Camavinga recoge sus frutos
El francés ha realizado una gran temporada en su estreno con el Madrid y se destaca en la votación popular para el Golden Boy 2022 como uno de los grandes favoritos.
Se busca heredero para Pedri en el Golden Boy como mejor futbolista sub-21 y Eduardo Camavinga se postula como uno de los favoritos. En el centenar de nombres que anunció Tuttosport este jueves como candidatos, todos nacidos del 1 de enero de 2002 en adelante, había cinco del Barça (además del propio Pedri, Gavi, Baldé, Nico y Ansu Fati) y solamente el francoangolés como representante del Real Madrid. Eso sí, un primer vistazo a la votación que arrancó en cuanto la lista vio la luz demuestra que el centrocampista blanco se ha ganado el beneplácito del aficionado al fútbol. Horas después de abrirse el sufragio, Cama aparecía como primero destacado, rozando en todo momento el 40% de los votos, por delante de Piero Hincapié y Gavi. Aunque con el paso de las horas, el talentoso defensa ecuatoriano de 20 años del Bayer Leverkusen fue ganando peso y se colocó al frente de la votación, con el madridista y el barcelonista como escolta.
El ganador del trofeo no lo elige el público, pero sí depende de su apoyo el ir sobreviviendo a las sucesivas cribas hasta quedar 20 el 15 de octubre. Ahí ya será turno de que 40 periodistas, en representación de 40 de los medios de comunicación con más solera del Viejo Continente, elijan al ganador final que recogerá el galardón en una gala especial que se celebra en Turín. Aunque desde 2018 existe un premio paralelo, el Web Golden Boy, que se entrega tras una votación popular más entre los 20 supervivientes finales y en el que Karim Adeyemi salió vencedor el curso pasado. Pedri, a pesar de hacerse con el galardón principal, no se coló en el podio para los aficionados (lo completaron De Ketelaere y Musiala). Hasta ahora, ningún futbolista ha logrado triunfar en ambos. Parece que Camavinga tiene al público de su lado, ¿recogerá los mismos frutos por parte del jurado?
Méritos
La temporada del francoangoleño ya le colocaba entre los favoritos y habla por él. Fichado cuando las ventanas del mercado invernal estaban a punto de echar el cierre, cayó de pie en el Real Madrid. Gol el día de su debut ante el Celta y asistencia decisiva a Rodrygo en su primer choque en Champions ante el Inter que valía por un triunfo (0-1). Aunque su competencia no era esa, sino brindar oxígeno al veterano centro del campo blanco al tiempo aprendía sobre la marcha de Casemiro, Modric y Kroos. No solo lo ha logrado, sino que su importancia ha ido in crescendo a medida que el curso avanzaba. Ha disputado 40 partidos con 19 años en un equipo que ha terminado levantando su decimocuarta Copa de Europa y su trigesimoquinta Liga, amén de la Supercopa tras ganar al Athletic.
Tanto en la máxima competición europea como en la doméstica, su aportación fue fundamental, especialmente en el tramo final. En la primera vuelta liguera disputó 400 minutos, por los 826 de la segunda. El zapatazo frente a la Real Sociedad de la jornada 34 que sentaba las bases de la remontada blanca (4-1) o sus seis titularidades consecutivas entre las jornada 31 y la 36 alumbran su incremento de galones. Mientras que en Champions aportó la energía que el equipo necesitaba en la remontada de octavos al PSG, la contrarremontada al Chelsea de cuartos y en el milagro contra el City de semifinales. Dos minutos después del gol de Mahrez, Ancelotti llamó a filas a Camavinga. Sin Casemiro, Kroos ni Modric, aportó músculo y nervios de acero, sosteniendo al equipo en la prórroga sin los veteranos sobre el campo. Ha sido indistintamente pivote y volante y poco a poco ha ido limando errores propios de juventud, como el exceso de ímpetu con el que, especialmente a comienzo de curso, se empleaba. Fuera del terreno de juego se ha ganado a la afición con su sonrisa perenne y alegría. Ha sido una de las estrellas de las celebraciones. Y todo apunta que ese carisma ha traspasado las barreras madridistas. En la primera fase del Golden Boy 2022, Camavinga recoge los frutos de su temporada.