Cissé pasa el examen del derbi y continúa su evolución “sin techo”
Ante el Getafe, lejos de arredrarse, derrochó un partido de carácter y buen rendimiento. Su entrenador lo piropeó tras el partido. Hace dos años y medio estaba en Tercera.
Hace apenas dos años y medio Seydouba Cissé (23 primaveras) era jugador de Tercera División. Sí, Asier Garitano y Mehdi Nafti (el segundo reemplazó al primero tras su destitución) le habían concedido un puñado de ratitos con el primer equipo del Leganés en Segunda, pero el chaval se sentía más jugador del filial que de los mayores.
Su debut como titular en la categoría de plata (un 11 de febrero de 2022) ya dibujó la estrella que lo acompañaría hasta su eclosión en Primera División. Aquella fría noche ante el Zaragoza marcó un gol y se marcó un partidazo que señalaba ya la proyección que le quedaba por cumplir. Un crecimiento “sin techo” que ante el Getafe pasó la siempre complicada prueba de un derbi.
El entrecomillado es de Borja Jiménez, su actual entrenador, siempre cariñoso con sus jugadores, pero no muy propenso al halago espontáneo. En rueda de prensa, tras el empate del Coliseum contra el eterno rival (1-1) se deslizó con un piropo rotundo hacia Cissé, titular en un duelo que, lejos de quedarle grande, se ajustó a su estilo como un guante perfecto.
“Tenemos a Cissé, que lleva dos partidos a un nivel muy alto, muy, muy alto. El más alto que le conozco. Con un margen de mejora muy grande. La verdad es que no sé dónde está su techo, la verdad. Y me alegro muchísimo por él”, contó el técnico mientras explicaba la elección de la medular para frenar al Getafe. La presencia del guineano ha pasado, de ser ocasional la pasada temporada en Segunda, a ser regular en Primera. Curioso.
El premio del esfuerzo
El tridente Neyou-Undabarrena-Portillo solía acaparar el espacio que no lograba tener este chico tímido, cercano con todo el mundo y humilde tanto en las buenas, como en las malas. “Si cuando no juegas, bajas los brazos… malo. Soy joven. Son etapas. Esto puede pasar en mi carrera. Ahora y en el futuro. Pero hay que afrontarlo como lo estoy afrontando. Es una experiencia. Estoy todo el día entrenando. Quiero también motivar a la gente que viene por detrás o incluso a mis compañeros. Demostrarles que con trabajo, todo se consigue. Y que siempre hay que estar listos y con la cabeza en su sitio”, dijo la temporada pasada tras marcar el gol que todos querían ante el Sporting de Gijón.
Un tanto clave en el ascenso. Hoy, poco tiempo después, su discurso cobra más sentido que nunca para un jugador que, ante el Getafe, fue clave en la medular pepinera. Su capacidad para retener la pelota y distribuirla con criterio se combinó con una enorme personalidad que la hacía pedirla constantemente, sin miedo a la presión contraria y siempre tratando de atraer rivales para liberar espacios.
Y aunque protagonizó más pérdidas de las habituales (13) y no estuvo tan fino en el pase como en otros partidos (28 de 36), se permitió el lujo de bregar como un veterano en la medular, con 10 duelos ganados de 20 disputados, cuatro entradas con éxito y dos regates de tres intentados. Guiños de personalidad de un jugador que ya acumula siete partidos en la élite (ha jugado en todas las jornadas) con cinco titularidades y 463 minutos. La temporada pasada, en Segunda, compitió en 25 partidos con sólo 13 titularidades y 1.338 minutos. Números que, de continuar así, superará sin problemas en esa élite que, por de pronto, sigue sin tener “techo”.
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