De Marcos: “Es complicado elegir entre Valverde y Bielsa”
El exleón hizo las delicias de los aficionados del Moraza en su Centenario: “Me dedico a mi familia y a darle fuerte al inglés”, lanza.


Óscar de Marcos vivió en la calle Huertas de la Villa de Bilbao nada más aterrizar del Deportivo Alavés en el Athletic, en cuyo vestuario solo conocía a Ander Iturraspe. En un piso de soltero de apenas 47 metros cuadrados se cruzaba por la calle con muchos chicos de las inferiores del Moraza, que este jueves celebraba una charla coloquio para conmemorar su Centenario con el ya exlateral derecho como protagonista estelar: “Dedico mi tiempo a mi familia, a darle fuerte al inglés, a la música y a un proyecto por la comarca de mi pueblo (Laguardia)“, desvela el ex18 rojiblanco en una de las salas del Hotel Hesperia de Campo Volantín.
Con la presencia del presidente de la Federación Vizcaína, Iñaki Gómez Mardones, el presidente del Moraza, Iñaki Santiago, de su director deportivo, Pitxi Valle, el exdelantero del Bilbao Athletic y actual 9 del Moraza, Andoni Tascón, y de su excompañero Joseba Etxeberria, De Marcos se mostró, como siempre, cercano y campechano, sin darse importancia y contando anécdotas de su dilatada carrera deportiva con naturalidad: “Bielsa cambió mi mentalidad, me convenció de que podía alcanzar límites en mi carrera que yo pensaba que no iba a cumplir nunca”, señala y lo prolonga con el legado de Ernesto Valverde, que le “dio un poco más de orden” a las enseñanzas del peculiar técnico argentino: “Si tuviera que elegir, sería complicado y no lo voy a hacer”, señala.
Sobre si recibió otras ofertas suculentas fuera del Athletic, De Marcos indica que a su padre le ordenaba que “no escuchaba nada”, porque “no” se quería mover de Bilbao, aunque desvela que sí que “dos equipos bastante conocidos” preguntaron por su situación: “Era joven, acabábamos de jugar una final de la Europa League...”, describe de aquel contexto favorable. Su dorsal 18 lo heredó Jauregizar por aglutinar muchas similitudes con él y con Gurpegi, su anterior dueño, de compromiso y fidelidad a un escudo: “Le dije que me haría mucha ilusión”, apunta. Antes, tuvo el simbólico 10 porque Iñigo Pérez, el actual técnico del Rayo, le pidió por favor que “no se lo dejara” al quedar libre de propietario en el vestuario. Muniain fue quien se enfundó después el mítico dorsal para asumir su relevancia.
De Marcos deslizó que Neymar fue el extremo “con el que más” sufrió en su exitosa trayectoria deportiva. En sus cruces contra el Barça, acompañado de Jordi Alba, con el que guarda mucha amistad, y Luis Suárez, cuando se desdoblaban con malas intenciones por su zona de actuación. “Hubo un partido que no olí ni una...”, confiesa. Asegura que le “impresionó” la primera vez que vio la grada vertical del Bernabéu desde su cuidado césped.
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A propósito de su futuro, una vez que se desintoxique del fútbol, el carrilero de Laguardia no descarta dedicarse a los banquillos por la “inquietud” que siente de enseñar. “Ahora no me apetecía meterme en esa rueda, prefiero dedicarme a otras cosas. En unos años ya se verá...”, avisa para navegantes como futuro técnico, como su amigo Joseba Etxeberria.
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