Aprobados y suspensos del Levante: Muchos ‘cambios’, pocas nueces
Los tres cambios en el descanso evidenciaron que Calero erró con el planteamiento y los titulares con la ejecución.


Ryan: Nada pudo hacer en el primer gol y poco más que girarse para ver cómo entraba el balón en el segundo de Nico. Y suerte tuvo que el Athletic tuvo la pólvora mojada en la primera mitad, porque de lo contrario alguno más hubiera encajado.
Toljan: Discreto. Le tocó bailar con Nico y las más de las veces se le fue. Poco activo en ataque, aunque en una de las que subió forzó la amarilla a Yuri. Sustituido por Morales.
Elgezabal: Superado. La imagen de Nico dejándole sentado con un recorte de medio metro resume su participación. Sustituido al descanso por Cabello.
Matturro: Señalado. La afición le despidió con pitos cuando fue sustituido por Víctor. No es normal que un entrenador cambie a sus dos centrales titulares en un partido sin lesión mediante y Calero lo hizo. Y eso que Matturro sacó de debajo de los palos un balón que entraba tras remate de Nico... aunque fue prácticamente la única acción en la que acertó.
Manu Sánchez: Gris. El equipo echó en falta su poca presencia ofensiva, aunque tampoco encontró aliados en Arriaga y Oriol Rey para permitirle ser más ofensivo.
Carlos Álvarez: Desangelado. Fue un lobo solitario, el único que intentaba hacer algo diferencial. Pero ni tuvo la precisión de otros días ni socios a su alrededor para superar líneas.

Arriaga: Desconectado. No pudo hacerse el dueño del timón en la medular y a partir de ahí se produjo el cortocircuito del colectivo. Se fue al descanso cabizbajo como todos y él ya no salió del vestuario.
Oriol Rey: Sin chispa. Le faltó precisión en la circulación, siendo el encargado de darle salida al equipo, y potencia a la hora de recular tras pérdida o recuperación del Athletic.
Olasagasti: Perdido. No encontró su sitio, por más que trató de moverse por diferentes zonas del campo. Berenguer le rompió en varias ocasiones.
Etta Eyong: Sin colmillo. El camerunés ha perdido el olfato y de ahí muchos de los males del Levante. Más activo en la segunda que en la primera mitad, aunque fue al filo del descanso cuando tuvo su mejor ocasión.
Koyalipou: Invisible. Una de las novedades en el once, aunque como si no lo hubiera sido. En su defensa, pocos balones en condiciones le llegaron, aunque tampoco peleó lo que seguramente Calero esperaba que lo hiciera.
También jugaron:
Iván Romero: Gol anulado. Fue uno de los revulsivos que buscó Calero tras el descanso y el más activo en el área de Unai Simón. Anotó un gol, aunque se encontraba en posición de fuera de juego. Después erró un remate a bocajarro.
Brugué: Peleón. Su presencia le dio otro aire al equipo. Intenso en la presión y voluntarioso, aunque sin conseguir premio a su entrega.
Cabello: Correcto. Le puso cierto orden a una defensa que durante la primera mitad fue superada una y otra vez por el Athletic, que todo sea dicho comenzó a guardar la ropa con el 2-0 a sabiendas de que le viene el Atlético, Madrid y PSG.
Víctor: Tuvo más presencia en ataque que cualquiera de los otros laterales que actuaron, aunque impreciso en los centros.
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Morales: Lo más relevante de su actuación fue la pitada que se llevó del público cuando apareció en el campo.
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