Club Argentino, el hogar de los hermanos de Julián Alvarez

La delicada situación económica en Argentina ha provocado que el flujo de inmigración del país sudamericano a España aumente en los últimos años. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el número de argentinos en suelo español alcanzó un pico histórico en 2024, con un total de 415.987 migrantes registrados. Como consecuencia de este fenómeno, en el barrio de Alcalá, en Madrid, ha aparecido un equipo de fútbol que representa a la comunidad argentina, la une y crece a un ritmo acelerado.

El Club Argentino nació en 2023, obra de Adrián Varela, uno de esos tantos migrantes argentinos. Varela fue directivo de River Plate durante el mandato de Rodolfo D’Onofrio y, antes de ello, trabajó en el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires con colectividades inmigrantes; su currículum le pedía a gritos que, tras mudarse a Europa en 2022, pusiera a prueba su experiencia y formara un equipo que estrechara lazos entre sus compatriotas.

“Cuando vine a España descubrí la importancia que tiene el flujo migratorio argentino aquí y esto me hizo trazar un paralelismo con respecto al que se produjo un siglo antes en la Argentina por parte de españoles e italianos principalmente”, cuenta el presidente del Club Argentino. Precisamente, en estas comunidades extranjeras en Argentina, en y los equipos que formaron en el país, encontró inspiración para crear el club que hoy milita en Primera de Aficionados tras conseguir su primer ascenso la temporada pasada.

El punto de inflexión

“No tiene nada que ver lo que es ahora el club con lo que era antes”, comentan los entrenadores, Enrique López y David Sánchez. “Cuando nosotros llegamos, el 80 por ciento de jugadores eran españoles, argentinos habían dos. Antes era un equipo para divertirse y poco a poco ha ido subiendo”, detallan. Este crecimiento exponencial tiene su génesis en febrero de 2025, cuando se dieron dos sucesos claves que han puesto a los argentinos en la lupa de muchos aficionados del fútbol.

El primero de ellos fue la aparición de Valentín Scarsini, un influencer argentino que dio a conocer el club. Las publicaciones en redes sociales tuvieron efecto: “Justamente en ese momento nos jugábamos la punta de la tabla, estábamos a un punto del líder y los recibíamos en casa. Ese pasó a ser el juego más importante de la categoría de Segunda Aficionados del fútbol español, asistieron más de dos mil personas”. Con esa promoción de ‘elscarso’, el Club Argentino pasó de unos pocos miles de seguidores a los casi 300 en Instagram. “Al principio venían los padres, los amigos, las novias, y a raíz de esto todo cambió”, recuerda Enrique López.

Pero el reconocimiento del nicho futbolero más allá de la burbuja argentina no llegó precisamente por los reels de Scarsini, sino por la incorporación de Agustín y Rafael Álvarez, los hermanos de Julián, la estrella del Atlético de Madrid. “Teníamos cierta relación heredada de nuestros tiempos en River Plate y, una vez que se instalaron en Madrid, fue cuando les propuse a los hermanos unirse al equipo”, recuerda Varela. “Llegamos a través de Lucas Beltrán (ahora jugador del Valencia), que es amigo de la familia, amigo de Julián desde River. Él habló con el presidente, con Adrián, y mi hermano Agustín se contactó con él”, dice Rafael, hermano de la estrella colchonera y mediapunta del Club Argentino.

Llegamos a través de Lucas Beltrán, que es amigo de la familia, amigo de Julián desde River Plate. Él habló con el presidente para que nos uniéramos”

Rafael Álvarez, hermano de Julián

“Decidimos irnos de Argentina con Julián para apoyarlo. Estuvimos con él en Manchester, jugamos allá en un club de la ciudad, y cuando fichó por el Atlético decidimos venirnos con él”, resalta Agustín, ‘Turrón’, otro de los hermanos Álvarez. Este apoyo, esta cercanía, es correspondida por Julián, un habitual -tan habitual como su agenda lo permite- en los entrenamientos y partidos del club.

Sobre el club del que hoy son referentes, Rafael valora: “Vimos un equipo muy ordenado, vimos una familia y es una forma de estar cerca de Argentina. Cada domingo que venimos a jugar sentimos eso”. “Cuando vinimos a probarnos, vimos que el equipo era una familia. Nos hace sentir cerca de nuestro país”, señala también Agustín, uno de los goleadores del equipo en el primer partido de la temporada.

Julián no es la única cara conocida que ha posado con la camiseta del Club Argentino. Durante su tiempo en Madrid, Rodrigo De Paul también pasó alguna vez a visitar al equipo. Otros jugadores como Javier Saviola, Javier Pastore, Lucas Boyé y Rubens Sambueza también han apoyado a este proyecto emergente, cada vez más popular entre los ciudadanos argentinos residenciados en Madrid.

Un club lleno de identidad

La identidad argentina impregna cada rincón del club. Su apodo, ‘el Granadero’, no fue escogido al azar, sino que es un guiño a su historia: “Es un homenaje que buscamos hacerle a un símbolo muy importante de nuestro país, que no siempre ha sido bien reivindicado, que es el regimiento que creó el General Don José San Martín”. Este tinte histórico no es anecdótico ni mucho menos. El General San Martín aparece en banderas, como recuerdo incesante de la esencia del club, y el apodo está inscrito en el cuello de la camiseta del equipo, entre la bandera argentina y la española. “Es para todos aquellos héroes de la independencia argentina, que representan un universo de valores que pretendemos llevar, como el coraje, la lealtad y el amor a la patria”, significó Varela.

A Verónica, una investigadora de la vida y obra de San Martín, la propuesta del club la enamoró al instante: “Hoy en día hay pocas cosas que nos unen y San Martín es una de ellas, y que haya alguien en otro lugar que hable del ‘Granadero’ me emociona. Vine unas semanas a España a estudiar parte de la historia de San Martín y cuando vi al club por Instagram dije ‘no puedo volver a Argentina sin una camiseta del ‘Granadero’. Ya soy muy hincha”. El intenso sol de fines de verano no impide que ella, ni otros cientos de argentinos, disfruten de los primeros partidos del equipo en Vallecas, en un campo que pertenece a la Asociación del Fútbol Argentino y que se ha convertido en su nueva casa para poder albergar a una mayor cantidad de espectadores.

Los partidos del ‘Granadero’ te teletransportan a Argentina. En ese rincón de Vallecas no faltan ni la yerba mate ni los termos; tampoco una Coca-Cola ni una cerveza, que nunca vienen mal. En las gradas caben tanto familias con niños pequeños como una barra que no para de cantar y alentar. También hace parte del ecosistema algún que otro ‘apretón’ ingenioso al árbitro, de esos que te sacan una sonrisa, pero al referee igual no. La cancha está rodeada de banderas, entre las que sobresale una bastante más grande que el resto, con las caras de Messi y Maradona y un mensaje: “No te lo puedo explicar porque no vas a entender”.

En el país se han roto muchas cosas. Por medio del fútbol nos hermanamos, nos olvidamos de todas las diferencias"

Aficionado del Club Argentino

“Conocimos al club por las redes, nos atrajo el sentido de pertenencia. Somos todos argentinos, es venir a pasar un rato con gente que comparte el mismo país, las mismas creencias y la misma cultura”, rescató otro de los hinchas argentinos, que llegó a España junto a su familia hace poco más de un año. “Siento que en el país se han roto muchas cosas y la mayoría de las pasiones las volvamos dentro de una cancha. Por medio del fútbol nos hermanamos, nos olvidamos de todas las diferencias. Es una enfermedad que nos hace muy bien”, concluye.

Precisamente, el club nace por y para esa pasión tan propia del argentino: “El fútbol nos atraviesa en todos los aspectos de la vida. Es una parte muy importante de nuestra vida en la mayoría de los argentinos y termina siendo una gran herramienta de inclusión”. Eso sí, lejos de cerrar filas, abrazan a todos y piensan en el equipo como “una manera de crear un vínculo de hermandad con España, más allá de la relación que tenemos de historia”.

“Habría que hacer un estudio sociológico para determinar por qué los argentinos vivimos las emociones tan al extremo. En ese contexto, el fútbol es nuestra pasión principal, entonces es muy lógico que lo vivamos como lo vivimos”, dice Varela, a quien esa misma forma de vivir el deporte lo lleva a soñar en grande. En el Club Argentino se trazan dos objetivos para los próximos años; el primero es construir un espacio propio, una cancha propia, “un paso fundamental para el fortalecimiento y para afianzar el proyecto”. En su momento, el Deportivo Español pudo construir su cancha en la Ciudad de Buenos Aires, y ahora los albicelestes quieren seguir ese camino. La segunda meta es bastante más ambiciosa: llegar a Primera. “Nos permitimos soñar. Sin ir más lejos, Deportivo Español ha llegado a jugar en primera división en la década del ‘80, ha jugado contra River y contra Boca. Nosotros también podemos”, dice Varela.

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