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ATLÉTICO

De Paul acaba la temporada en alto

El argentino, apercibido ante la Real, vio la quinta tarjeta y se despide de una temporada en la que que fue silbado por una grada de la que supo ganarse el perdón.

Actualizado a
De Paul conduce el balón en el Atlético-Real Sociedad.
Rodrigo JimenezEFE

La temporada 2022-23 terminaba para Rodrigo de Paul en el momento en el que Pulido Santana, el árbitro del Atlético-Real Sociedad, alzaba una tarjeta ante él. Apercibido, esa tarjeta era la quinta, lo que suponía un partido de suspensión, el siguiente, el de Vila-real que resulta que también es el último del curso. De Paul ya está de vacaciones. Cuatro rojiblancos afrontaban el duelo con la misma espada de Damocles, la suspensión que suponía una tarjeta: Giménez, Koke, De Paul y Morata. Solo el argentino vio esa quinta amarilla. Acaba en alto una temporada que le dio los mejores momentos y también algunos de los más complicados de su carrera deportiva.

Los mejores tienen una fecha que es para siempre: 18 de diciembre de 2022 se proclamaba campeón del Mundial de Qatar con su selección, Argentina, siendo además uno de sus jugadores más destacados, el mejor socio de Messi. Un rendimiento que desde Madrid hubo quien miraba torvado: aquel De Paul no había asomado aún en año y medio en el Atlético, desde que llegara al equipo del Cholo en el verano de 2021 procedente del Udinese por 40 millones de euros. Su primera temporada, la 21-22, fue el cuarto futbolista de campo más utilizado por el Cholo, por detrás de Oblak, portero, Koke, Carrasco y Llorente, con 2.939 minutos. Ésta ha sido el décimo, con 2.312 y Nahuel, Griezmann, Oblak, portero, Koke, Giménez, Witsel, Carrasco, Reinildo, Hermoso, Morata y Savic por delante de él. Muchos, pero es que en septiembre, antes de Qatar, ni había logrado hacerse un fijo como titular rojiblanco el año anterior en el que se esperaba que sí, heredero de Gabi, con el número de Tiago a la espalda, y, encima, en el parón de selecciones pedía permiso para quedarse unos días más junto a su padre, enfermo, pero una storie en Instagram descubría que en ellos también acompañaría a su pareja, una afamada cantante argentina, Tini Stoessel, a una entrega de premios de música en Miami, los Billboard.

Frío y calor en el año

Después de aquello, Simeone no le convocaría a un partido (ante el Sevilla en el Pizjuán) y sería suplente, sin minutos, ante el Girona, pero regresaría al tercero, tras lavar los trapos sucios en la intimidad del vestuario, sin declaraciones al respecto, sobre lo que ocurrió de verdad, ni del futbolista ni del entrenador. Él volvería a jugar pero la grada seguiría apuntando. Con De Paul bajo el dedo del emperador romano siempre hacia abajo. Un runrún comenzaría a crecer entre la afición: ese De Paul del Metropolitano, más gris que en colorines, nada tenía que ver con aquel de Argentina, contundente, líder y decisivo, el mejor compañero de Messi. Tras regresar de Qatar, con la tercera estrella de campeón del mundo bordada sobre el pecho, la afición rojiblanca le recibió con silbidos. Cuestionado, y con el ejemplo de Griezmann muy cerca, el argentino agachó la cabeza y se puso a hacer lo que mejor sabía: currar y brillar. Sus partidos después han logrado voltearlo todo, convertir el runrún en aplausos.

De Paul acaba la temporada en alto y como un futbolista importante en el Atlético, con tres goles y siete asistencias, pero, además, poso en un vestuario en el que no empezó bien pero ahora es uno más, uno que rema y uno que cuenta, uno que suma, pieza importante para el Cholo y también su grada, esa rojiblanca que olvidó los reproches y las miradas torvas, olvidaron todo lo malo, para también rendirse ante él y su fútbol canchero y pases precisos en largo, siendo el rojiblanco con más participación en las jugadas de ataque del Atlético solo por detrás de Griezmann, según contabilizan en @atletico_stats, la cuenta en Twitter que analiza el equipo de Simeone desde los datos.