que les devuelvan el antiguo escudo; mientras que a los segundos, les valdría una rueda de carro como tal. Las redes sociales arden contra el actual presidente del Pucela y contra todos aquellos que apoyan cada acción de Ronaldo, después de una derrota dolorosa o de una injusticia arbitral.
El Fenómeno no deja indiferente a nadie en Valladolid y es acusado de interesarle más el Real Madrid que su propio club, del cual, es máximo accionista además de presidente. Ronaldo tiene demasiadas responsabilidades y compromisos para estar solo focalizado en el Real Valladolid; es embajador de la Liga, imagen de Nike, presidente y máximo accionista del Cruzeiro, protagonista de su propio documental para DAZN... Los patrocinadores se lo disputan porque tiene gancho y el perfil ideal para los profesionales del marketing: liderazgo, genio, espectáculo y estrella. Ya le sucedía en su etapa como jugador, por ejemplo, cuando jugaba en el Real Madrid ganaba más en un año con los patrocinadores (8 millones de euros), que con su salario como futbolista (6,5 millones de euros). La vocación de Ronaldo después de su retirada como futbolista fue encaminada a los negocios porque tiene mentalidad de empresario.
El legado de Ronaldo está llegando a su fin en Valladolid y pienso que, cuando se vaya, hasta los más críticos le echarán de menos. Se hizo con un club en estado ruinoso y lo está rehabilitando tanto financiera como deportivamente. Cuando juega el Real Valladolid en el José Zorrilla se congregan casi 25000 personas y, eso, si echamos la vista atrás, no lo ha conseguido casi nadie. Algunos aficionados del Pucela piensan que Ronaldo se irá cuando culmine la obra de la ciudad deportiva, otros que se irá antes... Como dice el dicho: “Otro vendrá que bueno me hará”. Esperemos que no sea un Piterman de la vida, un Aly Syed o un Nasser Al Thani....