Camavinga: carrera de obstáculos
El francés ha vivido una temporada llena de contratiempos. Se ha perdido 18 partidos por lesión, el 42% del total. Pero Ancelotti le respalda: “Hay quien olvida que jugó la final de Champions junto a Kroos”.
Al mal tiempo, Camavinga. La respuesta de Ancelotti ante la delgadez de la sala de máquinas. Serán dos meses sin Ceballos. Y ante el Betis tampoco estará Valverde. Es la hora de las reivindicaciones. De que el zurdo de Cabinda, tras una temporada guadianesca, alce la voz. Aunque, si había cierto runrún, este es inexistente en la mente de Carletto: “Hay quien olvida que Camavinga jugó la final de Champions. Los dos pivotes fueron Kroos y él”. Ahora no está Kroos, ni Ceballos, ni Valverde, pero está Camavinga. Es su hora.
No ha sido un curso sencillo. Las lesiones han sido una rémora importante. Desde el minuto uno. Su grito en la víspera de la Supercopa de Europa paralizó Varsovia. Esquivó la rotura de cruzado, por la que se temió, pero estuvo 45 días fuera por un esguince en el ligamento interno de la rodilla izquierda. El mal fue menor, pero fue. Se recuperó... y volvió a caer. Primero en noviembre: 17 días de enfermería. Después, enero: 22 días más. Las dos ausencias por problemas musculares. En total, 84 días en el dique seco. Si lo traducimos a partidos, 18. Un 41,9% de los encuentros fuera de circulación. Mucho como para coger ritmo de crucero. Ese que el jugador espera alcanzar al fin.
Cuando ha estado disponible ha sido importante. De 23 partidos que ha disputado ha sido titular en 15, con 1.325 minutos. Pero en el global, ante tanto contratiempo, ha tenido un rol menos protagónico del habitual. Físicamente está al 200%. Y ese es el mejor trampolín. Para muestra, Anoeta. Sin ser una actuación de tronío, se mostró vigoroso (cuatro duelos ganados, cuatro recuperaciones). Y pulcro con balón (95% de acierto en el pase). El Villamarín será su kilómetro 0.
¿Dónde?
El quid estará en el dónde. Pivote o interior. Y con quién. Con un Tchouameni alcista, el puesto de ancla parece su propiedad. Y la vacante aparece en su acompañante. Más interior y menos stopper. Más conector de líneas. Un rol donde el físico de Eduardo brilla. Aunque también lo hace el pie de Modric. Dos maneras de entender la posición. En Ancelotti estará el despejar esa incógnita. Con un partido en el horizonte, el Euroderbi. Por eso el Betis dispara su importancia para Cama. Una buena actuación puede disparar sus dividendos de cara al Atleti. Porque, aunque Valverde ya se presume de vuelta, a Carletto le ronda dotar de alas uruguayas el carril del dos... Tras la carrera de obstáculos, comienza la reconquista de Camavinga.
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