Brasil sale rentable
El valor de Vinicius, Rodrygo y Militao respecto a lo que costaron ha crecido casi 200 millones. Endrick es el siguiente. Hubo fracasos en el camino: Reinier, Lucas Silva, Augusto...
La política del Real Madrid en los últimos años en relación a fichajes está bastante clara: jugadores jóvenes, prometedores, a precio moderado, aunque con posibilidad de pagar cantidades más altas si la proyección es importante, para desarrollar esos talentos en la casa y que, cuando florezcan, den rendimiento al club deportiva o económicamente, en el campo o siendo traspasados. Ejemplos hay varios: Odegaard, por ejemplo, llegó con 16 años a cambio de menos de tres millones de euros, fue dejando cantidades pequeñas en las diferentes cesiones que acumuló y, cuando fue traspasado al Arsenal, su venta permitió ingresar más de 40 millones. El Madrid quería que funcionase en el primer equipo, pero él no fue paciente y terminó buscando una salida. Sea como fuere, la operación fue redonda.
El Madrid no está siendo dogmático en esta búsqueda de talentos, los quiere de donde vengan: Bellingham es inglés, Tchouameni y Camavinga franceses, Lunin ucraniano... pero sin duda hay un país que centra la atención del club de forma especial, y es Brasil. Tampoco es inventar la pólvora ir a buscar joyas a la nación con más Mundiales de la historia, pero el mercado brasileño es vasto (su población roza los 215 millones) y es necesario separar al grano de la paja. De eso se encarga Juni Calafat, el jefe de captación internacional del club blanco, que recomendó el fichaje no sólo de los brasileños de la actual plantilla (Valverde, por ejemplo, también es cosa suya), pero que tiene un control especial de ese mercado.
Un mercado que rinde beneficios para el Madrid de forma casi automática. Los tres brasileños de la plantilla han generado ya un aumento de valor (la diferencia entre lo que costaron y su tasación actual en Transfermarkt) de casi 200 millones: Vinicius costó 45 y ya vale 150, 105 más; Rodrygo ha pasado de 40 a 100, un aumento de 60; y Militao costó 50 millones y su valor ya va por 70, 20 más. En total, son 185 millones de aumento, de generación de riqueza para el Madrid.
Esos son los que se quedan, pero los hay también que se fueron y dejaron números en verde en las cuentas. Como Casemiro, firmado en enero de 2013 desde el Sao Paulo a cambio de seis millones de euros; se cocinó en un paso por el Oporto que al Madrid, entre la venta y la recompra, le costó un millón y medio más; y volvió para formar un centro del campo de época con Kroos y Modric, ganar cuatro Champions y, cuando decidió irse al United, dejar 70 millones en la caja. Otros, como Danilo, llegaron y se fueron por casi lo mismo (firmado desde el Oporto por 31,5 millones; vendido al City por 30).
Pero no todo han sido alegrías; hubo fracasos, pero de calado menor considerando los éxitos. Reinier ha sido el último, llegó desde el Flamengo en 2020 a cambio de 30 millones y de momento no ha despegado, tras tres años de cesiones en Dortmund y Girona. Ahora, a préstamo en el Frosinone italiano, espera encontrar la inspiración de nuevo, pero su valor se ha desplomado: a día de hoy, cuesta dos millones, 28 menos de lo que pagó el Madrid. Otro caso sonado fue Lucas Silva, que costó 13 millones, jugó media temporada en el equipo y demostró que no daba el nivel y fue acumulando cesiones y cesiones hasta que su contrato finalizó, sin retorno para el Madrid.
Endrick y Ancelotti para 2024
En la cantera hay varios más, todos de coste muy sencillo, sin grandes desembolsos: Augusto (tres millones), Abner (gratis), Rodrigo (un millón), la actual cesión de Vinicius Tobias... Y el siguiente es Endrick, que se incorporará al Madrid el verano que viene tras el pago al Palmeiras de 35 millones de euros (hay otros 25 por objetivos que dependerán de su desempeño de blanco). Aún no ha llegado y el efecto ya se nota: cuando el Madrid le firmó, estaba valorado en 20 millones, y ya cuesta 25 en Transfermarkt.
Aunque estos éxitos en la apuesta por talentos brasileños tienen su contrapartida: el Madrid es muy seguido a día de hoy en Brasil, mucho más que el Barcelona, y sus éxitos han llevado a que la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) esté poniendo toda la carne en el asador para que Carlo Ancelotti sea su próximo seleccionador. Desde allí, se afirma sin rubor que la operación está cerrada a partir del próximo verano, pero el técnico lo desmiente (”Son rumores”) y en el Madrid no se cierran ninguna puerta: su contrato acaba en 2024, pero no hay motivo para pensar que no pueda llegar una renovación. El italiano tiene al Madrid como prioridad... y si no sigue, sabe que en Brasil quieren su triunfal receta.
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