“¿Aspas en el Madrid? Hubiera triunfado en cualquier equipo”
Con pasado en el Real Madrid y en el Celta, el exguardameta reflexiona para AS sobre la actualidad de ambos equipos y rememora sus años en Vigo: “Me sentía como el hijo de todos los aficionados”
Antes de convertirse en una leyenda del Valencia, Santiago Cañizares (Madrid, 1969) fue campeón de Europa con el Real Madrid e ídolo de la afición de la Celta. En sus dos temporadas en Vigo logró un trofeo de portero menos goleado de la Liga y acarició el que hubiese sido el primer título en la historia del club celeste, al perder en la tanda de penaltis la final de la Copa del Rey de 1994. Tras un adiós que la afición de Balaídos tardó muchos años en perdonarle, inició su segunda etapa en la entidad merengue. Sobre aquellos años y la actualidad de los dos equipos que esta noche se enfrentan en el Santiago Bernabéu reflexiona en esta entrevista con AS.
¿En un duelo entre el Real Madrid y el Celta por quién se decanta su corazón?
Yo he perdido la pasión del resultado en el fútbol. A mí me gusta más el análisis y en el global quiero que les vaya bien a los equipos donde he jugado. Estoy muy tranquilo, en este caso, porque a los dos les va bien. Lo mío ahora no es actuar como un hincha, que eso es lo que en muchas ocasiones mata a la información deportiva.
¿El Real Madrid todavía tiene opciones de ganar la Liga o está descartado?
Nadie piensa en Madrid en ganar la Liga y eso es más importante de lo que yo piense. El equipo está centrado en ganar la Champions y eso es bueno para el Celta.
¿Y el objetivo del Celta es salvarse o pelear por entrar en Europa?
Para abajo no se mira, primero por naturaleza. Aunque el Celta se ha visto mal en alguna temporada y ha tenido que revisar sus objetivos a la baja, se marca como objetivo cada año estar en Europa. Además, el equipo con Carvalhal está bien y no hay ningún motivo para mirar hacia abajo. Ahora bien, el otro día fue una decepción porque jugó contra un equipo que es muy incómodo y ha sacado muchos puntos así porque Aguirre es un tipo que maneja bien ese aspecto del juego. El Celta se atascó y todo el mundo salió decepcionado de Balaídos, yo el primero, que vi el partido.
¿En su etapa como portero se sintió más querido en Vigo o en Madrid?
Yo en el Celta me he sentido muy querido, era un niño mimado. Si lo hacía bien era el mejor de España y si lo hacía regular o mal me decían “pobriño”. El padre de un futbolista sufre cuando su hijo lo hace mal, pero nunca lo critica y yo en Vigo me sentí como el hijo de todos los aficionados. Me han mimado y no lo olvido.
Esta semana se han cumplido 29 años de la final de la Copa del Rey que el Celta perdió en la tanda de penaltis con el Zaragoza. ¿Es una de las grandes espinas que le quedó clavada en su carrera?
Sin duda. Estuvimos muy cerca de ganar el primer título para el Celta y desde entonces tampoco se ha producido. La afición de Vigo merece ganar un título y aquel fue el año que más cerca estuvimos. Yo no estuve bien en los penaltis. Contribuí a llegar hasta allí, estuve bien en la competición, pero todo el mundo esperaba que yo parara algún penalti. Yo también lo esperaba, pero no fui capaz. Es una espina clavada muy importante en mi carrera. No hace mucho vi la repetición del partido y siento dolor cuando lo recuerdo.
En aquel momento usted era el portero de moda en el fútbol español y fichó por el Real Madrid. ¿También recibió una oferta del Barcelona?
En noviembre de 1993, cuando debuto con la selección española, en la misma semana después del partido despierto el interés del Real Madrid y el Barcelona. Los dos equipos intentaron mi contratación. Al final, me decidí por el Real Madrid porque tenía un portero de 38 años, mientras que el Barcelona tenía uno de 34. Eran Buyo y Zubizarreta, quizás en aquel momento los dos mejores porteros que había. Lo que nunca me imaginé es que Zubizarreta a la temporada siguiente se iba a marchar del Barça, pensaba que iba a continuar. Me vi con más posibilidades de jugar en el Real Madrid y es por eso por lo que volví al Real Madrid.
El celtismo no se tomó nada bien su marcha y durante años le silbó cada vez que jugaba en Balaídos.
La salida no fue decorosa porque hice un precontrato a espaldas del Celta. Evidentemente, eso no sentó bien en la entidad ni a muchos aficionados. Es lógico. Yo en ese momento tenía mis motivos, era una situación de malestar con el presidente por una circunstancia que había sucedido. Lo cuento en un libro autobiográfico que he escrito, se titula Cañete, algo más que un portero. Si sucediera ahora, no lo hubiese hecho así, pero en aquel momento era muy joven y no sabía perdonar.
Gabri Veiga está en una situación parecida a la que vivió usted y se lo rifan los grandes equipos. ¿Qué le recomienda?
Es difícil recomendar sobre el futuro a una persona porque uno no tiene una varita mágica para saber dónde le va a ir bien. Lo que es evidente es que es su primera temporada en Primera División y el chico, y el chico, al tener el talento que ha demostrado, no va a perder valor. Es decir, no debe precipitarse. Tiene que elegir bien un sitio donde vaya a estar cómodo y donde vaya a jugar y a poder seguir creciendo porque el chico está en formación. Si ese sitio considera que es Vigo, pues estupendo. Si considera que es otro sitio y el club está de acuerdo, pues ojalá le vaya muy bien.
Julen Lopetegui quiso llevarse a Iago Aspas al Real Madrid en el verano del 2018. ¿Hubiese triunfado el delantero moañés en el Santiago Bernabéu?
Aspas hubiera triunfado en cualquier equipo al que hubiese ido. Si no lo hizo en el Liverpool quizás fue porque la distancia y otro tipo de fútbol era en ese momento complicado, pero pienso que si se hubiese quedado más tiempo se hubiese adaptado. Y si no triunfó en el Sevilla fue porque no gozó de la confianza de Emery en ese momento, pero igualmente si se hubiera quedado hubiera triunfado. Estuvo cerca de firmar por el Valencia y para nosotros aquí en Valencia hubiese sido un lujo.
¿Su regreso a la Selección le parece un acto de justicia?
Para mí Aspas debería tener muchos más partidos internacionales de lo que tiene, por su categoría como jugador y por su capacidad de liderazgo.
Su hijo Lucas, de 20 años, es portero en la cantera del Real Madrid. Si en el futuro toma la decisión de buscar minutos en otro club, ¿le haría especial ilusión que siguiese sus pasos y recalara en el Celta?
Me gustaría que fuera feliz y si esa felicidad la encuentra en el Celta, pues estupendo. O en el Real Madrid. Si la encuentra en otros equipos donde he sido rival, como en el Barcelona o en el Deportivo, porque le dan confianza, pues también estaría encantado. Al final uno se hace de los equipos que le dan confianza. Si el juega en el Real Madrid no es porque yo haya sido jugador del Real Madrid, sino porque el club con 12 años apostó por él y decidieron formarle.