VALENCIA 2 - REAL VALLADOLID 1
Aprobados y suspensos del Pucela: Viaje al pasado
El Real Valladolid dilapida otra vez en el tiempo complementario un botín importante como habría sido el punto perdido.
El Real Valladolid cosechó su primera derrota de la era Pezzolano en un final que tuvo muchas semejanzas con la época anterior, después de no ser capaz de salir en demasía de su campo en la segunda parte, en la que recibió multitud de centros, y de recibir un nuevo gol en el tiempo complementario, volviendo a perder una cosecha importante superado el minuto 90.
Masip: Bien colocado en los testarazos de Cavani y Gabriel Paulista y en el disparo de Diakhaby. Cometió un error impropio de él y del nivel que venía esgrimiendo en el empate, en el que carece de toda tensión y deja pasar el balón creyendo que se iba fuera.
Fresneda: Su pared con Larin pudo otorgarle el primer gol en Primera División, aunque el remate golpeó en el larguero. Lo pasó peor cuando Samuel Lino rompió por fuera, que no fue tan a menudo como podía esperarse, dado que ganó también posiciones interiores.
Joaquín: En un partido abocado a tantos centros, sorprendió que el Pucela no pudiera achicar tantos como habría debido, aunque, en su caso, reaccionó a esos servicios laterales con cinco despejes y tres disputas aéreas ganadas. Quizás pudo (o debió) achicar más espacios en el segundo gol.
Hongla: Prácticamente perfecto con balón, apenas cometió pérdidas y erró en algunos pases. Sin embargo, sin él, se le vio más agobiado que anteriores partidos, ya que sus ‘tentáculos’ no llegaron a los envíos que el Valencia cargó al área en un juego que le viene peor como es el de los envíos laterales.
El Yamiq: En algunos momentos, principalmente en la primera mitad, sufrió a Musah, que percutió mucho por su zona. Se marchó dañado en el muslo después de una de esas acciones en las que exhibió su físico tanto para lo bueno como para lo malo.
Escudero: Intentó sorprender en un golpeo desde el centro del campo, viendo a Mamardashvili adelantado. Estuvo más contenido que Fresneda a la hora de subir al ataque, y cuando lo hizo, tampoco acertó a centrar bien. No intervino en demasía y acabó, como los demás, aculado.
Monchu: Tuvo más templanza en el centro del campo que sus compañeros, aunque la falta de compañía en esta faceta terminó lastrando. El Valencia permitió a veces una mayor tenencia, que el Real Valladolid no supo leer, ni para guardarse el cuero ni para percutir en campo rival.
Kike Pérez: Tuvo un día de esos que a veces se le atascan, en los que se pierde en alguna batalla innecesaria, como en la que vio la amarilla, y no acaba de brillar. Se precipitó en varias ocasiones en campo rival, perdiendo el cuero más veces quizás de las que suele.
Plata: Errado en el desborde, que probó a menudo: acertó solo un regate de los seis que probó. Además, al contrario que en los encuentros anteriores, estuvo débil en los duelos. Cometió hasta 17 pérdidas y acabó así, perdido, sustituido en los últimos minutos.
Amallah: Batallador en los compases iniciales, en los que ganó siete de los diez duelos en los que intervino. No llegó a tocar demasiado el balón, apenas pudo dar doce pases, nueve de ellos con acierto, antes de la lesión. Esta se produjo en una caída producida por una falta sin señalar de Cenk.
Larin: Olió la sangre en el gravísimo error de Diakhaby y se plantó solo delante de Mamardashvili para definir bien abajo. Habilitó bien de tacón a Fresneda en su ocasión.
También jugaron en el conjunto de Pezzolano:
Aguado: Intentó llevar el mando de las operaciones en el segundo tiempo, aunque le costó tener poso. Ejemplificó los males de ese periodo, en los, para más inri, tampoco hubo movimientos que acompañaran a los centrocampistas.
Javi Sánchez: Atinado en los 13 pases que intentó, y sin embargo, incapaz de hacer que sirvieran para sacudirse del dominio del Valencia en la segunda mitad, en la que el equipo recibió muchos centros.
Olaza: Recibió un pelotazo en sálvense las partes que pudo lastrarle. No se le vio excesivamente activo, como tampoco a aquellos jugadores que le acompañaron en la última ventana de cambios.
Kenedy: No se le ve en muy buen estado de forma, o por lo menos no apto como para transitar, que es algo que quizás necesitaba el Pucela en el tramo final. Estuvo, directamente, anticompetitivo.
Óscar Plano: Intentó contactos rápidos para activar al equipo en ataque, y sin embargo, perdió tres balones en los siete que tocó. Corrió delante de Javi Guerra sin convertirse, realmente, en un opositor.