Así cayó el Plan Miami
LaLiga anunció antes de tiempo un partido que no se jugará en suelo americano. Se subestimó el enfado de los jugadores y la posición del Madrid, Gobierno y CONCACAF.


Nunca hay que cantar victoria antes de tiempo. Cosa que LaLiga hizo el pasado 8 de octubre, cuando, al cuarto intento, ya se vio en Estados Unidos el próximo 20 de diciembre jugando por primera vez en la historia de Primera División un partido fuera de España. Así lo afirmó Javier Tebas, su presidente, ese día. Con comunicado incluido. La patronal y Relevent osaron a anunciar un partido que no estaba atado, infravaloraron al resto de actores del fútbol: los futbolistas, Concacaf, Real Madrid, Gobierno... Así fue la cronología de fiasco americano.
El inicio de un problema
La idea de llevar el Villarreal-Barcelona ya nació con problemas. En agosto y con prisas, se llevó el proyecto a la Junta Directiva de la Federación. Esta vez, LaLiga se quedaba en la sombra, dejando a los dos clubes y a Relevent como los artífices del proyecto. Es más, Tebas ni hizo acto de presencia en la reunión que la RFEF dio luz verde pese a ser vicepresidente. Una cumbre en la que se encendieron las primeras alarmas. Se votaba sin tener el consenso de los jugadores, que no habían sido informados. Algo que no preocupó a casi ninguno de los presentes. Solo dos personas alzaron la voz. David Aganzo, presidente del sindicato AFE, quien llegó a discutir con Louzán en dicha reunión por ese motivo, y Miguel Ángel Nadal, que se opuso al comprobar que nadie había informado al resto de clubes.
Ahí se constató que la “la oportunidad histórica e inigualable para la internacionalización del fútbol español” se hacía sin la aprobación de los clubes ni los jugadores. Como así denunciaron varios presidentes: “No hemos participado de la decisión, tampoco otros”, afirmaba Aperribay, presidente de la Real Sociedad. Mientras que Ángel Torres, dirigente del Getafe, era más tajante: “Es una aberración”.

En esos primeros pasos. Surgieron dos de los factores que han provocado la caída final. Uno de ellos fue una denuncia del Real Madrid ante el CSD. Y el otro, posiblemente el más infravalorado, fue la fuerza y unión de los futbolistas. Estos se reunieron de urgencia. Se estaba sacando adelante un proyecto que vulneraba el convenio colectivo y ni se les daba explicaciones. "Estamos unidos. Queremos respeto y transparencia”, afirmaban en un comunicado divulgado por el sindicato AFE. Ahí le mandaron la primera advertencia a Tebas que se traduciría e un “si no nos informas, no jugamos...”. Pero no se les tomó en serio. Ni desde LaLiga, ni desde los clubes. Como demostró Roig Negueroles, consejero delegado del Villarreal, en El Larguero: “No he leído el comunicado pero lo que me transmiten es que la mayoría de capitanes se mantuvieron al margen. Eso de que los jugadores no quieren ir lo dices tú”. Se equivocaron.
Los futbolistas han demostrado que son fuertes y pueden cambiar muchas cosas. Porque pese a las advertencias, no les escucharon. El 6 de octubre, UEFA dio luz verde al Plan Miami, aunque afirmaba hacerlo a regañadientes. Pero lo hizo como LaLiga y la RFEF, sin escuchar a los capitanes, pese a que se lo pidieron por carta. Fue entonces, y con el anunció oficial por parte de LaLiga a los dos días, cuando el enfado de los futbolistas se hacía más notorio. “Exigimos respeto”, repetían. Y una frase y una ausencia terminó de hacer explotar a los futbolistas. Todo esto hace una semana.
El enfado de los jugadores
El lunes 13 de octubre, Javier Tebas no midió la fuerza y el cabreo de los futbolistas cuando fue preguntado sobre la posición de estos a oponerse a ir a Miami si no eran informados: “No tengo tan claro que la AFE quiera pararlo”. Según cuentan a AS, esa frase enfadó notablemente a los capitanes, que ya habían recibido la negativa del presidente de LaLiga, por problemas de agenda, a reunirse el martes 14 en la sede del sindicato para recibir explicaciones con la presencia de Villarreal y Barcelona. Una representación de capitanes estuvo en vilo hasta última hora de si viajaban a Madrid para el encuentro. Cabreó que el un club dijera no haber recibido la invitación y que el otro cambiara de postura cuando fue conocedor de que Tebas no acudiría. Si bien es cierto, LaLiga ofreció fechas alternativas. Pero no hicieron gracia entre los jugadores. Se trataban de este miércoles, jueves y viernes. Cuando los jugadores o estaban compitiendo por Europa o entrenando con sus equipos para la jornada del fin de semana. Los capitanes querían estar en la mesa y sentían que no se les respetaba.

Fue entonces cuando los jugadores tomaron una decisión que ha desencadenado el gran golpe a LaLiga. “La incertidumbre generada en España” a la que alude Relevent como motivo de la cancelación del Plan Miami se gestó el día del plantón. El 14 de octubre, los capitanes plantearon tomar medidas: 15 segundos de parón al inicio de los partidos de la siguiente jornada. Un acto simbólico como aviso de la fuerza de la que dudaban Tebas y Negueroles. El jueves 16, LaLiga se enteró de la iniciativa y comenzó el incendio. LaLiga envió sucesivamente una serie de cartas a AFE para que no llevaran a cabo dicha iniciativa. Directivos de la patronal mensajearon directamente a algunos capitanes sin éxito. La protesta se llevó a cabo, pero fue censurada. Más gasolina para el enfado de los jugadores. Como el enviarles una carta el pasado lunes diciéndoles que estudiaban tomar medidas legales.
La sede de LaLiga estos últimos días ha sido un polvorín. Intentó convencer a los futbolistas para sentarse a hablar y dar toda la información que precisasen, siempre y cuando no estuviera bajo una cláusula de confidencialidad. Pero los capitanes, que se sentían ninguneados y algunos estaban fielmente en contra del proyecto, pidieron que se parase la venta de entradas para hablar e iniciar una negociación. Algo que LaLiga calificó de “mala fe” a AFE. El pulso LaLiga-jugadores estaba dando la vuelta al mundo, cuando se abrieron otros dos frentes.

La presión del Madrid y el enfado de CONCACAF
El miércoles 21 de octubre se juntaron las siete plagas para el Plan Miami. Empezó a cobrar más fuerza el cabreo de Concacaf y la federación de EE UU, quienes tenían que dar el visto bueno y se encontraban, al igual que los futbolistas, con un partido oficializado. Como si su voto no contase. Concacaf, además, elevó el pulso asegurando que ellos pondrían al árbitro y forzando a la Federación a meterse en la pelea y pedir a FIFA que resolviese. Y, mientras en Norteamérica se agitaba el asunto, el Real Madrid y dos de sus jugadores provocaron un nuevo seísmo que acabaron por asustar a Relevent.
Las protestas de los jugadore se escenificaron con duros mensajes. “Incumplir el reglamento esadulterar la competición. Quedará una mancha en su competición si se celebra el partido”, colgó Carvajal en redes sociales. Mientras que Courtois, en la previa de la Champions, atacó: “Es fácil hablar de NBA o NFL... pero la NBA tiene 82 partidos en los que, al final, se juegan un puesto en un playoff que no les cambia nada; mientras que en la NFL es algo votado por todos los dueños. Pero aquí es lo contrario; es una Liga en la que lo hacen ellos porque les sale de... (silencio) de ellos. Considero que adultera la competición, además de que incumple el convenio de los jugadores”.
Todo esto mientras se desvelaba que el Real Madrid había enviado una segunda denuncia al Consejo Superior de Deportes, la rama del Gobierno que gestiona el deporte. El club era tajante, debían frenar el Plan Miami porque adulteraba la competición. El CSD, que llevaba más de dos meses estudiando el caso, aseguraba hoy a este periódico que iba a resolver en poco tiempo. Solo le faltaba un informe de la Federación sobre si vulneraba algún punto del reglamento. La presión política sobrevolaba el proyecto de LaLiga. Y en la patronal también eran conocedores de la opinión del Gobierno al respecto. “Soy partidaria de que las competiciones nacionales se jueguen en España”, afirmó Pilar Alegría, ministra de deportes. Si encontraban un pero en la normativa, lo tumbarían.
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La caída del Plan Miami ha sido un cúmulo de sucesos en los dos últimos meses. La suma de varios elementos. Las distintas versiones sobre si los clubes ganarán dinero, las presiones políticas y, sobre todo, el protagonismo de la fuerza de los futbolistas. Sin ellos, no hay fútbol. LaLiga anunció algo que no estaba cerrado y al final no le ha quedado otra que despertar de su sueño americano. Por mucho que pudiera ser beneficioso para el crecimiento del fútbol español y sus ingresos. Algo que pocos dudan.
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