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Darderismo o barbarie

Creyó como nadie el capitán del Espanyol, quien jugaba tocado, en una inalcanzable victoria ante un Elche colista que les había sometido. Feliz debut de Pacheco con una zaga Frankenstein.

Sergi Darder celebra su gol ante el Elche.
Carlos Mira - RCDE

Ante todo, Darderismo. El Darderismo, aquel movimiento que nació durante una gira por Estados Unidos en el verano de 2019, es creer en lo imposible incluso cuando todo parece perdido. O cuando directamente ganar no entra entre lo considerable justo o merecido. Algo así le sucedió en Elche al Espanyol, sometido en buena parte del encuentro por un rival herido de muerte pero al que dejó agigantarse, pero reducido a cenizas finalmente en una genialidad aislada del capitán perico. Darder, la carrera, el eslalon, el tiro a la escuadra. Jugar con molestias en el sóleo. El brazalete, la celebración hacia los cerca de 500 pericos del Martínez Valero. El escudo. La diferencia, en términos de permanencia o descenso, entre vivir y flirtear con la muerte.

Pacheco: gran debut y psicosis. A la “gestión de grupo” aludía Diego Martínez hace unos días, tras la derrota ante la Real Sociedad (2-3), para justificar la suplencia de Fernando Pacheco desde que fichó sobre la bocina del mercado de invierno, en favor de Álvaro Fernández. Tuvo que esperar al tercer partido, el primero casualmente a domicilio, para darle la alternativa. Y para confirmar que estaba en lo cierto solicitando su compra. Pacheco salvó al Espanyol todo lo que pudo, sobrio, híperconcentrado y acertadísimo, aunque no pudo evitar la enésima psicosis de la temporada. Sobre la hora del choque, se tocó el aductor e hizo presagiar lo peor; incluso Álvaro tuvo que echar a calentar. Afortunadamente, el ex del Almería pudo seguir.

Una defensa Frankenstein. Que debería innovar el Espanyol en el entramado defensivo era un secreto a voces. Lesionados Montes y Calero, y sancionado Cabrera, lo único que estaba claro era la entrada de Sergi Gómez (que derribó su maldita estadística). Pero el entrenador perico lo cambió todo. Incluso el portero, como decíamos. Dispuso una zaga de cinco, a imagen y semejanza del Elche, y en lugar del canterano Simo, un central, apostó para esa demarcación por Gragera (mediocentro, aunque ya se había desempeñado ahí en el Sporting por urgencias similares) y Brian Oliván (lateral, que en el Mallorca sí se perfiló hacia el eje). Lo que llevó, a su vez, a variar también los carriles, reubicando a Óscar Gil en la izquierda y recuperando a Rubén para la derecha. Para colmo, Brian a punto estuvo de quedar grogui en un choque de cabezas con Ponce, del que salió hasta el descanso con un vendaje al estilo de Montes ante Osasuna y por el que terminó mareado y sustituido. Y ahí sí ya entró Simo.

Los jugadores del Espanyol celebran en una piña el 0-1.
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Los jugadores del Espanyol celebran en una piña el 0-1.Quality Sport ImagesGetty

La medular DVD. Otra de las novedades del Espanyol en Elche fue la aparición de Denis Suárez ya de inicio, en su primera titularidad desde mayo de 2022. Con Vinicius de pivote, levanta enorme expectación la sociedad entre el gallego y Darder, lo que podría bautizarse como la medular DVD. Sin embargo, en este Espanyol tan estirado, vertical, abocado a transiciones y despreocupado del esférico, salvo en la aislada y extraordinaria acción del gol, tuvieron más presencia en defensa y sobre todo en ataque que en el control de mandos. La mano que mece el fútbol. A Denis le birló un tanto el experico Roco en la misma línea, Darder vio cómo le señalaban un milimétrico fuera de juego en la diana anulado a Puado, pero finalmente se desquitó con ese subidón que fue el 0-1.

Carmona, del cielo al infierno. El carrilero diestro ha vivido esta temporada ante el Espanyol los que acaso sean su mejor y peor momento en Primera. A bordo del Sevilla, en la primera vuelta, protagonizó en Cornellà una victoria en la que anotó dos goles y dio la asistencia del tercero (2-3). Cinco meses después, y ahora cedido al Elche en busca de minutos, vio cómo le expulsaban por doble amarilla en el esprint final del encuentro, dejando a su equipo en inferioridad numérica, en ese tramo en el que llegó el gol de Darder.

Esperando a Joselu. La Joseludependencia no es, tal como se intuía, una conclusión de las frías estadísticas sino una contundente realidad. La baja del pichichi perico en las tres últimas jornadas por una lesión en los isquiotibiales ha limitado los recursos arriba, las alternativas de un equipo que abusa de balones largos y carriles exteriores, al talento y la inspiración individuales. Como en Elche ocurrió con Darder. No está Joselu descartado ante el Mallorca, aunque el hecho de jugar en sábado y no domingo puede resultar decisivo. Porque no todos los rivales serán el pobre Elche, que no se mereció la derrota.