Cuatro días que cambian el fútbol
El mundo ya sabe que las buenas caras y el mirar para otro lado del Real Madrid con el Barcelona son historia. Florentino piensa llegar el final y se apoyará en los juzgados
El buen rollo, y eso de dejar pasar todo por alto, ya es historia. Los últimos cuatro días han servido para dar forma por completo a un adiós a eso de que se necesitaban mutuamente. El Real Madrid ha dicho basta y, si ya lo dejaron patente los abogados del club en la declaración del pasado viernes de Joan Laporta en el juzgado, en la tarde del lunes lo ha hecho de viva voz, con Florentino Pérez en primera persona. Los negocios o estrategias en común han quedado desterrados.
Durante unos años, los destinos de Real Madrid y Barcelona parecían ir unidos, pero lo sucedido en los tres últimos meses ha dado la razón a todos aquellos que aconsejaban a los dirigentes madridistas desmarcarse de Joan Laporta y de su manera de gestionar la entidad catalana.
La personación en el ‘Caso Negreira’ fue el primer paso para despedirse de las falsas posturas o posiciones. La relación con LaLiga y con la UEFA (por Valdebebas consideran que han traicionado algo tan elemental como es la confidencialidad en una negociación) significó otro paso adelante, pero ha sido la presencia activa en el juzgado lo que ha dejado claro que cada uno camina por su lado.
En sus tres últimos discursos, el presidente madridista ha ido elevando la voz hasta dejar claro que ya no tiene duda alguna de que, con esos pagos hechos por el Barcelona, ha habido alteración de la competición gracias al trato de favor recibido por el club azulgrana.
El problema más grave
Piensa llegar el final y para ello se va a apoyar en los juzgados, pero también en la FIFA, su gran aliado en las diferentes guerras abiertas que la entidad madridista tiene en pie. El máximo organismo futbolístico también espera el dictamen del juez para actuar, llegado el caso.
Lo que el mundo del fútbol ya sabe es que las buenas caras y el mirar para otro lado del Real Madrid con el Barcelona son historia. Como dice el himno de la Décima: “Hasta el final”. Y es que Florentino Pérez lo tiene claro. “Es el problema más grave del fútbol español”.
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