Aprobados y suspensos un Espanyol que también sabe sufrir
Puado, con un hat-trick, fue el héroe en un partido donde también brillaron Tejero y Kumbulla
Joan. Quizás pudo hacer más en la jugada del primer gol, aunque los errores de sus compañeros le dejaron vendido. Sin mayor incidencia en una primera parte donde en realidad no tuvo mucho trabajo. En la segunda, sin embargo, sí se tuvo que emplear a fondo para evitar la remontada visitante. Y, como siempre, cumplió con creces.
Tejero. Muy activo en ataque, en sus botas se generó la acción del primer gol del partido. Siempre que pisó área, o se acercó por la derecha, generó peligró. A balón parado también realizó algún buen centro. El del segundo gol fue exquisito. Su impacto en el partido fue decisivo.
Omar. Actuó de central derecho en una defensa de tres y tuvo ciertos problemas con el balón en los pies. Controló relativamente bien a Stoichkov pero tuvo problemas con Manu Sánchez. No fue su mejor tarde.
Kumbulla. Atento, rápido e inteligente en el cruce y fuerte por arriba, poco más se le puede pedir al central de origen albanés. No realizó un partido inmaculado, evidentemente, pero sí jugó a un muy buen nivel. El único pero fue quizás que vio amarilla, la cuarta en cuatro partidos, quedándose a una de la suspensión.
Cabrera. Otro partido más de Cabrera, un jugador con luces y sombras, que el aficionado conoce ya perfectamente. Alternó el dominio aéreo con algún error de bulto (como el del segundo gol) pero en líneas generales estuvo correcto. Con el balón en los pies lo de siempre también: trató de jugar casi siempre en largo sin demasiado éxito.
Romero. Es un futbolista con mucha calidad, como demostró ante el Alavés, pero claramente de perfil ofensivo. Llegó con peligro, pero los rivales también generaron por su zona. El principal problema, como quedó patente en el segundo gol del Alavés, el juego aéreo. Perdió todos los duelos por alto.
Jofre. Quizás la gran sorpresa en el once, no por su participación sino por su colocación en el campo. Jugó por la izquierda y demostró una buena conexión con Romero. Trabajó en la presión pero le faltó precisión en los últimos metros. Tampoco gozó de ninguna gran ocasión para marcar.
Aguado. Tuvo poca participación en el partido y quizás por eso fue el primer sustituido. Su asociación con Král no fue tan sólida como la que forma el checo con Gragera. Pudo conducir solo una vez, forzó una amarilla, pero su único disparo se fue muy desviado. Un error suyo dio pie a la jugada del primer gol del Alavés.
Král. De más a menos claramente, confirmó que es uno de los grandes fichajes del Espanyol esta temporada. Condujo con criterio y se multiplicó en un centro del campo cada vez menos poblado tras los cambios de Manolo González. Un jugador que no siempre brilla, aunque Král es bastante vistoso, pero cuyo trabajo es imprescindible.
Puado. Uno de sus mejores partidos con el Espanyol. No solo marcó un hat trick, sino que fue el absoluto líder del equipo más allá de sus goles. Demostró oportunismo, calidad y personalidad. Todas características magníficas para un delantero centro. Partidos como este son los que le faltan para consagrarse como una leyenda del equipo perico.
Véliz. Luchó como siempre pero le llegaron pocos balones. Lo luchó todo por arriba y tuvo algún remate con peligro. Quizás menos intenso que otros días, fue también de los primeros sustituidos.
Gragera. Salió para dar empaque, para asegurar la ventaja, y acabó sufriendo como todos los espanyolistas. No supo mantener el control del balón, ralentizar el ritmo, que es lo que requería el partido.
Cheddira. Entró al campo como una locomotora. Lo hizo prácticamente todo bien. Falló la primera que tuvo y en la segunda provocó un penalti con un magnífico desmarque al espacio. A partir de ahí, desapareció. Más por culpa de sus compañeros, todo sea dicho, que no le hicieron llegar balones.
Cardona. Conectó a la perfección con Cheddira para generar el penalti del tercer gol y poco más. El Espanyol no aprovechó su velocidad para montar ninguna contra.
Sergi Gómez. Apuntaló la defensa en los minutos finales.
Oliván. Entró en los últimos instantes para dar descanso a Romero, que sufrió en defensa.
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