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ATLÉTICO DE MADRID - LEGANÉS

De profesión, Pichu improvisado

Jonathan Silva, lateral, recuerda cómo le tocó ponerse de portero en la única visita del Leganés al Metropolitano en la que ha puntuado. “Cuéllar sólo me dijo que no me hiciera el salvador”

De profesión, Pichu improvisado
CHEMA DIAZDIARIO AS

Fue hace cinco temporadas. El curso de los despropósitos. Y del descenso. El Leganés bajó a Segunda en la campaña 19-20 con un rosario de insólitos acontecimientos. Desde la pandemia hasta el fichaje culé con el mercado cerrado de Braithwaite pasando por un penalti fuera del área que el VAR ignoró contra el Levante o el doloroso desenlace de aquella mano de Jovic que de nuevo se esfumó frente al Real Madrid. Pero el 26 de enero de 2020 apenas nada de aquello se sabía. Así que la imagen de Jonathan Silva luciendo guantes en el Metropolitano parecía sumun del surrealismo pepinero.

Fue la foto de un partido digno. También histórico. La cosa terminó en empate a cero. El primer (y único) punto que jamás ha arañado el Leganés en Primera en casa del Atlético. Con Javier Aguirre al frente, resistieron los blanquiazules. Incluso merecieron más. Entonces llegó el show del Pichu. El portero, habitual del fútbol pícaro, se las tuvo al final del partido con un recogepelotas. Quería perder tiempo. Nada nuevo para el extremeño, pero sí para Mateu Lahoz, que le mostró la segunda amarilla. Roja. Y con los cambios agotados.

“Yo no me lo pensé y pedí los guantes” cuenta Jonathan Silva, carrilero izquierdo de aquel partido que terminó con él entre palos. “¡Qué mala pinta tenía! Los guantes naranjas, la camiseta térmica azul debajo… impresentable”, se carcajea desde Chipre, donde ahora juega enrolado en las filas del Pafos FC. Este argentino ex de Boca Juniors, Roma o Sporting de Portugal entre otros, tiene alma de arquero reprimido. “No soy bueno… pero me gusta. Cuando juego al futbito con los amigos me pongo siempre, así para evitar el riesgo de lesiones”, añade. Esa fría mañana la cancha era gigantesca. El reto, mayor aún.

Cuéllar habla con Silva tras la expulsión. El argentino tuvo que ponerse la camiseta de Juan Soriano, portero suplente aquella mañana en el Metropolitano.
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Cuéllar habla con Silva tras la expulsión. El argentino tuvo que ponerse la camiseta de Juan Soriano, portero suplente aquella mañana en el Metropolitano. Quality Sport ImagesGetty Images

“Pero yo no me di cuenta hasta que el Atlético intentó acercarse alguna vez a portería. Ahí sí ya me agarraron las cosquillas a la panza. El arco parece chiquito, pero a mí se me hizo gigante”, dice ahora un Silva que tiene grabada a fuego la conversación en la que Pichu le dejó sus guantes. “Se puso serio y me dijo: lo único que te pido es que no te hagas el salvador. Cuando te tiren un centro, tú quédate abajo del arco”. Jonathan, obediente, cumplió. Tampoco le tiraron. Prueba superada.

Empate histórico que ahora Silva no descarta repetir. “Me veo todos los partidos del Leganés. Intenté volver un par de años. Tengo una deuda con ellos. Con la institución. El trabajo de Borja es excelente. Yo no descarto que puedan sacar algo”, concluye este defensa valiente y portero en sus ratos libres.

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