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Claudio Giráldez, el Guardiola del Celta con pasado merengue y colchonero

El técnico de 36 años jugó como lateral izquierdo en las canteras del Real Madrid y del Atlético. Es la antítesis de Rafa Benítez.

El nuevo entrenador del Real Club Celta de Vigo, Claudio Giráldez, durante el acto de presentación.
Salvador SasEFE

Uno lleva casi 30 años en la élite, lo ha ganado casi todo y prioriza la fortaleza defensiva para salir al contraataque. El otro carece de experiencia en el fútbol profesional, su principal título es una liga juvenil y apuesta por ir a buscar al rival a su campo sea quien sea el adversario. En esta comparativa entre dos entrenadores con muy poco en común, el Celta ha apostado por la segunda opción. Y la mayoría de su afición lo celebra.

A Rafa Benítez lo ha relevado Claudio Giráldez, su antítesis. Lo único que conecta al ya exentrenador celeste y a su sucesor en el banquillo de Balaídos es que ambos jugaron en La Fábrica. El gallego lo hizo en el Juvenil del Real Madrid y en el C. Incluso disfrutó de una única oportunidad en el Castilla. Curiosamente, fue en Vigo y el Celta B ganó 3-1. Entre los jugadores que le amargaron el debut estuvo uno de sus actuales pupilos, Iago Aspas.

Aquel lateral zurdo que tocó techo como jugador en Segunda B pasó después por el filial del Atlético como estación previa a su regreso a Galicia. Licenciado en Periodismo y en Ciencias de la Actividad Física se integró como técnico en la de cantera del Celta antes de colgar las botas en el fútbol aficionado. Empezó llevando las riendas del Cadete B, en la temporada 2015-2016, y ahí inició una meteórica carrera.

A sus 36 años, uno menos que Aspas, Giráldez da el salto al primer equipo tras una campaña y media acumulando elogios en el filial. Su parecido con Pep Guardiola va más allá de la calva y de la barba. Sin ser un talibán de la posesión, para el técnico de O Porriño resulta innegociable plantear los partidos al ataque.

La oportunidad en Primera le llega a punto de que expire su contrato y con una larga fila de clubes de Segunda llamando a su puerta. Sirva como ejemplo el Levante. Mientras deshojaba la margarita de su futuro se ha hecho realidad su sueño de su vida, el de entrenar al equipo en el que jugó su tío y padrino Pepe Lemos, fallecido hace seis meses.

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