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VALENCIA

Baraja sigue fuerte

El análisis que se hace de la crisis del Valencia va más allá de la figura del entrenador.

VALENCIA, 24/09/2024.- El entrenador del Valencia CF, Rubén Baraja, durante el encuentro correspondiente a la séptima jornada de LaLiga EA Sports que enfrenta al Valencia CF y al Osasuna en el estadio de Mestalla en Valencia, este martes. EFE/ Biel Aliño
Biel AlinoEFE

El Valencia suma 5 puntos de 24, ha marcado solo cinco goles (solo Las Palmas lleva menos) y ha encajado 13 (solo el Valladolid, el Celta y el Villarreal llevan más). El Valencia, obviamente, está en puestos de descenso tras ocho jornadas de campeonato por méritos propios (ha ocupado alguna de las tres últimas plazas en siete de ellas). Los números son preocupantes, las sensaciones también, sobre todo a domicilio, que es donde volverá a jugar el próximo viernes (Leganés, 21:00 horas). Sin embargo Rubén Baraja mantiene su crédito, aunque evidentemente empieza a estar también en el foco, pero su figura sigue fuerte porque el análisis que se hace en el Valencia de la coyuntura va más allá del entrenador.

A Baraja se le sigue viendo como la solución a los males y no como el problema de ellos. Esa es la principal de las tres razones por las que la labor del entrenador no está cuestionada como lo estaría por los resultados en prácticamente todas las temporadas de su historia. Los otros dos factores son, primero, la figura en sí misma de Baraja (su aura de leyenda y a su vez de muro de contención entre la propiedad, los gestores del día a día del club y los aficionados) y, por último, que no menos relevante a ojos de Peter Lim, la económica (el pasado verano renovó hasta 2026, con las consiguientes explicaciones que se deberían dar al propietario a la hora del finiquito).

Leganés, Las Palmas y Getafe

Los próximos tres partidos son clave para que ese crédito que aún tiene Baraja no se vaya por el aire por el viento de más paupérrimos resultados. Principalmente por el perfil de los rivales a los que se enfrentarán los blanquinegros: Leganés, Las Palmas y Getafe, tres equipos llamados a pelear hasta el final por la permanencia, que vuelve a ser la lucha de este Valencia. Esta vez desde el club no se hizo público ese objetivo, como sí lo verbalizara la presidenta Layhoon Chan la pasada temporada, aunque el césped se lo ha dejado claro a este proyecto de mínimos de Peter Lim (solo ha invertido en refuerzos 1,7 millones, seis equipos de Segunda se gastaron más).

“Nuestra situación no es casualidad, nos va a costar darle la vuelta”, la frase es de Baraja tras la derrota en el Metropolitano, en una de las tres salidas en las que el Valencia ha encajado tres goles (en Vigo y San Sebastián también). Baraja, que conoce bien Mestalla, habló en el pasado de un término que él tiene muy presente: “Frustración”. Él sabe que para salir del pozo el camino será largo, una montaña rusa con subidas y bajadas emocionales, tal cual sucedió la pasada semana: de la victoria contra el Girona a un empate que supo a poco contra Osasuna y la contundente derrota contra la Real Sociedad. Todo ello en un contexto social de desapego y hastío hacia la propiedad, un factor externo del que siempre ha querido alejarse y no utilizar como excusa el entrenador vallisoletano.

La falta de exigencia interna

Los tirones de oreja de Baraja hacia su vestuario han ido a más con el paso de las jornadas. El último, en el Reale Arena, fue directo: “Espabilad”. Uno de los males que detectó desde el principio de su etapa en el banquillo de Mestalla, cuando llegó hace dos temporadas para sacar las castañas del fuego, es una falta de exigencia interna en el club y la permanente coartada que de un tiempo a esta parte tuvieron los vestuarios (incluidos los cuerpos técnicos) en la gestión de Lim. Pero reflexiones como la que hiciera Miguel Ángel Corona, director deportivo, el pasado sábado en la previa del duelo contra la Real Sociedad no brillan por su exigencia: “En nuestra casa hemos dado un grandísimo rendimiento...”. En Mestalla suman 5 puntos de 12, es decir, ese “grandísimo rendimiento” se traduce en que no han sumado ni el 50% de los puntos posibles en lo que antaño era un fortín.

De Baraja, lógicamente, se espera y se confía en que saque mayor rendimiento a la plantilla que tiene. Él también. “Las dificultades económicas son grandes. Es complicado hacer movimientos; no obstante si a principio de verano hubiéramos pensado que en esta fecha íbamos a poder contar con el portero, íbamos haber hecho tres movimientos (finalmente fueron siete)y no haber sacado a ningún jugador... el mercado es positivo pese a nuestras dificultades”, comentó el director corporativo Javier Solís la última semana de agosto. Al mantener el bloque de la pasada temporada y al hecho de haber incorporado a futbolistas con la venia de Baraja se aferran los gestores para dar por bueno el mercado, aunque tres de esos siete refuerzos vienen de Segunda (Caufriez, Dani Gómez y Germán Valera) y dos eran suplentes habituales en sus clubes anteriores (Rafa Mir y Enzo Barrenechea).

El Valencia tiene un problema en la creación y en la definición. En esa faceta del juego tiene mucho que decir el talento, que se paga, y también los picos de rendimiento, en los que la edad influye. Si la valoración que se hace del juego colectivo es en comparación al del inicio de la temporada pasada, está lejos y puede dar mucho más; pero si se hace por lo ofrecido en el último tramo del campeonato... 8 puntos de los últimos 45. Y ahí está por definirse cuál puede llegar a ser rendimiento medio de los Mosquera, Javi Guerra, Diego López e inclusive Pepelu. En este sentido, un refuerzo que sí está aportando regularidad es Luis Rioja (30 años, 145 partidos en Primera y 77 en Segunda).

El aspecto físico individual es otro factor que está por mejorar y aquí se tiene en cuenta las bajas y la atípica pretemporada de más de uno. Las lesiones de futbolistas como Hugo Duro, Canós, Fran Pérez, Almeida y Gayà han restado potencial ofensivo a un equipo que, como se ha dicho, no va sobrado de talento. Ello, sumado al caso Rafa Mir (que enturbió el vestuario), hace que los problemas que está teniendo Baraja con varios de los que llamados a ser referentes se tengan en cuenta. A ellos se le suman otros casos como el de Enzo Barrenechea, un jugador llamado a ser relevante, aunque practicamente está en modo de pretemporada desde que llegó el último día de mercado, o Mosquera y Diego López, a los que las Olimpiadas les llevaron a debutar en Liga recién llegados de París.

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