David de la Víbora: “Mi sueño no era ser futbolista”

David de la Víbora (21 años) apuntaba a ser el nuevo Marcelo. Este último verano, el lateral se despidió del Real Madrid tras 13 años pasados en el club. En sus tiempos en La Fábrica, se le llegó a comparar con el brasileño. Mismo estilo de juego, misma posición... y mismo corte de pelo. Sin embargo, todo cambió el año pasado. Después de muchos meses sufriendo mentalmente y físicamente, el lateral dio un paso al frente y habló públicamente de su depresión. Hijo de una profesora de educación física y de un empresario, el excanterano madridista se unió a 1K, equipo de la Kings League y presidido por Iker Casillas. Con contrato hasta diciembre, el mostoleño tiene claro su futuro: Estados Unidos, donde ya juega su hermano Jorge de la Víbora (en el Salt Lake Community College Bruins). Con AS, David de la Víbora se confiesa sobre la Kings League, el Madrid, su relación con Marcelo y su salud mental.

– ¿Qué tal está David de la Víbora?

Contento. Estoy viviendo un momento muy bonito de mi vida, una gran experiencia pero sobre todo, tengo tranquilidad. Es lo que me faltaba los últimos meses de mi vida.

– Después de 13 años en el Real Madrid, decide irse a la Kings League. ¿Cómo surge la oportunidad?

La idea que tenía era irme a Estados Unidos. Quería seguir con los estudios, seguir jugando al fútbol e intentar conseguir mi sueño en otro sitio, porque al final mi sueño sigue siendo el mismo (ser futbolista). Allí están muy puestos en el tema deporte, hay muchas ayudas, para los deportistas de élite para no dejar los estudios y es algo que aquí, en España, sí que faltan. Tenía un tiempo libre estos meses para decidir qué hacer con mi vida y surgió la oportunidad de la Kings League.

– ¿Qué le motivó a probar ese formato?

Sobre todo mi hermano. Al final con mi hermano tengo una relación muy especial y me acuerdo de juntarnos los domingos a verlo juntos. Pasar unas tardes muy bonitas... pensé mucho en él.

– ¿Le llamó Iker Casillas?

Sí, entre él y la gente que le rodea. Me asesoraron y me contaron un poco el proyecto. En qué consistía y la verdad es que me gustó mucho la idea.

– Lleva dos partidos en la Kings, una victoria, una derrota. ¿Cuáles son sus primeras sensaciones? Viene del fútbol 11 y ahora juega fútbol 7. ¿Es muy distinto?

Si te soy sincero, muy raro. Todavía no he acabado de adaptarme. No estoy cómodo a la competición, a lo que es el show, porque al final para mí es un show. No es fútbol tradicional. Ni se asemeja, es todo lo contrario, es un deporte totalmente distinto. Hay muchos futbolistas profesionales y muchos exjugadores que han llegado a la Kings y no se han adaptado. Todavía estoy en proceso de adaptación y de sentirme cómodo en la competición, porque es algo muy distinto a lo que estamos acostumbrados los que hemos jugado fútbol de verdad.

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– ¿Cómo está el nivel de la Kings League?

Me ha sorprendido para bien. Hay buen nivel. Sí que es verdad que se nota a los que llevan mucho tiempo jugando a la competición. Al final son jugadores que no han jugado ni en Tercera RFEF. Y a lo mejor lo piensas y dices: “Bueno, pues a lo mejor, el nivel es muy bajo”, pero una vez que estás ahí hay gente que ya lleva bastante tiempo jugando la competición y se nota que están un paso por delante al resto.

– Sabemos que has vivido unos meses complicados... ¿la Kings es una manera de reconciliarse con el fútbol?

Sí. Estoy contento de haber tomado la decisión de no haber dejado de jugar estos meses porque sé que me iba a costar mucho. Ahora miro atrás y doy las gracias de haber dicho que sí y de no haberlo dejado estos meses y poder seguir vinculado al fútbol de una manera hasta que me fuera para Estados Unidos.

– ¿Sus objetivos a largo plazo?

Convertirme en profesional en Estados Unidos. Mi padre me lo dice mucho, allí no me conoce nadie y el fútbol me va a poner en mi sitio. Empiezo de nuevo, de cero. Voy a tener que encontrarme conmigo mismo, encontrarme como futbolista. El fútbol dirá. ¿Si soy capaz? Daré el cien por cien, sé que puedo ser profesional allí.

– ¿Qué franquicia de la MLS le llama más la atención?

Inter Miami, Los Angeles...

– ¿Le haría ilusión jugar con Messi?

No te creas, soy Team Cristiano (risas).

– El año pasado dijo que, cuando era más pequeño, “lloraba y vomitaba” cuando iba a los entrenos y que ser futbolista profesional no era su sueño. ¿Cuál era el sueño del pequeño David?

Pues desde luego que mi sueño no era ser futbolista. Me acuerdo de mis padres, que iba a entrenar y a mí no me gustaba el fútbol. Yo iba porque mis padres me decían que tenía que hacer algo de deporte, pero no me gustaba. Incluso cuando fiché por el Madrid, bueno, cuando me contactaron para ir a hacer unas pruebas en las que había cientos de chicos para jugar un partido que era tu vida. Era fichar por el Real Madrid o no. Tú imagínate a lo que estás expuesto desde tan pequeño. No fui capaz ni de jugar ni un minuto porque vomitaba de los nervios. De pequeño me gustaban (y le siguen gustando) mucho los animales y siempre he dicho que me gustaría ser dedicarme al tema de animales y cuidarlos.

– Ahora sueña con ser futbolista profesional... ¿Cómo se reconcilió con el balón?

Desde el primer día que te pones la camiseta del Madrid. Te das cuenta de lo que conlleva. Además, yo era del Madrid de toda la vida y el ponerte la camiseta por primera vez... es el primer paso. Quiero ser algo más.

– ¿Impresiona ponerse la camiseta del Real Madrid?

Sí. Todos los que lo han hecho te lo pueden decir. Los que no lo han hecho nunca van a ser capaces de saber cuál es la sensación. Hasta que te pones una camiseta blanca con el escudo del Madrid.

– Si tuviera que quedarse con un momento en La Fábrica, ¿cuál sería?

Los recuerdos más bonitos que tengo son cuando en los primeros partidos que jugaba, llamaba a mi abuela después. Contarle qué tal ha ido el partido... Poder debutar con la selección española, todos los viajes que he hecho con el Madrid, todos los torneos que he ganado, es algo que poca gente puede decir.

– ¿Qué le ha enseñado el Madrid y qué se lleva de esos 13 años en Valdebebas?

Me ha enseñado a dar el máximo. Nadie te espera ahí. Te están mirando con lupa. No hay entrenamientos en los que te puedas permitir bajar el acelerador, todo lo contrario. Es intentar, trabajar y ser muy constante para poder estar ahí. Y sobre todo, también los valores que transmite el Madrid. Es algo con lo que me llevo y me lo han inculcado desde muy pequeño.

– Con 12-13 años la gente empieza a compararle con Marcelo. Con esa edad, ¿cómo gestiona llevar tal apodo?

Cuando eres pequeño no sabes lo que conlleva. No te das cuenta. Te hace ilusión que te comparen con gente de tan alto nivel. Es más tarde cuando te das cuenta de lo que conllevaba de verdad y de la presión que conllevaba llevar ese apodo, esas expectativas.

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– ¿Ha llegado a tener trato con Marcelo? ¿Cuál fue el mejor consejo que le dio?

Tenía muy buen trato con él. En Valdebebas y también fuera del campo. Además compartíamos fisioterapeuta. Su mejor consejo fue que yo tenía que ser yo mismo. Al final, nadie te regala nada. Me dijo de tener paciencia. Es muy importante y no la valoramos porque por ser impacientes o por querer algo ya, muchas veces cometemos errores. Siempre le daré las gracias por todo estos consejos.

– ¿Se cambió el corte de pelo fue porque estaba harto de que le comparen con él?

Hay un poco de todo. Si te soy sincero, ya estaba un poco cansado de todo ese pasado. Muchas veces se me conocía más por el pelo que por lo que yo era, ¿sabes? Estaba cansado de las apariencias. Quería ser yo mismo y quería dar un lavado de imagen.

– ¿Qué le diría a la gente que se preocupó por de la Víbora y no por David?

Les doy las gracias. Me he dado cuenta de lo que realmente importa y de las personas que realmente están en las buenas y en las malas. Mucha gente ha ido desapareciendo poco a poco.

– Salía en muchas compilaciones, venía mucha gente a verle... ¿Se sentía como una rockstar?

Pues en el momento en el que voy a un torneo en El País Vasco o en Zaragoza y no soy capaz de salir del vestuario... La Policía tuvo que escoltarme porque me estaban esperando muchísima gente en la puerta. No te haces una idea. Ver que no eres capaz de salir de un vestuario para jugar un partido que, para ti, es uno más. Yo era un chaval jugando al fútbol, no era una estrella, no era un jugador profesional en ese momento y el hecho de tener que estar escoltado por la Policía me impactó muchísimo.

– ¿Qué rol ha tenido su familia?

Siempre me han mantenido un poco al margen de todo esto. Sin ellos, no sé cómo habría acabado. Soy la persona que soy gracias a ellos.

– Cuando llega al Juvenil A, el club le manda al Levante. Allí, conoce lo que es jugar fuera del Madrid y comentó incluso que lo pasó “mal”. ¿Cómo valora, tanto personalmente y profesionalmente, su estancia con los groguets?

La opción de haberse quedado en Levante hubiera sido la mejor. Allí me hice un nombre por cómo yo rendí. Venía de un sitio como el Real Madrid, del que se espera mucho de ti y cumplí. Creo que di un paso. Debería haberme hecho la carrera allí y no haber vuelto al Madrid.

– Nada más regresar a la capital, se le manda al Mérida y vuelve a vivir una difícil experiencia, la “más dura de su carrera”. ¿La cabeza ya le estaba diciendo de parar?

Sí. Te vienen pensamientos a la cabeza y ves que algo no va bien. Cuando dejas de sentir esa ilusión o el disfrutar por algo que te apasionaba, sientes que algo no va bien. Entonces creo que era el momento de buscar otro camino en la vida.

– Sin embargo, el año pasado, se marcha al Castellón. Allí es donde colapsa y deja el fútbol por un tiempo. ¿Cómo procesa tomar tal decisión?

Fue muy complicado. Dediqué mi vida ello y ver ahora que ya no lo disfrutas... Creo que ha sido la decisión más complicada de mi vida. Fue una acumulación de todos estos de los últimos años. No supe parar y al final explotó.

– De primeras, ¿se lo ocultó a su familia?

Hablar de esto con tu familia es muy complicado. Lo ocultaba o quería hacer ver que estaba bien, pero ya llega un punto en el que tienes que decírselo porque ya es un momento límite. Mis familiares son los que siempre me van a ayudar.

– El Castellón reaccionó bien. ¿Cómo se lo comunicó al club?

Quería saber qué palabras iba a utilizar para explicarles que no era culpa suya, sino yo mismo. Fue complicado. La reacción fue muy buena. Trataron de entenderme y ayudarme. Falta trabajo en el mundo del fútbol respecto al tema de la salud mental.

– ¿La salud mental es un tema tabú en los vestuarios?

Sí, bastante. Al final, un futbolista desde fuera tiene que ser una máquina, tiene que ser un robot, tiene que rendir. Solo se espera rendimiento de esa persona. A veces el rendimiento no llega y las personas no saben lo que hay detrás.

– ¿Cree que los clubes deberían invertir más en psicólogos?

Sí. Es más, cuando salió todo esto, bastantes chicos del Madrid me hablaron. Si lo hacen es porque hay cosas por arreglar en este mundo, ¿no? ¿Los clubes quieren rendimiento? Pues para tener rendimiento, la persona tiene que estar bien para luego rendir como futbolista. Igual hay que centrarse un poco en la persona para que ese futbolista dé el máximo y rinda al cien por cien.

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– ¿Se siente más liberado en el campo desde que tienes psicólogo?

Estoy más tranquilo. Sé gestionar las emociones y sé relativizar.

– Además, habrá recibido muchos mensajes de odio tras su fichaje por la Kings League... ¿Cómo los ha afrontado?

Si me pillaran otra etapa de mi vida, pues muy mal. Pero he aprendido y sé qué es lo importante ahora. No darle importancia a cosas que realmente no la tienen. Centrarme en mí y no en el resto. No te imaginas la cantidad de mensajes que he recibido de odio por haber tomado esta decisión. Al final es mi decisión. No es la de nadie más.

– ¿Qué mensaje le manda a los futbolistas que pueden estar en una situación parecida?

Hablar. Muchas veces no puedes solo y tienes que saberlo. Por muy fuerte que te creas, todos tenemos un límite y todos tenemos que pedir ayuda a alguien, ya sea tu familia, profesional o cualquier otra persona.

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