Barça: peligro de agotamiento
Seis titulares azulgrana ya han pasado los 2.000 minutos esta temporada y otros dos los rozan. Los de Flick aún podrían jugar hasta 36 partidos más esta temporada.
Seis titularísimos del Barça ya han pasado, algunos de largo, los 2.000 minutos esta temporada, incluidos los jugados con sus respectivas selecciones cuando no se ha llegado ni al ecuador de la Liga. Otros dos, Lamine Yamal y Casadó, los rozan. A todo esto, el Barça ha jugado 24 partidos oficiales de momento y, potencialmente, podría tener aún 36 pendientes este curso: 20 más de Liga, cinco de Copa, nueve de Champions, dos de Supercopa de España… La cifra de los Koundé, que ya suma 2.429 minutos entre Barça y selección de Francia, Raphinha (2.226′), Cubarsí (2.159′), Lewandowski (2.153′), Pedri (2.070′) e Iñigo (2.046′) podría proyectarse a cotas increíbles, especialmente la de los jugadores (todos menos Iñigo) que están yendo con las selecciones porque todavía quedan los parones de marzo y junio.
Flick mandó un mensaje nítido al vestuario cuando empezó la temporada. Tenía la intuición de que el Madrid tardaría en acoplarse, así que pidió a sus jugadores arrancar a todo trapo. El Barça lo hizo y demostró una superioridad física insultante en las segundas partes de los partidos de Mestalla y Vallecas. También superó ampliamente después del descanso al Athletic, uno de los equipos mejor preparados físicamente de la Liga. También arrasó al Madrid en la segunda parte del Clásico. Y al Villarreal. Parecía imparable. Hasta estuvo a punto de sobrevivir en Mónaco con diez jugadores durante 80 minutos después del grave error de Ter Stegen que le costó la expulsión a Eric Garcia.
Es cierto que ninguno de los seis jugadores que han rebasado los 2.000 minutos; y tampoco Lamine (1.925′) o Casadó (1.836′) han dado señales de estar totalmente extenuados. Pero es evidente que la energía del equipo ha bajado y que lo más preocupante para el cuerpo técnico es que queda mucha temporada por delante. Flick deberá recalcular su hoja de su ruta. Y su Excel. Al principio de temporada fue esclavo de las lesiones, pero ahora ha ido recuperando, mal que bien, efectivos. Araújo está listo para regresar. Gavi y De Jong llevan tiempo con el alta médica. Fermín, que estuvo lesionado a principios de temporada, también quiere más. Algo parecido ha pasado con Ferran. Hasta Ansu ha recibido el alta y Christensen también tendrá que regresar.
Da la sensación, sin embargo, de que el alemán había encontrado un ‘once de seguridad’ y le cuesta darle confianza y vuelo a otros jugadores. El desastre de las últimas jornadas en la Liga obliga a un replanteamiento de la situación y a decisiones valientes. Jugadores como Araújo, De Jong o Gavi, llamados a tener un peso específico grande en el equipo, no van a recuperar su mejor nivel si no juegan. Y otros que están rindiendo a un nivel excelso como Pedri o Raphinha corren el riesgo de reventar.
Y un problema añadido. Jugadores que no tienen recambio. Aunque no es de lo que más ha jugado, Alejandro Balde, que suma 1.572 minutos, es indiscutible en el lateral izquierdo pese a que está lejos de su mejor nivel. Sin embargo, no siente ninguna presión. Ferran ha rendido en los últimos partidos, pero ni eso le ha servido para mover a Lewandowski del once inicial. Entre otras cosas, porque él no es un nueve puro pese a que desde su época en el City (y en la Selección con Luis Enrique) ha demostrado que también se puede desenvolver con soltura en el puesto. A Flick y su equipo de ayudantes, técnicos y físicos, les toca meterse en el rincón de pensar para diseñar una gestión que mantenga al Barça como aspirante a todo hasta el final.
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