Chupinazo a la era Carvalhal
El portugués se estrena en Balaídos esta tarde frente al Osasuna de Arrasate. Los vigueses necesitan ganar después de sumar sólo cuatro puntos en las últimas ocho jornadas.
A finales de los 90 un fino central portugués decidió colgar las botas a los 32 años para vestir los zapatos de entrenador. Aquel chico, llamado Carlos Carvalhal, natural de Braga, quería empaparse de fútbol y uno de los estadios más cercanos a su casa era Balaídos, el salón donde bailaban Mostovoi, Karpin, Mazinho y compañía. Al son de la ‘Rianxeira’, inundado por bufandas celestes, presenció el 7-0 al Benfica, entre otras exhibiciones. Ahora viaja en el tiempo para volar de la grada al pie de campo. Si el listón es el de hace 20 años, tiene un largo camino. De momento, le bastará con encauzar un equipo a la deriva. La primera misión será hacer sonreir a una plantilla instalada en la tristeza (sigue el partido de hoy en directo en As.com).
El nuevo preparador celeste apenas lleva tres días en Vigo, tiempo insuficiente para realizar una revolución. Es más, apenas habrá cambios con respecto a la era Coudet. El Celta saldrá esta tarde con un 4-4-2, con Beltrán de pivote y Óscar de mediocentro ofensivo, con Cervi en la izquierda y Carles Pérez en la derecha. Los centrales serán los de siempre, Aidoo y Unai, y para el gol seguirán estando Aspas y Larsen. Mingueza suplirá a Mallo y el once lo completarán el portero Marchesín y el lateral izquierdo Javi Galán. Una alineación que perfectamente podía firmar Coudet. Pero no, el que firma ahora es Carlos Carvalhal.
El obstáculo inicial del técnico portugués es un Osasuna al alza. Los de Arrasate suman siete de los últimos nueve puntos, están plenos de confianza para pescar en el río revuelto de Vigo. Saben que a la mínima habrá runrún en la grada. La inteligencia de Moi, el desparpajo de Oroz, la locura de Chimy o la dinamita de Budimir están preparadas para asestar el golpe al Celta. Todavía es pronto, pero una victoria rojilla alejaría muchísimo el descenso.
La ausencia de Abde resta frescura a Osasuna en el uno contra uno. Seguro que Mingueza ha dormido mejor sabiendo que no tendrá que enfrentarse a las diabluras del marroquí. Tampoco estará Herrera, pero Aitor ha demostrado que es un portero de garantías. No obstante, Arrasate tiene claro su plan y sabe que tiene material de sobra para incendiar Balaídos.