Beckham, el no fichaje más rentable de Laporta

El Barcelona ha marcado la vida de David Beckham y David Beckham también la del Barcelona. En el Camp Nou, el inglés logró el triplete en 1999 con una remontada histórica del Manchester United frente al Bayern de Múnich. Allí también estuvo cerca de recalar como la gran estrella de la primera candidatura de Joan Laporta, pero nunca llegó. Su ‘no’ fue uno de los más rentables del fútbol del 2000.

Corría 2003. David Beckham era ‘La Estrella’ del fútbol inglés. Después de superar un linchamiento nacional tras la roja vista en el Mundial a causa de la picardía de Diego Pablo Simeone, el de Londres levantó de nuevo su carrera como un jugador que no negaba un esfuerzo y con una calidad en el golpeo muy pocas veces vista. Una derecha sumamente precisa que le valió multitud de goles espectaculares y confirmarse como toda una estrella de los 90 y los 2000. Precisamente, el ‘espectáculo’ fue otra parte de su vida. Su relación Victoria Adams, la Spice Girl ‘posh’, le colocó también en otra sección de los periódicos casi contra su voluntad y generó un interés enorme para las marcas. David se confirmó como toda una estrella mundial también fuera del césped.

Según explica Gary Neville en el documental de Netflix del astro británico, uno de sus mejores amigos y también ex del United, esa vida fuera del fútbol preocupaba a Sir Alex Ferguson hasta el punto de ir resquebrajando la relación casi ‘filio-parental’ hasta romperse. El escocés consideró que todo esto le descentraba en exceso del fútbol y fue perdiendo su confianza en él. En ese final de temporada, Sir Alex decidió que Beckham debía terminar su etapa en el ManU. Ahí aparecieron Real Madrid y Barcelona.

Del acercamiento en Champions a una negociación ‘paralela’

El Real Madrid aprovechó la eliminatoria de Champions League disputada ante el United, en la que Beckham pasó bastante tiempo en el banquillo, para tratar de conquistar al inglés. En aquel recordado choque que acabó con un hat trick de Ronaldo en Old Trafford, ‘Becks’ quedó bastante convencido de que si tenía que salir, algo que realmente nunca deseó, sería allí. El enviado para negociar fue Zidane. El francés, tras el encuentro y mientras cambiaban las camisetas, fue el primero en meterla esa opción en la cabeza.

En Barcelona, a la par, era época electoral. El club se encontraba en una sombría etapa a nivel de títulos y aparecía un joven Joan Laporta ambicionando la presidencia. Este hizo el anuncio más grandilocuente de la campaña afirmando que habían llegado a un acuerdo entre su candidatura y el Manchester United para que Beckham recalara en el Barcelona si llegaba a la presidencia. Un reclamo más que apetecible y que llegó a ser ‘oficial’, pero del que David no sabía nada.

Un texto breve apareció en la web del United a días de las elecciones en Can Barça confirmando este acuerdo calificando la oferta de Laporta de “admisible” por parte del club de Old Trafford. Pero nunca llegó a buen puerto porque el acuerdo con el jugador nunca llegó. Según confesó en Sky Sports años después, el jugador londinense se enteró por un amigo de este acuerdo, interrumpió sus vacaciones, regresó a Inglaterra y trató de arreglar su situación ‘forzando’ su salida al Real Madrid. Beckham se unió a Los Galácticos.

El presidente del Barcelona entendió la negativa y se preparó para ella. Laporta no puso todos los huevos en la misma cesta e iba ‘tocando’ a otras estrellas. Con menos foco que Beckham (aunque aplica a cualquier otro futbolista en 2003), llegó Ronaldinho desde el Paris Saint-Germain a cambio de 32,25 millones de euros. El resto, un cambio de ciclo donde el Barcelona ganó una Copa de Europa y varias Ligas, es historia. Una nacida de un no. Uno de los mejores que nunca le espetaron a Joan Laporta.

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