Brasanac sirve para todo
La polivalencia del serbio (ha jugado ya en cinco posiciones distintas) lo convierte en un recurso cada vez más frecuente en el Leganés. Es el octavo pepinero con más minutos.
La normalidad le desborda. Nada en su forma de ser le convierte en personaje llamativo. Ni tatuajes, ni cortes de pelo vistosos o vestimenta a la última moda. Tampoco pendientes, anillos, joyas, relojes que llamen la atención. Nada que le haga destacar por encima de la media. Darko Brasanac (Cajetina, Serbia, 32 años) podría pasar por un ciudadano más en cualquier ámbito de la vida. En el barrio, el trabajo, el bar de al lado de casa o las puertas del colegio donde se agolpan los padres para recoger a sus hijos. Camuflaje de rutina que también aplica a su profesión.
Claro que ahí este mediocampista de amplio recorrido en LaLiga (ha jugado 192 partidos en Primera, 15 en Segunda) le mete altas dosis de compromiso y trabajo que, meses después de su regreso al Leganés, comienzan a darle sus frutos en un rol que encaja con todas estas virtudes. Darko es el nuevo chico para todo de Borja Jiménez.
Un retorno trastavillado
El entrenador abulense ha ido aumentando de manera progresiva la confianza en un jugador que se está ganando esa fe con su rendimiento dentro del terreno de juego. También fuera. En minutos jugados, es el octavo blanquiazul que más ha competido en esta temporada de retorno a la élite. El dato es llamativo si se compara con su menguante participación el curso pasado.
Firmó procedente de Osasuna en enero y aunque tuvo una reentré fuerte, un par de actuaciones grises (sobre todo en su visita al Villarreal B) lo apartaron de la senda de la titularidad. De 15 encuentros, sólo partió de inicio en seis. En total, 651 minutos que está a punto de superar ahora en Primera (ya lleva 625) en esta temporada en la que, en once jornadas, ya ha sido de la partida en los mismos seis encuentros.
En privado, Darko confiesa que bajar un peldaño a la categoría de plata no fue proceso sencillo para adaptarse a una competición que nunca había jugado (siempre ha competido en la élite) y en un equipo con una medular muy definida. El trío Neyou-Undabarrena-Portillo era inamovible. Y aun así, lejos de ofuscarse o buscar excusas (podría haberlo hecho, era con Nyom pepinero con más entorchados en Primera de toda la plantilla), insistió en su fórmula de trabajo diario sin quejas, ayudando en lo que fuera posible.
Goleador y asistente
La fórmula le regaló la oportunidad de darle a Miguel la asistencia del 0-1 en el (casi) decisivo partido de Ferrol y la titularidad en el partido del ascenso ante el Elche. Con la nariz rota ante el mismo rival contra el que se rompió el cruzado un año antes, Darko retornó a Primera para ser, ya entre los mejores, polivalente pieza en los planes de Borja Jiménez. Especialmente en las últimas jornadas.
Ante el Celta, marcó un golazo (especialmente por el control) que dio tranquilidad al equipo. Era el 2-0 (se lo dedicó a sus hijos Matej y Vasilej) de un duelo que no inició en el once. “He visto desde el banquillo que teníamos que ir hacia adelante, apretar más. Y lo hemos hecho”, explicaba esa tarde. “Es un control muy raro que hago yo, cuando el balón me va un poco hacia atrás intento hacer este giro para ponerme de cara hacia la portería rival. Lo he hecho muchas veces en mi carrera. Creo que es la primera vez que termina en gol. Quiero ir a más, intentar marcar tres o cuatro goles goles este año”, añadía.
En Girona no los marcó él… pero sí los regaló. Sus asistencias a Tapia y Juan Cruz (ésta última con colaboración de Miguel, que la dejó pasar) sirvieron para que el Leganés rondara el empate. Todo en un duelo en el que él fue la sorpresa de la alineación. Y no por jugar de inicio (que también, después de haberlo jugado todo en Copa ante el Ciudad de Lucena en su primera capitanía blanquiazul), sino por hacerlo como enganche en la punta del rombo con la que Borja Jiménez sigue perfilando a su equipo pese a la baja de Raba.
El sistema parecía hecho a la medida del cántabro… pero Brasanac demostró que también ahí puede rendir. Como lo ha hecho este curso ya como pivote único, acompañante en un doble medio centro, interior derecho o interior izquierdo. Incluso ha habido partidos en los que ha ejercido de falso 9. Polivalencia a la que se aferra para seguir siendo importante desde esa normalidad desbordante que el caracteriza.
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