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VALENCIA 0 - 0 CELTA

Aprobados y suspensos del Celta: La defensa homenajea a Benítez

Los vigueses firman su primera portería a cero en un gran partido defensivo, sin conceder ocasiones. Faltó mucha inspiración en ataque.

Guaita atrapa el balón en presencia de Kevin, Hugo Duro y Mingueza.
DAVID GONZALEZ ARENASDiarioAS

Guaita: Espectador de lujo. No pudo tener un regreso más plácido a Mestalla. El portero de Torrent no estuvo exigido durante todo el partido, ya que el Valencia no realizó ningún disparo entre los tres palos. Simplemente tuvo que actuar en alguna salida por alto y también con los pies para dar un apoyo a los centrales.

Kevin: Impenetrable. Secó por completo a Canós y también inhabilitó las incorporaciones al ataque de Gayá. Apenas se prodigó en ataque y cuando lo hizo, le faltó algo de pausa y precisión para generar algo de peligro.

Starfelt: Una muralla. El sueco ganó todas las batallas por tierra y aire con los atacantes valencianistas. Estuvo firme de principio a fin, ejerciendo como líder de la zaga, ordenando a los suyos.

Unai Núñez: Sin fisuras. Estuvo al nivel de su compañero en el eje de la zaga, sin conceder una sola oportunidad a Hugo Duro y compañía. Los ches pidieron penalti por un forcejeo dentro del área en el que utiliza demasiado las manos. Se la jugó, pero le salió bien. Sin finura en la salida del balón, intentó un gol desde el centro del campo que se marchó muy desviado.

Manu Sánchez: Contenido. Tuvo tanto trabajo con Fran Pérez en fase defensiva que se olvidó de atacar. Aunque sufrió por momentos, acabó ganando la batalla al hijo de Rufete. Se mostró sólido y obró con sacrificio en esas labores defensivas, pero se le echó mucho de menos en ataque. Apenas se acercó a la línea de fondo y nunca acabó de conectar con Bamba por su costado.

Mingueza: Discreto. Volvió a ejercer de interior derecho, pero en esta ocasión le faltó mucha inspiración. Nunca encontró ese último pase con el que estaba sorprendiendo ni esas conducciones que sirven para romper líneas. Acabó pidiendo el cambio por una sobrecarga en los gemelos.

Beltrán: Superado. El madrileño pierde confianza con el paso de los partidos. Empezó el partido con buen tono, robando un balón y dando una salida rápida y limpia para un contragolpe claro, pero acabó siendo víctima de sus propios errores. Falló muchos pases fáciles y controles sencillos. Benítez lo iba a retirar del terreno de juego, pero la lesión de Mingueza le mantuvo sobre el césped.

De la Torre: Muy gris. El americano no tiene la jerarquía suficiente como para ser determinante en el centro del campo ni la capacidad necesaria para llevar la manija del equipo. No resta, pero tampoco suma. En Mestalla tampoco tuvo espacio para correr, el hábitat donde se siente más cómodo.

Bamba: Paso atrás. El marfileño firmó uno de sus peores partidos con la camiseta del Celta. Obviamente, dejó detalles de su tremenda calidad, pero siempre tomó malas decisiones. No supo combinar con sus compañeros, no se desmarcó cuando debía y disparó sin fe, como para quitarse el balón de encima.

Aspas: Líder. Fue el único que tuvo las ideas claras en ataque, pero se encontró con todos los socios dimitidos. Sólo se preveía peligro si el moañés tocaba el balón. Suya fue, de hecho, la única ocasión del partido, con un zurdazo que obligó a Mamardashvili a emplearse a fondo. Benítez le retiró y Mestalla respiró. Quizás le quitó para protegerlo porque lleva cuatro tarjetas, pero renunció a la única opción de victoria que tenía el Celta.

Larsen: Batallador. Tuvo una intensa pelea con Mosquera y Paulista. El noruego no rehuyó el contacto, pero le sigue faltando veneno dentro del área. Tuvo una buena ocasión en la primera parte con un remate de cabeza que se marchó fuera por poco. Necesita mejorar mucho en esos remates con la testa.

Carles Pérez (entró por Kevin): Desesperante. El catalán es una caricatura del jugador que fue el año pasado. Su aparición en Mestalla sólo sirvió para darle la razón a Benítez con su suplencia. Si ya tenía pocos minutos. ahora se merece muchos menos. No aportó absolutamente nada, estuvo desganado y sin compromiso alguno.

Cervi (entró por Bamba): Intensidad. Todo el compromiso que le falta a Carles Pérez, lo pone el argentino. Vio la amarilla por una falta táctica para impedir un ataque prometedor del Valencia. Su entrada no sirvió para poner en alerta a la zaga valencianista, pero al menos fue una ayuda para firmar la primera portería a cero.

Douvikas (entró por Larsen): Actitud. El griego siempre le pone ganas cuando le sale al terreno de juego, otra cosa es que las cosas le salgan siempre bien. En esta ocasión no acabó de entrar en el partido. De hecho, le faltó leer un buen centro de Aspas para anticiparse a los centrales valencianistas.

Dotor (entró por Mingueza): Lateral por accidente. Iba a entrar por Beltrán para dar refresco al centro del campo, pero en ese momento Mingueza pidió el cambio y el canterano del Madrid tuvo que actuar de lateral derecho, una posición inédita para él. Suma “una nueva experiencia”, tal y como dijo Benítez. A pesar del marrón, se mantuvo firme y no cometió ningún error.

Swedberg (entró por Aspas): Sueño cumplido. Entró en los últimos minutos para sustituir a Aspas y únicamente le dio tiempo a realizar una conducción que terminó de mala manera. Al menos cumplió el sueño de jugar en Mestalla ante el Valencia, equipo del que es aficionado desde pequeño.

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