Brau: “Los futbolistas son los primeros que tienen que hacer por cambiar los calendarios”
Quien fuera fisioterapeuta del FC Barcelona tiene claro que “con menos de tres días fisiológicamente no se puede recuperar a un futbolista, se acumula una carga crónica y por eso ocurre lo que ocurre”.
Se están cargando el fútbol y a los futbolistas, no hay cuerpo que lo resista, el espectáculo se resiente... Son frases cada vez más escuchadas y tienen que ver con la sobreexplotación de un negocio en el que los grandes protagonistas, que son los que golpean al balón, exponen su físico al límite y las consecuencias son las constantes lesiones graves que se están produciendo.
“Son ellos los primeros que tienen que hacer por cambiar los calendarios porque hay que protegerlos y entender que no puedes disfrutar de un buen espectáculo cuando los actores están fatigados”, asegura con conocimiento de causa Juanjo Brau, quien estuvo durante un cuarto de siglo trabajando para el Fútbol Club Barcelona como fisioterapeuta.
Juan José Brau Pérez, nacido en la localidad barcelonesa de San Vicenç de Castellet el 28 de marzo de 1964, pasó casi la mitad de su vida y más de la mitad de su trayectoria profesional vinculado al Barça, al que prestó sus servicios durante 25 de los 60 años que ahora tiene. Ingresó en la casa culé muy joven y, tras ejercer como fisioterapeuta en el fútbol base durante tres temporadas, estuvo cuatro más en el filial y de ahí dio el salto al primer equipo. Fue en la temporada 2024-2005 y llegó a la plantilla profesional con el mejor aval que se puede tener, el de los propios futbolistas que reclamaron su incorporación.
Se hizo un hueco en un plantel plagado de estrellas -Leo Messi en el campo y Pep Guardiola en el banquillo por citar a dos de ellas- y pasó nada menos que 18 campañas consecutivas ahí. Fue una larga etapa que recuerda con agrado.
"Fueron tantos años y muchos títulos conseguidos por parte de un equipo que se convirtió en todo un referente a nivel mundial desplegando un fútbol que ilusionó a la gente y muchos fueron los que se identificaron con nosotros por lo que hicimos y también por la forma en la que lo hicimos", manifiesta como parte de aquel Barcelona.
Del club de sus amores salió en 2021 porque Xavi Hernández llegó al banquillo con su equipo y resultó incompatible su presencia. El presidente Joan Laporta le ofreció encarecidamente que siguiera en la entidad, pero Juanjo Brau entendió que “el ciclo había terminado” y “lo mejor era marchar”. “Mis dos últimos años en el Barça fueron difíciles y terminé demasiado cansado y eso que estamos hablando de ir a trabajar en mi club y en mi casa”, cuenta.
“Echo la vista hacia atrás y me pregunto cómo pude estar 18 años seguidos en un club como el Barcelona, lo cual es muy difícil en un equipo de esta magnitud por el desgaste físico y emocional que conlleva. También la presión y la responsabilidad, pero eso es intrínseco, algo que siempre asumí y que me gusta pues te hace mejorar, pero lo que más pesa es la ansiedad por cuestiones lesivas que no puedes controlar y ahí está el famoso entorno, que en el Barcelona siempre es complejo”, reconoce.
En la actualidad apoya a futbolistas profesionales -prefiere no desvelar sus nombres- y cuenta con clínica privada propia en Manresa, la Sant Josep. Además, participa en proyectos educativos con universidades de España -Euses de Girona, Sevilla y Católica de Murcia (UCAM), entre otras- y también de Latinoamérica -la Amerike de México-.
La séptima edición de la Conferencia Anual de la Sociedad de la Fuerza y el Acondicionamiento Físico -Strength and Conditioning Society en inglés (SCS)- trae precisamente a Murcia a este profesor del máster de Preparación Física y Readaptación Deportiva de la UCAM para impartir la ponencia titulada “Vuelta al juego en el fútbol profesional desde una perspectiva fisioterapeútica”.
Brau conoce perfectamente las exigencias del fútbol al más alto nivel y que no sólo llegan a los jugadores aunque estos sean los grandes protagonistas. Él siempre supo estar en su sitio aunque quienes estaban a su lado sabían lo importante que era su labor. Mantener a punto las piernas de los ‘cracks’ era su misión y eso son palabras mayores.
“Nunca me sentí un top en lo mío y siempre tuvo los pies en el suelo. Nuestro mérito, el de los fisioterapeutas, es el que es y estamos para acompañar sin más. Los futbolistas de súper élite ya tienen mucha disciplina por lo general como profesionales que son y realmente aprendes mucho de ellos”, apunta.
“Las figuras del fútbol son especiales, todas ellas por el grado de exigencia que tienen, y algunos también diferentes aunque puedo decir que se fiaban de mí”, señala sin entrar en detalles alguien que tuvo la ocasión de tratar a Ronaldinho, Messi, Etoo, Puyol, Piqué, Xavi, Iniesta, Busquets, Dani Alves...
En sus años de trayectoria en la fisioterapia deportiva vivió la evolución del deporte rey en España: "El fútbol siempre tuvo una magnitud enorme pero antes era todo mucho más abierto en el día a día y de un tiempo a esta parte se cerró mucho más porque el jugador está muy expuesto y se tiende a protegerlo".
La figura del fisioterapeuta también evolucionó hasta convertirse en la actualidad en indispensable. “Hoy en día no se puede entender el mundo del deporte sin los fisios y sin los preparadores físicos y no hablo ya del profesional sino de la actividad física en general. Se requiere la recomendación y la actuación de estos profesionales de la salud y hasta hay algunos que incluso viven en las casas de los deportistas”, expone.
Su misión es, básicamente, la de tratar de fortalecer el físico de los que se exprimen al máximo sobre el césped y evitar lesiones, ese mal tan tristemente de actualidad.
“Es verdad que últimamente se están produciendo muchas lesiones graves en el fútbol, son multifactoriales y lo sabemos. Las cargas de entrenamiento y el nivel competitivo en el fútbol de alta competición se incrementaron con respecto al de décadas atrás y la confección de los calendarios influye. Con menos de tres días fisiológicamente no se puede recuperar un futbolista y se acumula una carga crónica y por eso ocurre lo que ocurre. La intensidad es mayor porque las cargas de entrenamiento y partidos se elevaron y se corre más y a eso se une que hay menos tiempo para prepararse al haber más encuentros, habitualmente dos a la semana, y más viajes y no existe tiempo para la recuperación”, explica Brau, quien remarca que “muchas veces el mejor entrenamiento es el descanso”.
“En Europa, según los estudios hechos públicos, las lesiones musculares se incrementaron un 4% y se echa en falta más trabajo de prevención porque con tanta carga no es viable”, apunta al tiempo que pide soluciones que no siempre son fáciles de encontrar dados los intereses económicos y comerciales creados y que dieron lugar, por ejemplo, a esas giras veraniegas por Asia o Estados Unidos.
“Antiguamente las pretemporadas eran otra cosa y hoy apenas 15 días después de echar a rodar toca jugar contra el Manchester City, el Real Madrid, el Milán y el Mónaco, como le pasó en verano al Barça. Son cuatro partidos ante rivales de Champions y si rotas y das descanso y luego pierdes por 3-0 llega la preocupación. Eso te hace acelerar y cuando no hemos llegado a mitad de octubre hay futbolistas que ya llevan disputados 17 partidos. Si a eso se añade que el fútbol es cada vez más físico nos encontramos con la sucesión de lesiones que se está registrando y eso nos lleva a la conclusión de que hay que reducir los calendarios en lugar de aumentarlos”, cuenta este profesional que sabe perfectamente de lo que habla.
“Es algo que deben cambiar los propios futbolistas y nadie más puede conseguirlo. O cambiamos o no jugamos, es lo que tendrían que decir y si se tienen que reducir los salarios pues así tendrá que ser pues es un “win to win” y hay que entender que los protagonistas son los que pisan el césped y que si hay millones de personas viendo el fútbol es porque hay grandes jugadores, algunos incluso en plena fase de formación, a los que hay que proteger porque no puedes disfrutar de un buen espectáculo cuando los actores están fatigados”, asegura Juanjo Brau, quien también pone encima de la mesa un problema más derivado: “El aspecto mental y el estrés emocional también hay que tenerlos en cuenta y son cuestiones delicadas”.