Camavinga y diez más
Ancelotti confirma en la gira por dónde va su apuesta: Camavinga y Bellingham, únicos titulares en los cuatro partidos. En un medio abarrotado, son ‘indiscutibles’. Los números, sobresalientes.
Dicen que no hay nada más difícil en la vida que gustarle a todo el mundo. Pero en esa escala, “jugar en el centro del campo del Real Madrid” debe estar bastante cerca. Por eso tiene tanto mérito lo de Bellingham y Camavinga, ‘indiscutibles’ en una sala de máquinas abarrotada. Algo así como inmortales en plenos Juegos del Hambre. Es el resultado de la meritocracia y la confianza, a partes parecidas. Los números avalan lo primero y las sensaciones, lo segundo. Lo de Bellingham era de esperar: vino para ser un líder y -simplemente- está confirmando las expectativas. Pero lo de Camavinga ha sido de las notas más positivas de la pretemporada.
El francés se plantó en Orlando como el único mediocentro con un 90% de acierto en pases (161 en total). Participativo, pero sobre todo certero. Este dato no es en absoluto banal: a Camavinga, precisamente, se le ha tirado durante años de las orejas por ser alérgico a canalizar correctamente su “ímpetu”. Tanto en ataque, donde se precipitaba y acostumbraba a cometer errores inquietantes, como en defensa, llegando a encadenar hasta cinco amarillas en seis partidos. “Ese ímpetu es una cualidad, pero intenta cortar pases... y a veces llega tarde”, deslizó Ancelotti, sutil, en rueda de prensa.
Pero sincero. Sabedor de que Camavinga era un diamante por pulir. Y el tiempo le ha dado la razón: hoy en día es mucho más firme en defensa y sobre todo, más seguro con el balón. Frente al Milan, en el primer amistoso, firmó una actuación de notable; pero el sobresaliente llegó contra el United: todos los jugadores rotaron... menos él. Único de campo que disputó los 90 minutos. Y con unos números espectaculares: casi 93% de acierto en pases, cinco envíos largos, 83 toques (lo buscaban sin parar) y seis recuperaciones. Ante el Barcelona, otra hora de buen juego y en el último test, ídem. Tuvo tramos de huracán en Orlando. Probablemente el mejor, junto con Vinicius, de un equipo lejos de su mejor versión.
¿Pivote o volante?
Esa es la gran pregunta que queda por resolver. Lo cierto es que la temporada pasada se vio, además claramente, que donde mejor rinde es en el pivote. Porque cuanto más campo ve al recibir, más cómodo se siente. En ese sentido el volante le limita. Pero Ancelotti ha insistido en ponerle ahí durante la gira, dejando mejores sensaciones que el curso pasado. Seguramente porque el esquema en rombo provoca matices en esta tesis. Tiene más compañeros para tocar y más libertad para correr. Se siente holgado. Por eso no se descarta que su posición principal este curso acabe siendo esa: el volante izquierdo. En cualquier caso, va a jugar. Eso está fuera de duda. En el centro del campo serán Bellingham, él... y dos más. Sobre el verde, Camavinga y diez más. Certezas que deja América.