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Chimy, ‘efecto esperanza’

La aparición del argentino resulta decisiva para el Betis a la hora de recuperar en Liga la fe que perdió en Europa. Su gol dispara la ilusión en Pellegrini.

Chimy Ávila celebra su gol.
DiarioAS

Había aires de depresión en Heliópolis cuando el Betis saltaba al césped para desafiar a un Athletic que venía lanzado. El Villamarín protegió a Pellegrini y esperó una respuesta del equipo sobre el césped tras esa debacle europea que podía generar más miedos que dudas. Pero había un invitado inesperado en escena. O tal vez sí lo esperaba Manuel Pellegrini. Chimy Ávila saltó de inicio en un esquema en el que se colocó en el flanco izquierdo. Desde ahí, presionó bajo su habitual estilo repleto de esperanza y corrió tras cada pelota como si el choque se disfrazara de minuto 80 y contexto de final. Y su fútbol fue inspiración. El equipo se unió a su intensidad y el Villamarín voló junto a él en ese inicio que derribó al Athletic. Antes del primer cuarto de hora, encontró un pase mágico de Willian José para controlar y batir a Unai Simón con la sobriedad de un reputado nueve. Levantó los brazos, miró a la grada y comprendió que estaba en el sitio perfecto.

La felicidad del Betis fue también la felicidad de Chimy. “La gente nos dio el aire, el míster las herramientas fundamentales y los jugadores pusimos el corazón. Así se ganaba este partido, con corazón”, incidió el atacante el término del choque. “Vine a un club en el que se pelea día a día y vamos a poner lo mejor de nosotros para poner al equipo lo más arriba”, dictaminó. Se trataba de la segunda titularidad del ex de Osasuna con el Betis. Llegó para tener peso en el proyecto de Pellegrini y ya lo tiene. Su tanto fue una demostración de eficacia que parecía ausente en el equipo bético durante gran parte de la campaña.

El ‘efecto Chimy’ está presente en el Betis desde el minuto uno. Su carácter generó un debate antes del inicio del duelo en el vestuario que fue recogido en algunas grabaciones. “Hay que intentar que Chimy no cree una guerra desde el principio”, avisaba Fornals, mientras que Ruibal lo tenía claro: “La va a crear”. Lo que ocurrió después fue una buena demostración de fútbol de un Betis que llegaba muy tocado a la cita tras su despedida de la Conference League, Y Chimy fue aire en las intenciones del plan de juego de Pellegrini.

El argentino no terminó el duelo, sino que se marchó en el minuto 51 al ser reemplazado por Rodri Sánchez. Chimy había visto una tarjeta amarilla en el primer tiempo y en el inicio del segundo se vio metido en una acción polémica al borde del área del Athletic en la que el árbitro mostró amarilla a Vivian pero avisó al jugador del Betis para que no fingiera ningún contacto que no existiera. Hay esencia de ímpetu en un Chimy que ya revolucionó a este Betis nada más llegar. Pellegrini quiere sus goles mientras ya planea cómo controlar lo demás.

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