Chimy volvió a ser Chimy
El atacante bético mostró su mejor cara marcando un buen gol de falta pero también su peor versión cuando se jugó la roja y se encaró con Natan.
Chimy Ávila volvió a mostrar en Sant Andreu la versión por la que se le ha conocido en el fútbol español desde su llegada. La del delantero inquieto con mucha pólvora en su pies y la del jugador al que los demonios se lo pueden llevar hasta el punto de jugar en contra de los intereses de su propio equipo por su carácter. En la Copa hubo de todo, pero al menos hubo final feliz.
El primer gol del Betis salió de sus botas, en un buen lanzamiento de falta que lo hizo mejor la torpeza del portero del Sant Andreu. El resto del partido, Chimy se mostró hiperactivo e incluso regaló un gol cantado a Vitor Roque, pero poco a poco fue contagiándose del estado de nervios del resto del equipo y eso pudo resultar fatal.
Porque con el marcador aún empate a un gol, Chimy Ávila sufrió uno de esos cruces de cables de antaño y soltó una patada sin balón a un rival. El árbitro lo castigó solo con amarilla pero sus compañeros se lo recriminaron porque vieron que la acción pudo ser roja perfectamente. Y el ex de Osasuna, ni corto ni perezoso, se encaró con Natan por su riña.
No fue la cosa a mayores y después del encuentro la cuenta oficial del Betis en las redes sociales mostraba que se había sellado la paz. Si el domingo se protestaba por el funcionamiento del VAR en San Sebastián, en esta ocasión no se hizo mención a la ausencia de la herramienta en Sant Andreu, sino que se mostraba una foto de Natan y Chimy sonrientes. Bien está lo que bien acaba.
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