De ‘don Paco’ al debut de Messi y las bengalas: Montjuïc, de derbi
Barcelona y Espanyol han lidiado choques históricos en el Estadi Olímpic, desde 1956 y hasta 2009: un 5-1 perico, uno con seis expulsados, otro con Rijkaard rompiendo el banquillo…
Se dice que el de este domingo será el primer derbi en Montjuïc que el Barcelona jugará como local, tras la etapa en que alojó al Espanyol, de 1997 a 2009, entre la demolición de Sarrià y la inauguración de Cornellà-El Prat. Pero no será exactamente así. La historia ha deparado un buen número de enfrentamientos entre dos clubes antagónicos que vuelven a encontrarse en la montaña mágica.
La última imagen de esa rivalidad no es precisamente la más hermosa, pues el derbi del 27 de septiembre de 2008 en el Estadi Olímpic, resuelto a favor del Barça con un gol de penalti de Lionel Messi en el minuto 103, deparó el lanzamiento de bengalas desde la zona visitante a los seguidores pericos situados en el sector inferior de la grada, espoleados además por jugadores como Gerard Piqué. Y, en consecuencia, un veto de entradas en sucesivos partidos que aún hoy no se ha acabado de superar.
También habían saltado chispas en la visita de los azulgrana el 13 de enero de 2007, con un 3-1 (goles de Luis García, Raúl Tamudo y Francisco Joaquín Pérez Rufete, y Javier Saviola) que desquició al entonces técnico culé, Frank Rijkaard, quien de un puñetazo hizo añicos el metacrilato que guarecía el lateral del banquillo.
La treta de Xavi y Puyol
A los despachos directamente pasó la ida de la Supercopa de España de 2006, disputada el 17 de agosto (0-1). La jugaron Xavi Hernández y Carlos Puyol, quienes tres días antes habían abandonado una concentración de la Selección española alegando sendas lesiones, habida cuenta de que en esos casos debían transcurrir cinco días hasta que pudieran participar con su equipo. Sin embargo, el recurso de impugnación del partido que presentó el Espanyol fue desestimado.
El debut oficial de Messi
En los libros de historia del Barça lo que ha quedado grabado para siempre es el 16 de octubre de 2004, la fecha en la que un tal Messi debutó oficialmente con el primer equipo, en el minuto 82 del derbi de Liga, entrando en el césped como reemplazo de Anderson Luis de Souza, ‘Deco’, actual director deportivo y que había anotado el gol de la victoria (0-1) sobre el Espanyol.
Al borde de la suspensión quedó el duelo del 13 de diciembre de 2003, con poco espíritu navideño pese a las fechas, puesto que Alfonso Pino Zamorano expulsó a seis futbolistas, tres por bando: Iván de la Peña, Toni Soldevilla, Alberto Lopo, Rafa Márquez, Phillip Cocu y Ricardo Quaresma.
Goleada en la Copa Catalunya
Pero es que poco antes de que el Espanyol aterrizara en el Estadi Olímpic como equipo local ya se vivió un derbi muy recordado por la parroquia blanquiazul. Montjuïc albergó, el 13 de marzo de 1996, la final de la Copa Catalunya que enfrentaba a ambos equipos, y que los pericos conquistaron con un espectacular 5-1, con doblete de Álex Fernández, ante 29.500 espectadores.
La espera de Franco
Sin embargo, el derbi más relevante jamás jugado en la montaña mágica tuvo como anfitrión al Barcelona. Ni que fuera técnicamente. Hay que remontarse a la tarde del domingo 16 de junio de 1957, en la final de la Copa de España, entonces Copa del Generalísimo, detalle poco baladí. Porque Francisco Sampedro anotó en el minuto 79 el único gol del encuentro, el 1-0 para los azulgrana ante el conjunto entrenado por Ricardo Zamora, narrado por Matías Prats padre desde el foso que ocupaban los suplentes del Barça. Y se desató la suspicacia. O, directamente, la polémica.
Protestaron amargamente los pericos un teórico fuera de juego en la acción, sin éxito. Así que Julián Arcas, el legendario delantero del Espanyol que ese día no podía jugar al haber sido expulsado en Mestalla en las semifinales, saltó como un resorte tras el pitido final para recriminarle la decisión al navarro Daniel María Zariquiegui Izco, el árbitro del partido.
Al reprocharle que había dado como válido un gol a su juicio ilegal, contaría Arcas años después que Zariquiegui le respondió: “¿Y qué querías, que tuviera a don Paco esperando allí media hora más?”. Ese “don Paco” se refería, lógicamente, a Francisco Franco, quien presidía el palco de autoridades y que probablemente no estaba dispuesto a aguantar una prórroga, ni aunque fuera en un derbi y en la montaña mágica. Como este domingo.
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