De la debacle a la esperanza

El Sevilla vivió una noche agridulce de Champions League tras vencer al Copenhague y firmar su primera victoria de la temporada en el Sánchez-Pizjuán. Lo hizo asegurando su presencia en Europa a partir de enero pero despidiéndose a la vez de la máxima competición continental. Su tercera plaza ya es matemática y estará en la presente edición de la Europa League, el torneo que levantó en seis ocasiones. Hay una realidad amarga en esta eliminación debido a lo inesperada que podía resultar en las cábalas del club a inicios de campaña, pero hay también un hilo de esperanza creciente por estar a las puertas de una nueva oportunidad con esa presencia en los dieciseisavos de la Europa League.

El equipo nervionense deposita ahora sus ilusiones en una competición que lleva en la sangre. De sus últimas seis comparecencias en la misma, levantó el título en cuatro. Todo un aliciente de cara a convertirse en uno de los favoritos a optar al trono de este torneo. La afición sevillista espera ahora un crecimiento cualitativo en el rendimiento de su equipo con miras a los próximos meses y confía en la mano de Jorge Sampaoli, encargado también de reconducir la trayectoria del conjunto sevillista en la Liga y agarrarse aún a aspiraciones cercanas a las que existían.

Sólo el tiempo dirá si este Sevilla alcanza el grado competitivo necesario para pelear en Europa durante lo que queda de campaña. En Nervión reina el optimismo tras la primera victoria en casa de la temporada y la certeza de que la mejoría aparece a cuentagotas en el plan de Jorge Sampaoli. Las arcas económicas se ven de nuevo afectadas por un adiós precipitado de la Champions, al igual que ocurrió el año pasado, mientras que es una incógnita saber si la entidad se moverá en el próximo mercado de invierno para entregar a Sampaoli algunas bazas más para su proyecto.