Arizmendi: “Estar bien asesorado debería ser una obligación para el futbolista”
El exjugador analiza con AS su primera década alejado de los terrenos de juego y su nueva vida como asesor financiero.
Javier Arizmendi (Madrid, 1984) cumple esta temporada diez años alejado del fútbol. En la campaña 2013-14, decidió colgar las botas tras defender las camisetas del Atlético, Racing, Deportivo, Valencia, Zaragoza, Getafe y Mallorca. El exdelantero lo dejó después de casi 200 partidos en Primera y con sólo 29 años. Otra vida, ya en los despachos y alejada del fútbol, le esperaba. Desde entonces, Arizmendi es asesor financiero en Tressis. Su experiencia le ha abierto los ojos a muchos jugadores a la hora de administrar sus beneficios. El madrileño conversa con AS de sus recuerdos como jugador y del presente. El fútbol ha pasado a un segundo plano. De hecho, no toca un balón desde que jugó su último partido.
¿Cómo le va la vida?
Estoy muy bien, con una vida diferente a la que me adapté bien desde el principio. Estoy contento, satisfecho y feliz.
Este año se cumple una década de su retirada... ¿Ha echado de menos el fútbol?
No tuve tiempo de echarlo de menos porque me enganché pronto a una nueva actividad justo en el momento en el que peor podría haberlo pasado. Al estar ocupado en otras cosas, intenté pensar lo menos posible en el fútbol. Además, encadené mi retirada con otros proyectos profesionales y sinceramente no lo echo mucho de menos.
¿Tampoco añora los viajes, los vestuarios, las alegrías del fútbol...?
Los primeros meses son para respirar después de toda esa vida tan ajetreada, tan volátil como es la del futbolista, en el que vives con incertidumbre por saber dónde vas a estar. Además, mi carrera tuvo múltiples cambios. Por eso, es inevitable pensar que puedes tener esa carencia de vivir en un vestuario y eso sí se echa de menos. Pero hay que saber adaptarse a una nueva realidad porque aunque seamos viejos para el deporte, seguimos siendo jóvenes para la vida en general. Hay que cambiar el chip y saber que tu vida va a cambiar mucho con respecto a la que tenías, sobre todo si decides no seguir vinculado al mundo del fútbol. Pero ya le digo que la otra vida también da otro tipo de satisfacciones.
¿No ha vuelto a jugar desde entonces?
Lo dejé por completo. Desde el último día que entrené, no he vuelto a tocar un balón.
Pero se le ve fino...
Me he aficionado a la bicicleta de montaña y salgo bastante. Eso sí, cuando el tiempo me lo permite porque tengo mucho trabajo y tres hijos, por lo que el tiempo es escaso. También es verdad que por mi constitución y mi metabolismo, no he cambiado demasiado. Todos dicen que estoy para jugar, pero eso sólo es la apariencia.
Al final, estudió Administración y Dirección de Empresas. Sería bueno en matemáticas en el colegio...
La verdad es que se me daban bien las mates en el cole, así como todas las ciencias. Pero es que mi llegada al mundo del fútbol fue muy particular porque yo tampoco fui un niño de cantera que estaba en un club desde los 12 ó 13 años. Yo llegué al Atlético de Madrid en último año de Juvenil, ya sinceramente con pocas esperanzas de convertirme en profesional. Llegué para hacer una prueba y un año después, salté al Camp Nou y debuté en Primera. Quiero decir que todo pasó muy rápido, que mi vida no estaba enfocada a competir como futbolista profesional. Yo estaba estudiando, empecé la carrera y mi foco estaba en el estudio y no en el fútbol. Fue un tren que pasó, yo lo cogí, evidentemente, porque el sueño que tienes como cualquier niño al que le gusta el fútbol es poder convertirte en profesional, pero intenté no abandonar mi formación. Y durante mi carrera como futbolista, con esfuerzo y sacrificio, fui sacando mi carrera y lo conseguí justo el año en el que me retiré. Tras colgar las botas, empecé con la formación superior, en másters. Mi profesión actual requiere estar constantemente formado.
Al tener claro su futuro, igual eso acelera su retirada del fútbol porque lo deja con 29 años...
Algo tiene que ver. Evidentemente, yo no me veía tampoco mucho tiempo más jugando al fútbol. Empecé muy joven y los últimos años ya no fueron tan buenos. Para entonces, había formado una familia y mi mujer tenía una profesión. Pensé que el cambio llegaría ese año o al siguiente. Yo tenía una vía de escape, una salida y otros proyectos y eso hizo que el paso fuese más fácil.
¿Cuál es su mejor recuerdo del fútbol?
Viví muy buenos momentos, pero me quedaría con la Copa del Rey que gané con el Valencia. Levantar un título te deja muy buen recuerdo. Además, también fui campeón del mundo con la Sub-20 y eso está en mi recuerdo. Eso eran los inicios, que es cuando realmente más se divierte uno y cuando menos piensas en otras cosas que pueden afectar a tu rendimiento.
¿En qué momento decide convertirse en asesor financiero?
Fue un proceso progresivo. No hubo ningún punto de inflexión. Yo lo que tenía claro es que no me motivaba tanto seguir vinculado al mundo del fútbol y me estaba formando también para poder desempeñar otra función profesional. Luego, me di cuenta de una carencia que tenía yo y muchos de mis compañeros. Estábamos ganando un dinero durante nuestros años de fútbol y nuestra carrera se acaba pronto. Por eso, había que saber invertir ese dinero o conservarlo o ahorrarlo porque en muchas ocasiones no somos conscientes de las necesidades futuras que vamos a tener, pero estas llegan y el grifo de los ingresos se cierra, pero el de los gastos sigue abierto. Esa incertidumbre aumenta cuando va llegando el momento de la retirada y me enfoqué en eso. Primero, para cumplir una necesidad personal y después, para aportar mi experiencia y todo lo que pueda ser de ayuda en este ámbito a gente que pueda estar en circunstancias similares a las que yo estuve.
Y ahora mismo, está asesorando a jugadores...
Tengo clientes futbolistas y de todo tipo. Asesoro a nivel global a personas físicas y jurídicas, pero por mi bagaje, por mi trayectoria, pues la mayoría de muchos de mis clientes son futbolistas.
Cuando estaba finalizando su carrera y tenía claro su futuro, ¿abusó cariñosamente algún compañero de usted? ¿Le pidió algún consejo para invertir?
En los últimos años, igual un poco más (risas). Me veían algo más puesto, algo más interesado también por estos temas, pero al final invertir de oídas nunca es una buena alternativa. No puedes invertir porque lo diga Javier Arizmendi, porque lo diga un amigo, un conocido... He visto muchas veces que no ha funcionado y se han hecho verdaderos rotos. Para invertir, hay que tener una estructura, una estrategia clara definida e ir revisándola porque a nosotros nos cambia la vida en cuestión de una semana. Tienes que tomar decisiones de forma apresurada y debes tener el respaldo de una buena planificación para poder llevar a término ese asesoramiento.
La alegría del gol cómo la extrapola a su trabajo actual...
Cuando sales del mundo del deporte tienes que rebajar expectativas a esos niveles, porque evidentemente no te vas a llevar las grandes alegrías que te llevabas cuando metías un gol o cuando levantabas un título. Ahora son situaciones diferentes porque tu vida no es tan volátil ni tienes altibajos, pero también se puede disfrutar. Además, hay más tiempo para reflexionar, para disfrutar de tu familia. Son vidas totalmente distintas.
Antes le preguntaba su mejor momento en el fútbol. Ahora le cuestiono sobre su mejor momento en esta nueva profesión...
No sé. Ahora no hay hitos tan importantes, pero se disfruta de forma diferente, El foco lo tienes mucho más en tu familia, en tus hijos, no estás tan exigido en el corto plazo para obtener resultados y ahora disfrutas más de los pequeños momentos o de momentos que antes no valorabas tanto.
Volviendo al fútbol. ¿No ve ningún partido?
Sí veo fútbol, pero no me programo para verlo, ni me pongo delante de la televisión. Por ejemplo, el otro día vi el Atlético en la Supercopa ante el Madrid y lo iba viendo mientras preparaba la cena de los niños, los baños... Intenté estar delante de la tele porque soy atlético, pero no pienso en ponerme una hora y media a ver un partido. O las dos horas. Aunque eso ya es otra historia porque con los descuentos... El fútbol se está convirtiendo en algo que ya no capta tanta atención como antes.
¿Y no va al Metropolitano?
He ido alguna vez de forma esporádica porque me han invitado y porque a mi hijo mediano también le gusta el Atlético. Pero no voy de forma habitual.
¿Nos podía dar nombres de sus clientes futbolistas?
No le puedo dar nombres porque eso es totalmente confidencial.
¿Le gustaría asesorar a algún futbolista en concreto?
Antes me preguntaba de satisfacciones. La mayor que puedes tener es cuando hay esos corrillos en un vestuario o el boca a boca que lleve a alguien a confiar en ti. Eso es satisfactorio porque habla bien del servicio que estás dando. Además, en nuestro negocio la relación humana está por encima de la profesional, es de mucha confianza. Volviendo a su pregunta, yo estoy dispuesto a trabajar con cualquiera, independientemente de su estatus profesional.
No me ha querido dar nombres de los jugadores con los que trabaja, ¿pero cuántos tiene en cartera?
Tenemos un convenio con la AFE desde hace cuatro años . Es un servicio de planificación financiera, de consultoría en el que intentamos trazar una estrategia, un plan de acción coordinado y que le permita proteger su patrimonio. Por aquí han pasado ya más de 100 futbolistas.
¿Qué le diría a su hijo se decidiese ser futbolista?
Si es feliz, que siga adelante. Pero tendría una manera diferente de dirigir su carrera, condicionada por la manera que yo lo vi.
¿Piensa que los representantes pueden ser su principal enemigo si se meten en el asesoramiento financiero?
Tu agente tiene que ser una persona de tu máxima confianza. Evidentemente habrá quien esté más contento o menos. Son situaciones complicadas porque hay quien piensa más en el corto plazo, en el beneficio repentino y no tanto en el largo plazo del futbolista, que es un poco la carencia que veo a nivel general, ya no solo en el sector de la representación, sino en todos. Nosotros estamos 10 ó 12 años jugando y mientras damos leche, se nos intenta exprimir en todo lo que se pueda, pero hay que tener en cuenta que luego tenemos muchísimos años por delante. Entonces habría que pensar un poquito más en que este futbolista va a ser persona durante muchos años posterior a su carrera. A lo mejor, los agentes deberían de dar soporte y formar durante los años de fútbol más allá del ámbito puramente técnico-táctico para que luego esté preparado para poder desenvolverse mejor cuando el fútbol le abandone. Pero, insisto, veo esta carencia a nivel general y no sólo en la representación.
¿Qué se le pasa por la cabeza cuando lee que un jugador se ha arruinado?
Creo que esto cada vez pasa menos porque también hay cada vez más concienciación, hay más formación. Los jugadores también están mejor asesorados. Hay empresas de representación que ya cubren muchísimos ámbitos, ya no solo el puramente futbolístico. Hoy te llevo a este club, mañana estás en otro, pero lo que es evidente es que tienes que intentar mantener tu calidad de vida, a la que estás acostumbrado y a la que has acostumbrado a tu familia. Y cuando ese grifo de ingresos se cierra, pues tienes que ser consciente de que pueden venir turbulencias. Por eso la importancia es intentar entender ciertos conceptos cuanto antes y mantener el control del gasto. Luego, tienes que tener claro que te duele la disciplina que mantienes durante la carrera o te duele el arrepentimiento que tendrás cuando te retires. Hay que elegir un poco ese dolor. Puedes vivir en una burbuja y comprarte coches, relojes, viajes y no tener esa disciplina en lo económico o tenerla y no malgastar tanto.
Pero decía, que cada vez pasa menos...
Yo lo veo menos. Los ojos se van a las estrellas y por muy mal que lo hagan... Pero al final, hay muchos futbolistas con unas carreras más humildes. Invertir de forma correcta, tener una planificación, bases y un buen asesoramiento debería ser prácticamente una obligación porque el fútbol no va a resolver nuestra vida, pero sí nos va a permitir tener ciertas ventajas, cierta seguridad en nuestra vida después del fútbol.
¿Siguen siendo los inmuebles la principal fuente en la que invierten los jugadores?
Los jugadores y los españoles en general. Al final tiendes a invertir en lo tangible, en lo que puedes tocar o puedes ver. Pero muchas veces tienes que tener una visión más global, más general porque el mundo avanza mucho. Ahora mismo los mercados financieros se han sofisticado mucho.
Como sabrá, el Intercity es el único club español que se ha adentrado en el mundo de la Bolsa. ¿Por qué no han dado ese paso otros clubes?
No sé, sinceramente. No estoy muy puesto en ese tema. Recuerdo que las acciones del Borussia, hace dos temporadas y la semana en la que podía ser campeón de la Bundesliga, subieron un 25%. Luego, perdió la liga y las acciones se desplomaron un 30%. Con esto quiero decir que si entiendes un club de fútbol como una empresa de infraestructuras que explota un determinado activo más allá de jugar partidos, pues puede tener sentido, pero cuando al final tu mayor fuente de ingresos es estar en una competición europea y que dependa de que la pelotita entre o no entre, pues a mí me cuesta verlo como inversor porque al final tus ingresos están condicionados al azar. Insisto, esto es una opinión personal.
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