Carlos Álvarez, el “pim pam pum” de los rivales
El mediapunta del Levante es objeto de faltas día sí día también para frenar el juego del equipo granota. Sufre un esguince en el tobillo derecho.

Calero denunció públicamente la caza a la que es sometido Carlos Álvarez en cada partido del Levante. Los rivales han tomado nota de que frenar al mediapunta de Sanlúcar la Mayor supone neutralizar gran parte del caudal ofensivo del equipo granota y se emplean con dureza para minimizar el impacto del talentoso sevillano.
El resultado de las pruebas certifica que Carlos Álvarez sufre un esguince en el tobillo derecho. El segundo de esta temporada. Curiosamente, la lesión llegó en un lance en el que él mismo tuvo una mala pisada ante una presión de Chavarría, en un nuevo partido en el que estuvo en el foco de las reiteradas entradas del rival para tratar de achicar su fútbol.
“He visto a jugadores que iban agresivos a por Carlos, pero agresivos, agresivos. Y ahí los árbitros tienen que enseñar una tarjeta para que sea la señal de que no todo vale”, explicaba Calero en rueda de prensa, después de asegurar en DAZN que no podía ser que Carlos fuera el “pim pam pum” de los rivales.
Más allá de la jugada puntual, lo preocupante es la constante: cada partido, el mediapunta acaba con señales del castigo rival. Lo cierto es que Carlos Álvarez no estuvo cómodo, no se encontró en los cerca de 75 minutos que estuvo sobre el verde del Ciutat de València, encorsetado por la telaraña tejida por los jugadores de Iñigo Pérez, que se multiplicaban cuando el balón caía en sus botas.
Pese a ello, no dejó de intentarlo. Por momentos abandonó la banda para buscar mayor radio de acción por el centro, y ahí se encontraba continuamente con los Óscar Valentín, Pedro Díaz o Unai López. En la derecha, le esperaba Chavarría y las ayudas de Fran Pérez, e incluso Mendy cuando se escapaba del atolladero.
Calero centró su mensaje en los árbitros, que deben proteger a los jugadores que son sometidos a las continuas agresiones del oponente. “Tienen que evaluar muy bien quién es el que está favoreciendo el fútbol y quién lo está entorpeciendo. Y estos últimos tienen que ver tarjetas. Se lo he dicho con educación al árbitro y hemos tenido una conversación muy interesante”.
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Sin embargo, solo Isi vio la amarilla, ya en el tiempo de añadido, y por unas manos en la frontal del área en un partido intenso, duro, áspero para los que intentan generar desde el juego. Una situación que invita a reflexionar, no solo sobre el rigor arbitral, sino sobre cuánto estamos dispuestos a permitir que se castigue al talento.
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