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ESPANYOL

Brian Oliván: de los déficits de La Masia a primordial en el Espanyol

El lateral blanquiazul, asistente de Joselu la pasada semana en Cádiz, vive el mejor momento de su carrera después de pasar por nueve clubes en los mismos años.

04/09/22 RCD ESPANYOL

FOTO CARLOS MIRA

Estaba el Espanyol contra las cuerdas en el Nuevo Mirandilla y Brian Oliván miró de reojo el área del Cádiz. Allí vio a Joselu Mato, pichichi perico con seis goles, y con quien habla frecuentemente en los entrenamientos. “Lo busco siempre”, cuenta el lateral izquierdo. La comba fue directa a la cabeza del rematador. Gol de Joselu y maravilla en forma de asistencia de otro de los fichajes llegados a coste cero este verano. Curiosamente, ambos se cerraron nada más entrar 2022. Les unió el mercado y ahora el verde no les separa. “Las primeras aproximaciones fueron en noviembre. Rufete me llamó. Con el big data se sabe todo. En febrero ya estaba cerrado”, explica un miembro de la agencia que representa al barcelonés.

La ausencia de Adrià Pedrosa por lesión le ha abierto de par en par las puertas de la titularidad y Oliván ha entrado como un huracán. A sus 28 años, su carrera vive su cénit después de una historia sinuosa. Nueve clubes en las mismas temporadas, cesiones y oportunidades perdidas por cambios en la dirección deportiva o de entrenadores. Una muestra de que las vicisitudes del mercado pueden cambiar las carreras. Y la de Oliván se ha demorado más de la cuenta: debutó en Primera con 27 años en el Mallorca.

Del querer ser como Figo al empujón de Rubi

El catalán nació en el barrio de Les Corts de Barcelona y estudió en el Colegio Pare Manyanet, conocido en la zona. Entró con apenas siete años en el fútbol base del Barça por un cúmulo de casualidades. Su padre se rompió el ligamento cruzado y fue a hacer la recuperación a la clínica Sanitas del Camp Nou; Oliván le acompañaba y de tanto insistir con que le apuntara a jugar a fútbol un día hizo una prueba y lo cogieron. Oliván quería ser como Figo y permaneció 12 años en La Masia. Fue internacional en las inferiores y Sergi Barjuán, de cadete, lo subió ya a los juveniles. Pero en 2013 vivió el primer momento clave de su carrera.

Oliván tiene dos propuestas encima de la mesa. Una del Brighton y otra del Panatinhaikos. Con el equipo griego tenía ya un acuerdo pero en febrero despiden al director deportivo y se rompe. El club inglés firma a Óscar García de entrenador y éste le dice que jugará en el filial. Oliván había rechazado el resto de ofertas anteriores y se marchó al Sporting de Braga, con 19 años, donde apenas duró seis meses. Los mismos que en Bulgaria, en el CSKA Sofia, donde no juega y “tiene problemas para cobrar”, según cuentan desde Promosport. Lo rescata el Valladolid B y Joan Francesc Ferrer, Rubi, lo hace debutar en Segunda A con 20 años. A esa edad ya había pasado por tres equipos y dos países.

Brian Oliván, con la Sub-17.
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Brian Oliván, con la Sub-17.MACARIO MUÑOZDIARIO AS

Su mejora y sus estudios: la carrera... y el máster

Después pasó al filial del Granada, al Cádiz, con quien está a punto de subir a Primera o el Girona. Salvo el primer curso, en el resto no juega más de 17 partidos al año. Hay un déficit que tiene que pulir y que afecta a muchos defensores formados en La Masia. “Era el típico lateral izquierdo de Can Barça con buen pie, pero quizás le faltaba la intensidad defensiva. En el Cádiz empezó a darse cuenta de que el nivel defensivo es lo primero. En Mallorca, el primer año, empieza a tener esa lectura de lo que debe hacer, de que primero es defender”, explica. Ese curso en Segunda en Mallorca es el que le permite dar el salto por fin a Primera. “En el Barça atacas el 95% del tiempo”, recalcan.

Ahora se afianza en el Espanyol, donde acumula ocho titularidades, solo una sustitución y una asistencia. Todos los amigos fuera del fútbol de Oliván tienen carrera, y el lateral no quiere ser menos. Solo le queden cinco asignaturas de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte y tiene pensado hacer un Máster en Dirección y Gestión Deportiva para orientar su carrera profesional tras una retirada que aún tiene lejana. Sus padres siempre fueron muy pesados en este aspecto. “Le ha costado mucho llegar donde está. Es un chico muy despierto, es la antítesis del estereotipo de futbolista. Pregunta mucho, le da muchas vueltas a la situación y siempre quieren aprender”, explica el miembro de su agencia. Así fue la vida de Brian, ahora primordial en el Espanyol.