Brahim tira la puerta
Un 2024 de cambios y progreso. Rol disparado en el Madrid y más que un líder en Marruecos. Entre club y selección participa en un gol cada 100′.
Cada 100 minutos, en la foto del gol. Ya sea marcando (17) o asistiendo (11). Ese es el saldo de Brahim en 2024 entre club y selección. Y el mejor resumen. Un año de progreso. El de su confirmación en el Madrid y su nacimiento con Marruecos. En enero su importancia cogía vuelo. En diciembre es capital. De sus 668 minutos a los que se tomó las últimas uvas a los 836′. La lesión en el aductor que le ha tenido ocho partidos en el dique seco convierte la diferencia en menos visual que tangible. Pero la realidad es más acentuada. De ser convocado y no jugar en siete encuentros a disputar los 18 en los que ha estado disponible este curso, del 30,9% de los minutos al 51,8%. Un cambio total de paradigma. Brahim ha tirado la puerta.
Lo ha hecho con paciencia. Consciente, tras su regreso triunfal de Milán, que eso, y el trabajo, eran las llaves de la importancia. Cuando peor venían dadas, 48 minutos en sus siete primeros partidos, no torció el gesto. El día a día como trampolín hacia la confianza de Ancelotti. El italiano le prometía que las oportunidades dejarían de llegar con cuentagotas si seguía exprimiéndolas. En Valdebebas y sobre el campo, con apariciones fulgurantes. La primera titularidad fue un oasis. La segunda, otro. Hubo gol en la primera, ante Las Palmas. También en la segunda, contra el Braga. Las separaron ocho partidos donde apenas disputó 16 minutos. Pero tras el segundo zarpazo ya no hubo vuelta atrás. A finales de 2023 se subió a la ola y en 2024 la ha seguido surfeando.
Y durante el calendario que ahora expira, rol creciente. Con apariciones cruciales, como su gol al Leipzig en los octavos de Champions para abrir la puerta de los cuartos. En total, con la elástica blanca, 10 tantos y 9 asistencias en 2.232 minutos. A Carletto le ha conquistado con olfato, pero también con sacrificio. “El tiempo pasado en Milán le hizo mucho bien, a nivel defensivo ha trabajado mucho y ha vuelto en una condición táctica óptima. Se posiciona siempre bien sin balón. Es raro verlo en un delantero de su calidad”, llegó a decir el de Reggiolo. Una sentencia llena de significado. Y no en pasado, sino en presente y futuro. Porque de cara a 2025, el italiano le ha hecho ver a Brahim que su rol crecerá aún más en importancia. Por su autonomía ofensiva y su capacidad para equilibrar la balanza en lo defensivo. Será fundamental.
El león del Atlas
Un progreso de blanco que llegó en paralelo a su volantazo internacional. Ante la inoperancia de la RFEF, Brahim optó por el cariño de Marruecos. Y por un proyecto ambicioso del que es, y será, cabeza de cartel. El león del Atlas. Un país que le ha acogido con los brazos abiertos, con un ojo puesto en la Copa de África de 2025 donde llegará como gran favorito. Estaba en la terna y con Brahim se disparan los dividendos. Para muestra, el 26-2 que acumulan los de Regragui desde que el madridista se puso su 10 a la espalda. En lo personal, siete goles y dos asistencias en 575 minutos. Participa en un tanto cada 63,9′. Marruecos es una locomotora y Brahim el maquinista.
Un 2024 dorado. Con cinco títulos más a la mochila: las Supercopas de España y Europa, la Liga, la Champions y la reciente Intercontinental. Con una comunión con una afición con la que quiere interactuar en un canal (’Mentalidad Brahim’) recientemente creado en WhatsApp. Con, entre club y selección, 17 goles y 11 asistencias. Un tanto generado cada 100 minutos. Sólo Endrick, en una muestra corta (cinco goles, uno cada 94,6′ entre el Madrid y Brasil) y Vinicius (uno cada 96,2′) superan el promedio del malagueño. El Mbappé del Madrid, sacando de la ecuación al PSG y añadiendo a Francia, marca o asiste cada 108,1′. Brahim brinda en 2025 por seguir subiendo escalones. Sin mirar atrás.
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