Buenas sensaciones para empezar
Citas con empate ante el Monchengladbach y Duisburgo. Valverde muestra desde su primer once el equipo base para el año próximo. Regresa el 4-2-3-1 y hay que afinar la puntería
El Athletic de Valverde echó a andar en el inicio de su estadía por Alemania con las certezas previstas. Si algo tiene el Txingurri es que su libreto es conocido de memoria en San Mamés. Puede decirse que el 4-4-2 de Marcelino es historia, un paréntesis en el 4-2-3-1 que tanto gusta a Ernesto y que también puso en práctica Garitano en Bilbao. Ocurre que ahora no tiene a Aduriz como esa única punta de ataque y deberá afinar mucho la puntería con Williams y Raúl, más lo que puedan rascar Villalibre y Guruzeta, dos nueves mucho más clásicos.
Buenas sensaciones para abrir el telón. Valverde ha formado con dos equipos distintos en los partidillos de 45 minutos celebrados en Alemania, algo que marca la tradición de las pretemporadas, como lo de exhibir el once de la jornada inaugural de Liga en el último test estival. Con algún matiz, puede decirse que el primer amistoso ha puesto en el foco el que va a ser su equipo tipo, a la espera de Simón, tocado en el hombro, e Iñigo Martínez, que se incorporó más tarde al grupo por alargar sus vacaciones tras el periplo con la Selección.
Agirrezabala ha guardado los tres palos, con casi cero sudores, porque el equipo apenas concedió al Gladbach, que estaba mucho más rodado tras tres victorias y dos empates este mes. De Marcos, que peleará el puesto a Capa, y Yuri han estado en las alas, con Vivian y Yeray en el centro de la zaga. Los dos pivotes han sido para Vencedor y Vesga, uno más organizador y otro con movilidad. Los extremos cobran mucha importancia y Nico Williams ha tenido una buena tarde, como extremo clásico encarando permanentemente, lo mismo que Berenguer por el ala zurda. Muniain se olvida del extremo y recupera el puesto de la mediapunta para conectar con Williams, de nuevo trabajador, pero con un fallo en una jugada clara.
El Athletic de Valverde tiene más la pelota que el de Marcelino, no es tan vertiginoso, aunque también explota muy bien la velocidad, le encanta vivir cerca del área rival y tira una presión alta y bien ajustada, con la incorporación del mediapunta para asfixiar junto con el nueve la salida del juego enemigo. Hay mucho dinamismo. Los hombres de banda son fundamentales: de las diagonales y centros laterales ha partido el mayor peligro de los dos bolos veraniegos. Eso sí, la poca eficacia ofensiva emparenta a estos leones y los de García Toral. Eso va a seguir siendo un quebradero de cabeza. El juego, aún en tercera marcha por la carga física que acumulan las piernas, tuvo fluidez y ocasiones claras, como una fabricada por Vencedor y De Marcos, que acabó con Williams enviando el cuero por encima del travesaño. Nico también tuvo la suya, a pase de Berenguer, y Vivian, una doble a saque de falta, pero su primer remate a bocajarro se lo adivinó el portero Sippel y dio en el travesaño posteriormente y el segundo intento también fue a manos del meta del Borussia. Buenas combinaciones y fútbol más que aceptable, quitando el tercio de campo final.
Se quedaron nueve sin jugar: Simón, Martínez, Villalibre, Capa, Balenziaga, Padilla, Guruzeta, Bilbao y Malcom. Esperarán a la segunda cita del jueves ante el Bochum. El segundo equipo, ya con más meritorios como Paredes, mantuvo el buen tono, con Morcillo insistiendo una y otra vez a pierna cambiada por la derecha y Serrano muy participativo. Los Nicos van a tener importancia en esta nueva etapa. El ex del Villarreal conectó muy bien un pase extraordinario de Petxarroman y de primeras inauguró la cuenta realizadora de este año. Un golpeo perfecto con la zurda que se coló por la escuadra. Después cometió un error grave con una pérdida en un sector peligroso, pero supo rectificar volviendo rápido al área propia.
El Athletic apenas fue exigido en defensa en la doble cita. Eso sí, Lekue perdió la vigilancia de Ajani, que conectó un gran remate de cabeza para empatar a un tanto. El árbitro, sin el VAR como red de protección, pitó un penalti de risa de Paredes al delantero germano-nigeriano, que se resbaló en el área a la hora de realizar un regate y sentir el leve agarrón del central rojiblanco. Iru firmó una gran justicia parando la pena máxima a la derecha con enorme solvencia. La Copa de las Tradiciones, en la que los leones comparecieron por segunda ocasión tras enfrentarse años atrás a los anfitriones y el Fulham, se descorchó con el triunfo del Monchengladbach sobre el Duisburgo por gol de este en propia puerta. El empate posterior ante los vizcaínos le otorgó el trofeo. Una cita con un barniz serio que incluso vio cómo se sacaban tres tarjetas en los dos partidos de los bilbaínos. Estos no han ganado en el arranque de su preparación, pero tampoco han perdido, eso ayudará a seguir creciendo.