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Los celestes, con varios jugadores fuera de posición como consecuencia de la cuestionable confección de la plantilla, firmaron el peor partido de la era Carvalhal. Aspas está tieso.
Iván Villar: Una víctima del mal momento del equipo. Nada que reprocharle en los dos goles. Con una sensacional reacción con los pies a remate de Diego López impidió que el Valencia dejara el partido visto para sentencia antes de alcanzar la hora de juego.
Hugo Mallo: Sobrio. Cerró bien su banda ante la amenaza de Samuel Lino. Ofensivamente solo apareció en las acciones a balón parado. En una de ellas le ganó la posición a su marcador y perdonó con todo a favor al optar por lanzarse en plancha casi a ras de césped cuando lo más sencillo parecía atacar el balón con el pie.
Tapia: Aporta alguna de sus virtudes en el eje de la zaga, pero no es central. En el 0-1 no encima a Kluivert. Realizó un corte providencial para evitar el segundo del Valencia en el arranque de la segunda parte. Ofreció variedad en la salida del balón. Vio la quinta amarilla y cumplirá ciclo en Bilbao.
Unai Núñez: Grave desconexión. Pierde la marca de Marí y el canterano del Valencia remata libre de marca para darle los tres puntos a su equipo. Lo contrario que Tapia en la salida del balón.
Cervi: No es lateral, por mucho que se empeñe Carvalhal. Regala el gol de Kluivert con un fallo impropio de un profesional al calcular mal dónde iba a botar el balón. Un error muy difícil de ver en un defensa. No acusó esa acción y dio la cara hasta el final. Puso buenos centros.
Carles Pérez: El único céltico que desequilibra en ataque desde hace dos meses. Lo intentó sin cesar de manera individual. Su típico latigazo desde fuera del área obligó al portero del Valencia a firmar una notable parada y provocó la tarjeta que le costó la expulsión a Gabriel Paulista.
Beltrán: Javi Guerra, canterano del Valencia con seis partidos en Primera, sometió al madrileño y le ganó los duelos. Sin peso en la construcción del juego. Sacó el córner que Seferovic convirtió en gol.
Gabri Veiga: Un par de potentes arrancadas y poco más. Al igual que Beltrán, tampoco genera fútbol en la sala de máquinas y en el caso del porriñés se debe a su posicionamiento, casi a la altura de los delanteros. Efectuó un considerable despliegue defensivo. Dio la sensación de que el codazo que recibió de Ilaix Moriba fue dentro del área, pero el árbitro lo pitó fuera.
Luca de la Torre: Sin pena ni gloria, como es habitual. La banda izquierda apenas la pisó y por dentro se limita a darle continuidad al juego. Se encontró un balón dentro del área pequeña, con Mamardashvili encima, y su inverosímil remate no cogió portería. Carvalhal lo retiró en la primera ventana de cambios.
Iago Aspas: Está tieso. Sus problemas de espalda se agravaron debido a una mala caída y acto seguido fue sustituido. Hasta ese momento había vagado por el campo. Solo se pareció al verdadero Aspas en una jugada en la que recibió un balón entre líneas.
Seferovic: En estos momentos es el delantero con más gol de la plantilla. Cabecea de manera impecable en el tanto del empate. Minutos antes de igualar el marcador ya había estado cerca de batir a Mamardashvili con un remate cruzado con el pie derecho. Pidió el cambio por molestias musculares.
Larsen (por Aspas): Mide 1,93 y le cuesta un mundo ganar un balón de cabeza. Su mayor virtud son las arrancadas protegiendo el balón y en una de ellas lo derribó Paulista, viendo su primera amarilla, que podría haber sido roja directa. Otro partido que entra como revulsivo y no remata.
Óscar Rodríguez (por De la Torre): Sus mejores minutos desde hace bastante tiempo. Estrelló una falta en el palo y dejó patente su calidad en alguna combinación. Carvalhal no lo puso donde acostumbra, sino más caído a la banda izquierda.
Paciencia (por Seferovic): En sus primeras intervenciones sacó dos faltas gracias a su buen juego de espaldas. Se anticipó a la defensa del Valencia para conectar un remate de cabeza que no sorprendió al portero che.
Swedberg (por Veiga): Entró con ímpetu en el minuto 89. Pidió penalti tras dejarse caer dentro del área al sentir que Gayá le tocaba.