Aprobados y suspensos del Celta: Hugo Álvarez arregla a lo grande su partido y el de Mingueza
El canterano estuvo desdibujado, pero se convirtió en el héroe local al anotar el tanto del empate. El defensa catalán falló en los dos goles del Barcelona. Ilaix se reivindicó.
Guaita: Firme. Transmitió seguridad en el juego con los pies, ante la asfixiante presión del Barcelona, y en las salidas. Poco pudo hacer en los dos tantos blaugranas ante la contundencia de Raphinha y Lewandowski.
Javi Rodríguez: El Celta ha encontrado un tesoro en su filial. Inabordable en los duelos. A Dani Olmo le quitó las ganas de intentarlo por el costado izquierdo del ataque culé. Valiente en ataque, habilitó a Hugo Álvarez en la jugada del empate. Actuó más de lateral clásico que de carrilero o central.
Starfelt: Un lunar en la master class que ofreció de anticipación. Lewandowski solo le ganó la partida en la jugada del 0-2. Pese a ese fallo, fue el mejor de los celestes en el global de los 90 minutos.
Marcos Alonso: Se tomó la revancha. Salió del Barcelona por la puerta de atrás y en su reencuentro con su anterior equipo demostró su verdadero nivel. Jerarquía en defensa y con el balón.
Mingueza: Se hizo un lío en los dos tantos encajados por el Celta. En el primero cometió un error grosero al medir mal y en el segundo perdió el esférico por arriesgar en exceso. No se arrugó a pesar de no tener una buena noche y lo intentó de principio a fin. Filtró envíos peligrosos a la espalda de la defensa rival y puso un balón que era medio gol a Iago Aspas en la primera ocasión del encuentro.
Hugo Álvarez: El héroe local arregló a lo grande uno de sus partidos más flojos desde que subió al primer equipo. Moviéndose como centrocampista por la derecha estuvo desdibujado y apenas desequilibró. Tuvo mucha sangre fría en la jugada del empate porque podía resolver antes, pero optó por regatear y después definir. Un gol de bandera. A la tercera fue la vencida para el ourensano ante Iñaki Peña porque en la primera parte le faltó convicción en un remate bastante favorable y poco antes del 2-2 había ‘tirado al muñeco’ cuando tenía un pase que parecía claro a Alfon para que su compañero marcara a placer.
Ilaix Moriba: Se reivindicó ante su equipo de formación. Hizo de todo. Sorprendió a la defensa adelantada planteada por Hansi Flick rompiendo desde segunda línea, estuvo a punto de marcar un golazo de volea desde fuera del área, ‘le sacó' la segunda amarilla a Casadó... y en los últimos minutos dejó claro que es un portento físico.
Beltrán: Criterio. A su despliegue habitual le añadió esta vez verticalidad en los pases. Se marchó fundido al banquillo a falta de un cuarto de hora para la conclusión.
Bamba: Sin precisión. El peligro que creó con su velocidad lo desperdició dentro del área. No acertó en un pase de la muerte a Douvikas y llegó muy forzado en su único intento de batir a Iñaki Peña. Batallador en su equilibrado cara a cara con Koundé, fue el primer cambio de Giráldez.
Iago Aspas: En estado puro. Se volvió loco antes del descanso clamando por la segunda amarilla para Gerard Martín después de que el lateral blaugrana lo derribara en una falta merecedora de tarjeta. Supo tranquilizarse tras el paso de los vestuarios. Generó peligro de manera constante y solo careció de pegada. Falló con todo a favor en el minuto 3 y se quedó sin gasolina en una arrancada en la que pidió penalti de Martín. Por poco marca desde el centro del campo. Genio en todos los sentidos.
Douvikas: La titularidad le vino grande. Entró poco en juego. Nunca sorprendió a la espalda de la zaga.
Alfon: Decisivo. Nada más entrar disfrutó de una buena ocasión, poco después provocó la primera amarilla de Casadó y encontró la recompensa a su combatividad estrenándose como goleador en Primera. Aprovechó a la perfección un fallo muy gordo de Koundé para resucitar a su equipo. Todo un acierto de Claudio Giráldez.
Hugo Sotelo: Dio otro aire al centro del campo. Buscó más la profundidad. No se lo pensó dos veces a la hora de agarrar a los jugadores del Barcelona para frenar contragolpes y se llevó una amarilla.
Borja Iglesias: Con más actitud que acierto incomodó a la defensa del Barcelona en el tramo final. Buscó el gol con un remate inverosímil que obligó a Iñaki Peña a emplearse a fondo.
Pablo Durán: En el poco tiempo del que dispuso sacó a relucir en un par de intervenciones su potencia física.
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