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REAL MADRID

Davide Ancelotti y Francesco Mauri, ‘altavoces’ de Carletto

Primer asistente y asistente técnico, la pareja es ‘la voz’ del Real Madrid en los entrenamientos. Son clave en la detección y corrección de errores, especialmente para los jóvenes.

Dallas (Texas)
Francesco Mauri, de espaldas, con Carlo y Davide Ancelotti en el centro y Simone Montanaro y Mino Fulco a continuación.

“Jugador por dentro y para fuera, abrimos”. “Igual eh, los laterales siempre sorprendiendo”. “Cambiamos, ahora iniciamos desde este lado con Luka (Modric)”. “¡Transición!”. Esta son algunas de las frases que, amén de mostrar pinceladas del trabajo táctico que hace el nuevo Real Madrid, se han escuchado estos días en el AT&T Stadium. No están elegidas al azar, pues los emisores son Davide Ancelotti (34 años) y Francesco Mauri (34). Si se microfonaran los entrenamientos blancos, sus voces protagonizarían gran parte de pista de audio. Y es que, el primer asistente y el asistente técnico del equipo blanco, especialmente Ancelotti Jr., son el altavoz técnico-táctico de Carletto.

Si Pintus se pone férreo para cimentar la estructura física del equipo, Davide y Francesco toman el relevo, ante la atenta mirada del técnico de Reggiolo, cuando el balón entra en escena. Con una hoja en la mano empiezan a trazar las directrices de los ejercicios a ejecutar que ellos mismos han planificado previamente. Roles escalonados, Davide verbaliza mientras Francesco, también de apellido célebre (su padre es Giovanni Mauri, histórico preparador físico de Carletto que le asistió en su primera etapa en el Paseo de la Castellana), se encarga de asegurarse que el ecosistema esté a punto (conos, porterías, petos... todo el material necesario). Y ahí arranca la pareja a gestionar el entrenamiento, a dar órdenes. Habitualmente es Davide quien está en el centro de la acción. En la periferia, Francesco. Ojo avizor, Carlo.

Francesco Mauri y Carlo Ancelotti, exultantes tras eliminar al City en la Champions 2021-22.
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Francesco Mauri y Carlo Ancelotti, exultantes tras eliminar al City en la Champions 2021-22.JAVIER GANDULDIARIO AS

La confianza que Ancelotti padre tiene en su hijo Davide y Francesco, como en el resto del cuerpo técnico (Llopis, preparador de porteros; Simone Montanaro, analista de los rivales; Mino Fulco, analista técnico y físico; y José Carlos García Parrales, readaptador que ha sido la sombra de Güler esta pretemporada...), es total. De ahí que delegue para poder fijarse él en detalles puntuales que no duda en poner sobre la mesa cuando detecta el fallo. Lo exponía Davide en una entrevista exclusiva en AS el pasado 29 de diciembre: “Escucha todo y decide siempre él, pero deja hablar a todo su equipo de trabajo. Esto genera mucho debate interno, y un ambiente de confrontación de ideas que a él le permite seguir joven de cabeza y de pensamiento. Él no quiere un cuerpo técnico de gente que sólo le diga que sí (...) Mi padre interviene sólo cuando es necesario, sólo cuando lo ve imprescindible o cuando hay una sesión táctica especial”. Tanto en UCLA como en el AT&T, este periódico está observando la certeza de la explicación, pues así es el modus operandi del cuerpo técnico de Carlo Ancelotti.

Clave para los jóvenes

Aunque el trabajo de los ‘altavoces’ de Ancelotti no termina sobre el césped. Según ha podido saber AS, entre bambalinas preparan vídeos individuales centrados en los jóvenes del equipo. Se fijan en sus actuaciones en los partidos y a posteriori se reúnen con los Camavinga (20 años), Rodrygo (22), Vinicius (23), Tchouameni (23), Brahim (23) Fran García (23)... o el recién llegado Bellingham, que a pesar de su madurez y rol acaba de entrar en la veintena. Un cara a cara en el que les muestran no sólo errores a corregir, sino también aciertos para balancear: moverse entre la corrección y el refuerzo positivo. Dinámica seguida tras la derrota en el Clásico, donde el cuerpo técnico ha trabajado de puertas para adentro en los fallos cometidos, asumiendo que los ha habido, lógicamente. Pero sin perder de vista que se trata de un encuentro anómalo donde el Madrid se topó con el poste hasta en cinco ocasiones, penalti de Vinicius incluido. El objetivo no es otro que tratar de hacer bueno el aviso de Carvajal en zona mixta: “Estoy convencido de que en competición oficial les vamos a pasar por encima”.

Radiografía de Davide y Francesco

Dos jóvenes en los banquillos, Davide tiene ya más de once años de experiencia en un cuerpo técnico (PSG, primera etapa de Carletto en el Madrid, Bayern, Nápoles y Everton). Probó suerte como futbolista, donde jugó en las categorías inferiores de un Milan en el que coincidió con Aubameyang o Darmian. No obstante, no tardó en descubrir que le atraía más la banda que ser centrocampista. Estudiante sobresaliente, sacó un 137 de 140 en la licencia B de entrenador, fue el mejor de su promoción en la licencia A y su tesis sobre la Metabolimetría con la que abrochó su carrera en Ciencias del Deporte fue calificada con Matrícula de Honor. Mientras se ha sacado la Pro A que le permite ser primero en España, de la que se examinó al terminar la pasada temporada, bebe de las enseñanzas de su padre y moldea su propia idea futbolística para el momento en el que decida comenzar a volar solo. “Una vez que mi padre termine, mi idea es seguir”, aseguraba a AS.

“Demasiada agua mata a las plantas”

Mientras que Francesco Mauri es otro joven de 34 años que también es parte de la columna técnica vertebral de Carlo Ancelotti desde su época en el PSG. Enamorado del análisis de datos para aplicarlo al futbolista (creó un algoritmo en el Everton para personalizar la inteligencia en el juego de cada jugador y así potenciar su rendimiento) y siempre tratando de mantener un perfil bajo alejado de los focos, Francesco dejó una frase en una entrevista para areachoach.it que pone en relevancia una máxima importante del Madrid actual: “Demasiada agua mata a las plantas”. “Es una frase que Cristiano Ronaldo solía decir cuando consideraba que la carga de trabajo era demasiado elevada ese día”, contextualizaba Francesco. De ahí que las sesiones del Real Madrid no sean eternas (suelen moverse entre los 75 y 90 minutos). Eficiencia por encima de volumen, un mantra sobre el que se sustenta el Real Madrid de Ancelotti.