Courtois: las claves de una recuperación milagrosa
El poder de la mente, arma principal en el retorno del portero del Real en este tramo final y decisivo del campeonato.
No ha dado tregua a la adversidad. Thibaut Courtois (Bree, Bélgica, 1992) es una roca en el plano mental y no ha cedido emocionalmente ante las dos pesadas piedras que el destino puso en su camino. Cuando están a punto de cumplirse nueve meses de su rotura de ligamento cruzado en la rodilla izquierda (10 de agosto), el héroe de la Decimocuarta se ha visto obligado a redoblar esfuerzos para avanzar en la rehabilitación de su lesión de menisco de la rodilla derecha, sufrida en un momento en el que ya saboreada el regreso a los campos y de la que fue operado el 20 de marzo. Superado el shock inicial tras el segundo impacto, su actitud viró a positiva en muy poco tiempo y en el plazo estimado para la rehabilitación de una grave lesión, él se ha recuperado de dos. Los doctores y fisios que le han tratado han quedado impresionados con su fulgurante y eficiente mejoría.
Su fortaleza emocional ha sido piedra angular en su “milagroso” restablecimiento. Desde muy joven cultivó la autodisciplina y se aplicó en la cultura del esfuerzo. Por ello, la exigencia que se impone a sí mismo no le permite rebajar ni un ápice la carga de trabajo necesaria para volver al nivel que requiere el mejor guardameta del mundo. Igual que ocurrió tras su lesión de agosto, el belga ha complementado, en esta segunda fase, las sesiones programadas en Valdebebas por el equipo médico del Real Madrid con un riguroso plan individual. Con fisioterapeutas particulares, Courtois ha empleado muchísimas horas durante las tardes en su recuperación para reforzar las zonas dañadas. Los consejos que desde niño le fue dando su madre, fisioterapeuta de profesión, han sido parte de su hoja de ruta.
Le ha tocado vivir meses de sufrimiento, de apretar los dientes y aguantar el dolor en los duros días de tratamiento y severas rutinas de máquinas para fortalecer la musculatura, pero apenas ha mostrado síntomas de debilidad. Al margen de las agotadoras sesiones diarias de recuperación, “Jirafa”, como le apodan en el vestuario blanco, ha cuidado al máximo, como de costumbre, la alimentación y el descanso como parte del proceso en la doble “operación retorno”. Su focalización en ese objetivo resulta casi obsesiva.
Una de sus fuentes de inspiración es su amigo Tom Brady, el mejor jugador de la historia de la NFL, que superó un largo historial de percances físicos (incluida una rotura del ligamento cruzado) y pudo aguantar hasta los 44 años al máximo nivel en un deporte que castiga el cuerpo como pocos y lleva al límite la resistencia física. Una camiseta que le envió el quarterback californiano hace tiempo le recuerda que la entereza y el empeño son parte del éxito. Hace unos días pudo charlar con él en la visita de la megaestrella a Madrid para presenciar el Clásico. La forma de superar 12 lesiones en 21 temporadas de su también admirado Roger Federer, que se retiró con 41 años por sus dolencias en las rodillas, también ha sido un plus de motivación. Ambos iconos del deporte, que seguían en activo cumplidas las cuatro décadas, son dos de los motores que han servido como estímulo al guardián de la portería blanca.
Entretanto, “Tibu” no ha descuidado su agitada vida familiar y empresarial. Cada vez que puede, acompaña al pequeño Nicolás a los entrenamientos, partidos o torneos con el equipo prebenjamín del Real Madrid, en el que juega de centrocampista, y a su hija Adriana a las clases de gimnasia rítmica. Con su mujer, la israelí Mishel Gerzig, aficionada al fútbol desde antes de conocer al belga, avanza en su conocimiento del hebreo, otro idioma en el que el políglota insaciable va dando pasos de gigante.
También aprovecha el tiempo para seguir a sus amigos Doncic y Embiid en la NBA, a Sainz y Alonso en la F1, para desarrollar la escudería de F4 TC Racing con el asesoramiento del piloto Roberto Mehri, cuidar sus inversiones inmobiliarias en Bélgica (supervisadas por su padre, financiero de profesión) o promocionar su compañía de música Artist Amplifier.
Ya está de vuelta y regresará tan fuerte como se fue. Es un mensaje que no ha cesado de repetir a su círculo más próximo. Era su gran desafío y a ello se ha entregado con una dedicación máxima. Su retorno será por la puerta grande. El espartano de Bree no tiene dudas sobre su rendimiento venidero y los que le conocen bien tampoco.
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