Ceballos voltea su futuro
El utrerano ha dado un giro radical a su horizonte. En verano, su salida estuvo sobre la mesa. Ahora, capital en el duelo decisivo contra el Atalanta.
“Quiero destacar a Ceballos. Me ha gustado mucho. Hizo un gran partido”. La pregunta no giró en torno al centrocampista, sino sobre la importancia de recuperar jugadores. “Incrementará la competencia, pero lo que no cambiará es que siempre buscaré el mejor equipo posible”. Y, tras ello, cambió el tercio para poner el valor al utrerano. Para contrarrestar el músculo bergamasco, Carletto colocó a Ceballos en el doble pivote junto a Valverde. Con la misión de dirigir, sí, pero también sostener. Y, sobre todo, ayudar en las coberturas a un Lucas Vázquez que tuvo enfrente a Lookman, un puñal en estado de gracia. El nigeriano hizo sangrar al Madrid, pero la hemorragia hubiera sido mayor sin la brega del 19. Ocho recuperaciones de balón, siete duelos ganados, cuatro despejes y dos interceptaciones tuvieron la culpa. Clave en la conquista de Lombardía.
Ancelotti apostó por él en un día en el que había que ponerse el mono en campo propio (los blancos superaron al rival en kilómetros recorridos por primera vez en la presente Champions) y el traje de luces en el contrario. Y en la construcción también mostró tino. Segundo madridista que más participó en el juego (tras Lucas Vázquez) y sólo Tchouameni completó más pases que él. El acierto, casi impoluto: 48 de 50, un 96%. Un rendimiento alcista, pero también continuista. Su suplencia en Girona, tras haber enlazado tres titularidades ligueras, fue un voto confianza. Porque la intención del italiano del de Reggiolo era darle galones en Bérgamo. Así fue. Y Ceballos respondió.
Un giro de 180 grados a una situación que no pintaba tan blanca meses atrás. En verano, su salida estuvo sobre la mesa. Fue una opción real. El club estuvo abierto a las ofertas. Ofertas acordes al caché del futbolista, eso sí. De ahí que la opción bética nunca haya podido cristalizar, ante el maltrecho estado de las arcas verdiblancas. Aunque no hay que mirar tan atrás. Hace apenas un mes, mediado noviembre, Ceballos era el 20º jugador en minutos de la plantilla con apenas 108′. Un esguince de tobillo (se perdió seis partidos) había trastabillado sus posibilidades, pero esa era la realidad. Una realidad que, en menos de 30 días, ha dado un vuelco.
El día D, titular. Ya son 492 minutos. 384 en seis encuentros, con cuatro titularidades. Y la intención es que, vistos los dividendos, su importancia siga siendo capital. “Si llegamos vivos a Navidad, buena señal”, analizó Carletto. Para ello, cuenta con Ceballos como una de sus vértebras principales en la sala de máquinas. Si no hace mucho el mercado invernal se acercaba con las ventanas potencialmente abiertas, todo ha cambiado. Si bien no ha habido conversaciones al respecto, el contexto colorea de blanco su futuro.
Al renovar en 2023 el club, con Ancelotti a la cabeza, apostó por Ceballos. Hasta 2027, además. Pero también Ceballos lo hizo por el club. Porque amén de la oferta de extensión, tenía otras dos de equipos Champions sobre la mesa. Seguir en el Madrid era su deseo y lo sigue siendo. Una situación límite en cuanto a su importancia es lo que cambiaría el horizonte, pero, en estos momentos, es capital. Ya lo dijo hace unos partidos: “Con confianza, todo es más fácil”.
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