“Con la lesión te preguntas, ¿volveré igual? No, mejor”
Brahim Díaz ha sido uno de los mayores talentos menores de 30 años para Forbes y ha detallado su filosofía de vida y presente en una charla.
Tras un parón reluciente con Marruecos y unos primeros minutos efervescentes ante la Real Sociedad, pinchazo. El muslo derecho, el abductor, dijo basta. Cambio y tras los análisis, se confirmó la lesión. Brahim trata de regatear los plazos marcados en primera instancia y su apariencia aventura buenas nuevas. “La lesión es la peor parte del deporte. Al principio toca aceptarlo y da fastidio. Luego ya te enfocas y piensas que cada día es un día menos para volver. Hay dudas. Te preguntas, ¿volveré igual? Y mi filosofía es que de una lesión hay que volver aún mejor”, ha arrancado en una charla enmarcada en el ‘30 Under 30 España’ de Forbes en la Galería de Cristal del Palacio de Cibeles. Ahí ha tenido lugar un foro cuyo objetivo es reunir a los mayores talentos jóvenes del país. Brahim, de 25, es uno de los abanderados de la prestigiosa lista. “Los treinta hombres y mujeres menores de 30 que más están influyendo en el rumbo de los negocios y de la sociedad”. En conversación con Daniel Entrialgo, subdirector de Forbes, ha radiografiado no sólo su presente, sino también el proceso de crecimiento, sus motivaciones, qué significa el Madrid y, por su puesto, su celebración icónica.
La lesión es lo primero, debe ser difícil afrontar situaciones así para un deportista...
La lesión es la peor parte del deporte. Te hace parar, no estar en lo que amas y te apasiona. Al principio toca aceptarlo y da fastidio. Pero luego ya te enfocas y piensas que cada día es un día menos para volver. Hay dudas. Te preguntas, ¿volveré igual? Y mi filosofía es que de una lesión hay que volver aún mejor. Esa es mi mentalidad. Volver fuerte para ayudar al equipo.
¿Por qué ese gesto al celebrar los goles?
Cuando era pequeño, tengo cuatro hermanas, y siempre perdía. Con los amigos también. A la play, a las cartas... Hubo un momento en el que intenté mejorar. Y cuando parecía me iban a ganar, ganaba yo y les hacía ese gesto. En plan, ‘¿ves? Al final gané’. Quiere decir paciencia. Tratar de afrontar las cosas con esa filosofía. Lo que parece difícil es fácil si te propones las metas adecuadas.
Ha hablado en alguna ocasión de que hay más derrotas que victorias en el deporte.
Le llamamos fracaso, pero no lo veo así. O ganas o pierdes, no hay más. Lo más importante es aprender de los errores cometidos e intentar mejorar. A veces hay que bajar un escalón para subir tres. Olvidar lo pasado. Cuando fracasas o caes derrotado empieza algo nuevo.
En Forbes siempre hay que hablar de empresas y el Madrid es una enorme, ello implica mucha presión.
A mi me encanta la presión. Quiere decir que no tienes techo. Estar en el mejor club del mundo te da ese nivel de exigencia. Dentro y fuera. Debes saber medirlo todo. De eso se trata. La presión es buena. Y estar en el punto de mira. Si pierdes, por ejemplo, no vas a salir a cenar. Si te ven te pueden decir algo, es normal. Si ganas, pues sales y disfrutas. Porque no hay que olvidar que en casa siempre tienes a la familia. Eso no cambia ni en la derrota ni en la victoria.
¿Siempre tuvo claro el camino?
Siempre tuve claro lo que quería. Pero con los pies en el suelo. Mi familia era humilde y ha tenido que trabajar. Pero estoy aquí gracias a ellos y a mí, al trabajo. Mantener los pies en el suelo es clave. En el Madrid lo tienes todo, pero al llegar a casa ves a tu familia, que trabajó tanto, y eso es clave para poner los pies en el suelo.
El futbolista cada vez tiene carreras más largas.
La carrera del jugador antes eran 10 u 11 años. Ahora pueden ser 15, 18 años. Es por los hábitos que creamos. En el Madrid, por ejemplo, tenemos lo mejor. En todo. Nutrición, preparación física... Crear esos hábitos te hace llegar al éxito. Crear esos hábitos te da una rutina que sale fácil al final. Es como conducir al principio. Te haces y luego es fácil.
¿Cuándo se dio cuenta que llegaría?
Desde niño lo visualizaba. Mis amigos iban a comer hamburguesa y yo trataba de comer ensalada (ríe). Siempre tuve claro que tenía un don y quería aprovecharlo. Lo visualicé desde pequeño. Pero te das cuenta al empezar a rozar primer equipo, al ir a estadios llenos y ver que la gente te quiere...
¿Qué valores le ha transmitido su familia?
El esfuerzo, el compañerismo. Es un deporte donde no juegas solo. El ayudar a los demás me encanta. No me gustaría ser jefe, que tienes que echar a la gente (ríe). Prefiero ser líder y ayudar a crecer. Ese soy yo, con humildad. Cuando tuve que irme a Manchester pensé que tenía que devolver a mi familia lo que me habían dado. A Mánchester me fui joven. No tenía ni idea de inglés. Siempre había querido ser el primero en todo, pero al llegar me di cuenta que ir el segundo era buena opción, porque no me enteraba si iba delante (risas). Aprendí a ser paciente. Me vino bien para aprender inglés. Aunque queda mucho por mejorar.
Al hilo de lo anterior, usted defiende que la edad es sólo un número.
La edad es un número. Benzema ganó el Balón de Oro con 34 años, Modric igual, Cristiano ha marcado muchos goles siendo mayor de 30... En mi caso, con 16 o 17 años pensaba que lo tenía todo. Pero no es así. Lo que me vino muy bien es la paciencia. Ha sido la llave de mi éxito. Siempre trato de aprovechar las oportunidades y decir aquí estoy yo. Con 17 años no era lo maduro que soy ahora.
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