REAL MADRID - VILLARREAL | CHÉRYSHEV
Chéryshev: “Quiero que el Real Madrid gane esta Liga”
“Bellingham se los está comiendo a todos”, esboza Chéryshev, que charla con AS desde Venecia, su nuevo hogar. Tiene clara su preferencia esta noche: “El Villarreal lo necesita más”.
Dénis Chéryshev (Nizhni Nóvgorod, 1990) es el único futbolista ruso que ha jugado en el Real Madrid en sus casi 122 años de historia. Formado en La Fábrica, ascendió a Segunda con el Castilla en 2012 y, ese mismo año, Mourinho le permitió debutar con el primer equipo. Sevilla, Valencia, en dos etapas diferentes, y Villarrreal, en otras tantas, fueron otras estaciones de paso en las que el extremo que llegó del frío siendo un niño pudo mostrar su velocidad, desborde y gol, cuando las lesiones le concedieron tregua. Jugador peculiar, sin tatuajes, con mínimo apego a las redes sociales, aficionado a la pesca y a la literatura rusa, Chéryshev milita actualmente en el Venezia FC (Serie B), y espera poder competir de nuevo, algún día, con la selección de su país. En la víspera del Real Madrid-Villarreal, charla con AS.
―¿No irá a entrenar en góndola?
―Durante la semana no, porque yo vivo en Mestre, una pequeña localidad que está cerca de nuestra ciudad deportiva, situada en lo que aquí llaman ‘tierra firme’, y acudo en coche. Sin embargo, el último entrenamiento antes de cada partido lo hacemos en el estadio y para llegar hasta allí sí nos desplazamos en ‘vaporetto’ (una especie de autobús acuático). Si jugamos en casa nos alojamos en Murano, lugar famoso por sus cristales y al partido volvemos a ir por los canales de agua, ya es la única forma de trasladarnos, al menos si queremos llegar rápido.
―¿Se mantiene la masificación turística?
―Sí, sobre todo los fines de semana. Hay muchísima gente por todas partes. Si vas a comer o a cenar un sábado-domingo, es difícil incluso caminar, porque está plagada de turistas, así que solemos aprovechar algún momento entre semana para ir con más tranquilidad a dar un paseo, tomar un café o entrar a un restaurante. Cuando viene a visitarme alguien vamos a recorrer la ciudad, que es una maravilla histórica.
―El equipo, además, va muy bien...
―Sí, somos segundos, a un punto del Parma y por delante del Como de Cesc Fàbregas. Tenemos un buen grupo y un cuerpo técnico que gestiona bien las situaciones. Yo empecé jugando menos y ahora estoy entrando más en las rotaciones. Hay muchos jugadores jóvenes y el entrenador me pide que los ayude con mi experiencia, tanto en el campo como fuera.
―De los cinco equipos en los que ha jugado como profesional... ¿A cuál tiene más cariño?
―He tenido etapas muy felices y otras... no tanto, pero no puedo quedarme con uno solo. Incluso en el Sporting de Gijón, donde empecé a jugar siendo un niño, fui muy feliz. Está claro que el Real Madrid es especial, porque es el que me dio la oportunidad de convertirme en profesional. Siempre le estaré agradecido. En Villarreal y Valencia también tuve grandes momentos. Y no me olvido de la selección rusa, con la que he podido disputar una Eurocopa y un Mundial.
―¿En este Real Madrid-Villarreal no apoyará a ninguno?
―Siento mucho aprecio por ambos. Quiero que gane la Liga el Madrid, eso lo tengo claro; pero si el Villarreal puede ganar este partido... estaría bien, porque necesita más los puntos. Y porque Marcelino ha vuelto al club.
―¿Es el entrenador que más provecho le sacó?
―Sí, desde luego. Supo entenderme, motivarme y sacar lo mejor de mí. Es un gran técnico.
―¿En Villarreal llegó a coincidir también con Aleix García?
―Durante unos meses. Él estaba en el filial y subía a entrenar de vez en cuando con nosotros. Ya se le intuía mucha calidad, pero el éxito ha tardado en llegarle, porque en muchas ocasiones no es fácil triunfar a la primera, por muy bueno que seas. Y hay que intentarlo por otros caminos.
―De la época en la que fue compañero de Cristiano, Benzema, Kaká o Xabi Alonso... ¿Hubo alguno que le dejase especial huella?
―Antes de mi época como profesional, cuando iba al estadio como miembro de cantera, me impresionaba Guti por su capacidad para cambiar los partidos saliendo desde el banquillo. Luego coincidí con él en algún entrenamiento con Pellegrini y me alucinaba su calidad. Más tarde coincidí con Özil, que era parecido por la enorme clase que tenía. Cristiano es obvio que impacta y me encantaba Benzema, porque no era nada egoísta a pesar de su gran talento.
―¿Qué habría sido de usted sin tantas lesiones?
―Ahora estoy mucho mejor, pero si le hubiera dado más importancia al trabajo preventivo en el gimnasio y a los ejercicios de fuerza me habría ahorrado muchos disgustos con las lesiones musculares. Tal vez me di cuenta tarde. Marcelino también tuvo que ver mucho en eso, es algo altamente recomendable para un futbolista profesional. La parte oscura del entrenamiento que toca hacer.
―En Italia será mandamiento obligatorio…
―Sí, lo llevan a rajatabla. Estoy haciendo más gimnasio y trabajo de fuerza ahora que en el resto de temporadas.
―Tuvo como entrenador a Mourinho en el Madrid y a Capello en Rusia. ¿Quién era más exigente?
―Me resulta difícil quedarme con uno. Ambos eran duros y eso es bueno, porque si no te relajas. Yo prefiero a ese tipo de entrenadores, que te exprimen y obligan a mantener la concentración. Siempre he rendido mejor con ellos que con otros más “blandos”, si se les puede llamar así. De todas formas, tuve uno más duro que ellos…
―¿Se refiere a Cherchésov, el seleccionador ruso?
―¡Exacto! Es una persona que, incluso sin hablar, impone mucho respeto. Cuando estaba presente, se notaba en el ambiente. Era como una mezcla de miedo y respeto. De todas formas, a mí con él me fue muy bien, marqué muchos goles y mi rendimiento era alto.
―Como extremo que es... ¿Cree que el Madrid necesita a Mbappé, teniendo Vinicius y Rodrygo?
―Es difícil decir que no a Mbappé, pero si le va a quitar el sitio a Joselu, con el que coincidí dos años en el Castilla, mejor que no (ríe). Le tengo mucho cariño y quiero que siga marcando goles.
―¿A quién pondría como Top-1 mundial de jugadores de banda?
―A mí me entusiasma Rodrygo, es excepcional. Vinicius también me encanta. Ambos van un paso por delante del resto, parece que tienen una marcha más.
―¿Cómo se ve desde Italia a Bellingham?
―Como un fenómeno. Se los está comiendo a todos nada más llegar. Juega con entusiasmo, se ve que sus compañeros confían en él y eso le da más confianza. Es un gran llegador y si continúa así, puede acabar como máximo goleador de la Liga. Seguro.
―Verano de Eurocopa... ¿Le da rabia no poder jugar con Rusia?
―Es una situación desagradable. Espero que dentro de poco nos dejen competir a los rusos, porque no somos responsables de nada ni tenemos que ver con la política. A nosotros nos gusta competir. Ojalá el conflicto acabe pronto y se pueda volver a la normalidad.
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