Camello: “Ver jugar a Falcao es un máster de delantero centro”

Sergio Camello, de 21 años, es uno de los fichajes de este Rayo, un delantero de presente y también de futuro. En el pasado ya demostró su olfato goleador con el Mirandés, una aventura —en forma de cesión— que le ayudó a crecer. Ahora aspira a seguir haciéndolo en Vallecas, un barrio que conoce bien gracias a sus amigos y a sus tatuajes. Su piel también cuenta su historia, la de su debut, la del barrio, la de sus raíces, esas que le hacen tener los pies en el suelo. El ‘nueve’ sueña con triunfar en el Atlético, pero no le obsesiona. Quiere seguir cumpliendo retos, haciendo dianas y tocando la guitarra en sus celebraciones. La música es su profesión frustrada, aunque sus goles suenan a gloria y hacen rugir estadios. Sin duda, harán rugir a Vallecas...

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—¿Cómo está siendo su adaptación al Rayo?

—Muy buena. Estoy feliz. Me cuesta poco adaptarme a los sitios, a las circunstancias y para eso me considero un chico bastante maduro. Llevo poco tiempo aquí, pero parece que llevo toda la vida.

—¿Y cómo fue jugar en Vallecas?

—Lo conocí hace años. Era pequeño y vi un partido de Copa ante el Athletic. Ya lo tenía borroso. Me sorprendió bastante el campo, pensaba que era más chiquitito y la gente aprieta mucho. Vamos a disfrutar este año.

—¿Qué le ha llamado la atención del barrio y del club?

—El barrio lo conozco porque me tatúo por Vallecas. Este es un club humilde, pero en los sitios humildes es donde más a gusto estoy y cuando te sientes así explotas más tus virtudes.

—¿Qué aprendió de la cesión en el Mirandés?

—Conseguí esa confianza que igual me faltaba, demostré que estaba preparado para jugar en Segunda y ahora vengo para consolidarme en Primera y que el Atleti vea que me puedo hacer un hueco en la primera plantilla.

—¿Por qué eligió el Rayo?

—Soy de Madrid y lo conozco bien. A Iraola no lo conocía personalmente, ambos hemos estado en Miranda y teníamos gente en común, a cada uno nos hablaban bien del otro. Me gusta mucho lo que propone y en este club puedo crecer más.

—¿Y cómo es de técnico?

—Me gustan los entrenadores que han sido futbolistas antes porque es más fácil entenderte con el jugador. Desde pequeño me gustaba el estilo de juego del Athletic y tanto Etxeberria como Iraola lo plasman. Un estilo ofensivo, de apretar arriba, de intentar ganar el campo rival...

—¿Cómo es compartir vestuario con Falcao?

—Me ha sorprendido. Ves a tu ídolo de chiquitito y le tratas con un respeto súper grande, con miedo, pero al final es una persona humilde y siempre con una sonrisa. Aún no me ha dado consejos, pero verle en el campo, cómo se mueve y define... Es hacer un máster de delantero centro. Ahora es con quien compito el puesto y lo haré con todo el respeto del mundo. Creo que estaremos alternando y cada uno aportaremos lo que mejor sabemos hacer y vamos a ayudar al equipo.

—Jugó en el Bernabéu con el Atleti, ¿cómo fue verse de titular con la Franja en el Camp Nou?

—Soy muy tranquilo, para lo bueno y para lo malo. Cuando me senté en el banquillo del Camp Nou, me di cuenta de lo que había hecho. Me gusta mucho la peli de Gladiator, parecía el Coliseo (risas), pero cuando estoy en el campo no me doy cuenta. Compito en todos los escenarios igual.

—Viene de una familia muy futbolera, sus tíos jugaron en la cantera del Atleti, ¿qué importancia ha tenido su familia en que haya llegado donde está?

—He llegado aquí porque me han ayudado mucho llevándome por el buen camino. Porque salgas en televisión, porque tengas mucho dinero o porque juegues con Falcao no eres más que nadie. Gracias a esa educación he podido acercarme un poco más a mi sueño.

—¿Su sueño pasa por triunfar en el Atleti?

—Sí, es por lo que llevo peleando desde chiquitito, aunque tampoco me puedo cerrar a eso. Trabajo para pertenecer a la plantilla del Atlético y ser importante allí, pero si no se consigue no pasa nada. No quiero ser una persona frustrada. Otro sueño era jugar en Primera y lo estoy cumpliendo. Otro era marcar quince goles en Segunda y lo cumplí la pasada temporada.

—¿Qué le dijo Simeone antes de salir?

—Que siga haciendo lo que sé y lo que he demostrado. Mi fuerte son los goles.

—Celebra los goles tocando una guitarra, ¿de dónde viene su pasión por la música?

—Siempre me ha gustado, escucho rock, indie... Tengo grandes amigos músicos. Ahí sí que soy una persona frustrada porque me hubiese encantado ser cantante o algo, pero como no he podido y tengo otro don, que es el de jugar al fútbol, pues lo intento unir con las celebraciones.

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—¿Cuántos tatuajes tiene? ¿Alguno especial?

—No lo sé (risas). Os lo prometo. Hay uno de una camiseta tendida, con el dorsal 55, con el que debuto en Primera y marco en el Ciutat de València. Está tendida, como cuando eras pequeño y tu madre te lavaba la ropa. Representa un poco eso... Antes veía la camiseta de Las Encinas de Boadilla y de repente me encontré con la del Atlético marcando...

—¿Cuáles son sus objetivos?

—Seguir en mi línea, marcando goles. No sé cuántos, espero igualar o superar los del Mirandés, sería una barbaridad, pero me veo capacitado. Y a nivel colectivo seguir en la línea del año pasado, el Rayo se ha ganado mirar un poco más arriba. Sé que vamos a conseguir la permanencia.

—Ni al principio, en Cataluña, eran tan buenos; ni tras la derrota con el Mallorca tan malos...

—Está claro. No hay que volverse locos. Queda toda la Liga por delante. Hay que mirar la clasificación cuando queden tres jornadas, no cuando llevemos tres. Así que estamos tranquilos. El Rayo tiene muy buen equipo y va a ir a El Sadar a por los tres puntos.

—Y ojo que no está descartada la llegada de Diego Costa...

—¡Le conozco! Yo hice una pretemporada con él. Es un tío muy gracioso...

—¡Tiene un Volkswagen Beetle Escarabajo de coche! No es habitual en un futbolista.

—Nos gustaba a mi hermano y a mí. Por suerte no era un Ferrari (risas), es más económico, pero le tengo muchísimo cariño. Me lo compré y al año anunciaron que no se fabricaban más, así que es incluso una inversión. En un futuro igual me saco un dinero y todo (risas).