Aprobados y suspensos del Pucela: En pie, pero castigados

Un Real Valladolid empequeñecido por Antoine Griezmann se rebeló ante la tiranía de ‘principito’ en una segunda mitad en la que levantó dos goles y mereció neutralizar los tres de desventaja con los que se fue al descanso. El conjunto blanquivioleta se vio demasiado castigado por el Atlético y por la polémica arbitral, pero se mantuvo en pie hasta que la mala fortuna de Joaquín dilapidó las opciones.

Masip: Generó murmullo en el primer balón alto que fue al área. No estuvo bien en el tanto de Giménez. Prácticamente encajó todos los tiros que recibió; solo realizó una parada.

Joaquín: Realizó dos cortes buenos abajo en el tramo inicial. Remató la acción a pelota parada que remacha Hongla después de golpear en la madera. Se marcó el gol en propia que dilapidó las opciones del Real Valladolid. Y encima, acabó lesionado.

Hongla: Cometió un par de imperfecciones en los primeros compases. Salvó, en cambio, lo que debió ser el tercero a la media hora. Tuvo otro cruce importante ante Morata cerca del descanso. Pasó al mediocampo a la hora de juego. Le anularon un gol en el 60′.

El Yamiq: No se entendió con Monchu respecto a quién debía perseguir a Griezmann, lo que permitió al francés jugar con mucha comodidad. Ante un rival con atacantes que flotan tanto, lo pasó mal por momentos; no fue capaz de enlazar las acciones de valor defensivo que suele.

Fresneda: Se incorporó con profusión, aunque a menudo se le notó que jugaba a pie cambiado. Apenas cometió pérdidas, casi no erró pases... y sin embargo, por esa cuestión, pareció faltarle algo. En líneas generales, no estuvo mal atrás, aunque el gol de Nahuel Molina le pilla saliendo.

Kike Pérez: Remató dos veces desde fuera del área en la primera media hora. Perdió ese brío con el paso de los minutos e intervino menos que en anteriores encuentros, y aunque estuvo esforzado sin balón, el Atlético de Madrid tuvo momentos de clara superioridad en el primer tiempo.

Monchu: Sobreexcitado en el inicio, vio pronto la amarilla. No acabó de recoger la posición por la que flotaba Griezmann, doble asistente en el primer periodo. Rozó la escuadra con una falta directa. Mejoró cuando el equipo tuvo más dominio del cuero en la segunda parte.

Aguado: Trabajó a destajo sobre Koke, aunque no siempre llegó, debido a que también era el encargado de canalizar el juego. Así lo hizo; fue el jugador con más toques en el último tercio del campo y creó varias oportunidades. Se sintió cómodo con Iván Sánchez.

Luis Pérez: Asomó bien en campo rival en el primer cuarto de hora dos veces, en los que puso dos centros prometedores. Siguió en esa línea en adelante, aunque no fuera siempre capaz de encontrar rematador. Acabó contabilizando ocho servicios al área en su continuo sube-baja.

Plata: En la primera media hora hizo tres cosas geniales, sin embargo, mal finalizadas. Provocó, fuera como fuese, el penalti del 1-3. Siempre se le pide más, y de ahí que otra vez dejara una sensación de escasez, aunque mejoró bastante respecto al choque en Mestalla.

Larin: Definió bien en el penalti después de varios intentos de remate pobres. Sumó cinco, aunque solo en la pena máxima amenazó realmente a Gbric. El tanto, no obstante, es el séptimo que hace y permite demostrar que no ha perdido acierto de cara al gol.

También jugaron en el conjunto de Pezzolano:

Escudero: Tuvo una buena incorporación nada más saltar al verde. Su cabezazo para el 2-3, inapelable. En el rol que ha adquirido con Pezzolano está brillando ahí, en ataque. Atrás no le tocó participar mucho.

Iván Sánchez: Tuvo un disparo de volea que forzó la reacción de Gbric. Ayudó a impulsar al Pucela en sus mejores instantes del partido. Completó tres regates en una versión suya que se echaba de menos.

Sergio León: Su remate a la cruceta fue tan bueno que mereció el gol. Se movió inteligentemente y metió chispa al ataque.

Óscar Plano: Tocó solamente una vez el balón.